Imagen de 'Stick', serie de Apple TV
Feel-Good
"'Stick' es una de esas series llamadas 'feel-good', creadas para hacernos sentir bien"
El jueves, al regresar de cenar una pizza con un amigo en un local super trendy del Passeig Sant Joan rodeados de guiris —incluidos varias familias ricas de Oriente Medio cuyas mujeres ocultaban sus rostros bajo velo, mascarilla sanitaria e incluso sombrero de playa— me preparé una infusión y me recosté en el sofá para ver un par de capítulos de una serie que consigue ponerme de buen humor y olvidarme por un rato de los problemas del planeta (durante la cena hablamos mucho de la guerra de Gaza, y también de Ucrania). La serie se llama Stick (Apple Tv) y está protagonizada por Pryce Cahill (Owen Wilson), un golfista profesional venido a menos que se gana la vida como vendedor de equipamiento de golf, dando clases a señoras ricas y organizando estafas en bares y que, encima, no ha superado su divorcio. Un “loser”, vaya.
Todo cambia cuando conoce a un adolescente de origen latino, Santi, un prodigio del golf, y se obsesiona con hacerle ganar todos los torneos posibles. A partir de ahí, empieza una aventura conjunta para un grupo de personas que, para lo bueno y para lo malo, están solas: Pryce, el divorciado con un duelo por superar, su amigo Mitt, que se quedó viudo hace poco y tampoco tiene hijos, la madre de Santi, que ha criado a su hijo sola tras ser abandonada por su esposo, Santi, hijo único, dolido por la huida del padre pero muy unido a su madre, y Zero, otra adolescente perdida y sabelotodo, desconectada de sus padres. Entre todos, forman una entrañable familia encontrada, demostrando al espectador que el concepto de familia no tiene tanto que ver con lazos de sangre o matrimoniales, sino con crear un refugio emocional en el que cada miembro se sienta valorado y seguro.
Sin duda, Stick es una de esas series llamadas “feel-good”, creadas para hacernos sentir bien, “a las que la gente recurre porque proporcionan de manera fiable una sensación de consuelo, de alivio, de desestrés, de paz mental. Es algo que ayuda a calmarse a uno mismo”, asegura Alexandra Gold, psicóloga clínica en el Hospital General de Massachusetts, en una entrevista con el portal Friday Things.
El concepto “calmarse a uno mismo”, según Gold, proviene de la llamada terapia dialéctica conductual, y se trata de una forma de regular nuestras emociones cuando sentimos emociones negativas muy intensas, como estrés, ansiedad o un estado de ánimo bajo, usando alguno de nuestros sentidos. Los programas de televisión, conectados con el sentido de la vista, son una forma muy común de calmarse a uno mismo, porque nos ayudan a aliviar las emociones, especialmente cuando estos programas cumplen ciertas cualidades, como la previsibilidad.
“En este momento, en nuestros mundos, tanta imprevisibilidad, desde una pandemia a conflictos bélicos, puede ser aterrador para muchas personas. Al ver una serie feel-good, conectas con los personajes, sabes que acabará bien, se desvanece la incertidumbre”, añade Gold. Encima, en este tipo de series siempre te dan buenos consejos, como cuando Pryce, en uno de los primeros episodios de Stick, cuenta la historia de su amigo Grossweiner, un golfista muy sabio que insistía en que “todo lo que puedes controlar es tu swing, en el preciso momento que golpeas la bola”. Es decir, concéntrate en golpear bien la bola, porque lo que ocurra después está fuera de tus manos. El consejo es bueno, tanto para el golf como para la vida, aunque prefiero el que me dio mi amigo Rafa antes de nuestro primer partido de Pitch and Putt: “Si no quieres que la bola le dé al árbol, apunta al árbol”.