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Una gran bandera de España en la plaza Sant Jaume de Barcelona

Una gran bandera de España en la plaza Sant Jaume de Barcelona PAU VENTEO - EUROPA PRESS

Pensamiento

¿Qué es ser español? Reflexiones del 12 de octubre

"Hoy, ser o sentirse español, significa aceptar que hay muchas maneras legítimas de serlo. Que la identidad española no puede definirse desde la homogeneidad, sino desde la convivencia en la diversidad"

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Transcurrido el 12 de octubre, la fiesta “patria”, podría sernos de utilidad reflexionar sobre su significado, lo que nos ayudaría a interpretar la realidad política de un país tan “tensionado” como el nuestro. La reflexión puede servirnos para diseccionar el estado actual de este país “nación de naciones” que llamamos España.

Un buen ejercicio de introspección política sería analizar brevemente los diferentes posicionamientos de las fuerzas políticas españolas con relación a la celebración de nuestra “fiesta nacional” y al significado de día tan señalado. Comenzamos con el entusiasmo de las derechas, que va desde los ultranacionalistas–que la reivindican como símbolo de la España imperial y católica –, recuperando el discurso extremo de la dictadura franquista como “Día de la Raza”, hasta la derecha democrática liberal-conservadora obsesionada en no ser desbordada en “fidelidades patrióticas”

En la otra orilla las izquierdas constitucionalistas mantienen con relación a la celebración del 12 de octubre, una posición de respeto institucional, reclamando una visión más crítica y equilibrada del “descubrimiento”.  Un “descubrimiento” que supuso el nacimiento de una comunidad cultural que comparte una lengua común y la creación de una sociedad mestiza, reconociendo al mismo tiempo la componente depredadora y la violencia que toda conquista conlleva.

La celebración puede ser una buena oportunidad para que nos preguntemos ¿qué significa ser español?, ¿qué España queremos ser?  

Es una cuestión que encierra una gran complejidad, porque España nunca ha sido una identidad única, sino una pluralidad de historias, realidades, memorias y sentimientos. Una nación de naciones, que admite  en su seno a los que mirando al pasado se refugian en la nostalgia de “una España, grande y libre” y los que contemplan con esperanza el futuro desde la justicia social, la modernidad y el europeísmo. 

Analicemos brevemente las diferentes Españas, obligadas a coexistir y convivir en la discrepancia.

La de Vox, que pretende apropiarse de los símbolos nacionales como si fuesen patrimonio exclusivo de una ideología. La España “unidad de destino en lo universal”. La que dice defender la Constitución gritando de forma desaforada e interpretándola de forma restrictiva. Su acción se basa en generar todo el ruido posible, en estigmatizar y deshumanizar a determinados “enemigos” (migrantes, LGTBIQ+, “zurdos “, periodistas...), modulando la agresividad del mensaje sobre todo a través de una presencia muy significativa en las redes. Son muy efectivos en empujar la agenda pública hacia la derecha, presionando a la derecha clásica liberal-conservadora, activando la anti política e intentando rentabilizar la indignación en votos o abstenciones. La estrategia descrita busca dos efectos: polarizar la atención y normalizar discursos que antes eran marginales. 

Buena parte de las derechas —herederas o vinculadas culturalmente al régimen anterior— tuvieron algunas dificultades para integrarse en el juego democrático, no olvidemos la posición de la AP de Fraga con relación a la Constitución del 78. En la actualidad la derecha política-económica que durante mucho tiempo gobernó el país en modo “autoritario”, tuvo que asumir con la llegada de la democracia : la alternancia y el compartir el poder político con gobiernos socialdemócratas. Sin duda les cuesta aceptar que, pese a mantener el control de buena parte del poder económico-financiero, mediático, judicial…la España democrática también puede ser gobernada por proyectos socialdemócratas y progresistas. Esa resistencia explica muchas de las tensiones actuales.

Existen otras Españas, la federal que defiende la pluralidad y la diversidad como elementos cohesionadores de la identidad nacional. Una España que entienda y respete las señas de identidad de sus nacionalidades históricas y que considere que la pluralidad lingüística y la diversidad cultural enriquece al todo.

Hoy, “ser o sentirse español”, significa aceptar que hay muchas maneras legítimas de serlo. Que la identidad española no puede definirse desde la homogeneidad, sino desde la convivencia en la diversidad. Que una democracia madura no teme la pluralidad, sino que la celebra.  Se trata de asumir la complejidad de nuestro país y sus contradicciones, una España con varias lenguas, culturas y formas de entender el mundo, que ha aprendido —a veces dolorosamente— que la unidad no se impone, sino que se construye desde el respeto y el reconocimiento mutuo. La Nación plural, diversa, abierta, europeísta, solidaria y democrática, la que no confunde patriotismo con exclusión, ni progreso con ruptura. La que mira al futuro con la serenidad de saber quién es, y con la humildad de aceptar que puede ser muchas cosas a la vez. 

El verdadero sentido de ser español en el siglo XXI es convivir construyendo juntos desde la convicción de que la diversidad no debilita, sino que enriquece. Ser español hoy significa simplemente, aceptar que hay muchas maneras legítimas de serlo.  Ser español no es una cuestión de bandera ni de unidad impuesta, sino de convivencia en la diversidad; de reconocer la historia sin convertirla en dogma; de construir un país donde quepan todas las lenguas, todas las memorias y todas las formas de entender el futuro.