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Los presidentes de Banco Sabadell, Josep Oliu (d), y BBVA, Carlos Torres (i)

Los presidentes de Banco Sabadell, Josep Oliu (d), y BBVA, Carlos Torres (i) Fotomontaje de CG

Pensamiento

El Sabadell no es la Banca Catalana de Pujol que absorbió gratis el BBVA

"La oferta del BBVA no ha sido aceptada mayoritariamente por dos razones: no estaba bien pagada y no es cierto que las entidades financieras grandes sean mejores que las menos grandes"

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El Banco de Sabadell funciona y el BBVA no ha conseguido devorar el mercado de los bancos catalanes (exceptuando siempre al hegemónico Caixabank, líder en España).

Hace mucho que los financieros de Neguri se comían a medias lo que encontraban desguazado en el rastro financiero catalán de los ochenta y los noventa. Así ocurrió cuando el banco de origen vasco (entonces, Banco de Vizcaya) se hizo con la Banca Catalana fundada por Jordi Pujol después de una crisis fraudulenta y del saneamiento impuesto por el Fondo de Garantía de Depósitos, una herramienta del Banco de España a la que estuvo muy vinculado Joan Oliu, ex director general del Sabadell y padre del actual presidente, Josep Oliu.

En resumen, el BBVA de Torres Vila no ha podido culminar la OPA sobre el Sabadell porque los accionistas no lo han querido y le han dicho sin gritar: señores, esto no es la Banca Catalana que fundaron Florenci Pujol -antiguo  arbitrajista de divisas en la plaza de Tánger- y su hijo Jordi, fundador de Convergència y presidente de la Generalitat. Aquella Banca Catalana fue intervenida por la autoridad monetaria de entonces; fue reflotada con dinero público y regalada al BBVA con un lacito de celofán.

Ahora la oferta del BBVA no ha sido aceptada mayoritariamente por dos razones: no estaba bien pagada y no es cierto que las entidades financieras grandes sean mejores que las menos grandes. La concentración financiera es un camelo. Los bancos demasiado grandes están en desuso por sus elevados riesgos, después de las consecuencias de la caída de Lehman, en 2008. Cuando uno de los grandes cae, solo nos queda recurrir al rescate público (los 17.000 millones de Bankia con dinero de todos los españoles están en la memoria reciente).

Mucho después de aquel desastre de Lehman y de otros temores, la Reserva Federal norteamericana acabó consagrando el principio de too big to fail o demasiado grandes para quebrar. Es decir, funciona mejor un banco bien regulado bajo la vigilancia de su emisor -aquí es el BCE de Frankfurt- aunque sea mediano, que una mole. En los bigs salen perdiendo los accionistas, los empleados y el principio de eficiencia.

Carlos Torres Vila, el presidente del BBVA, que estudió ingeniería eléctrica y empresariales en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (el prestigioso MIT), ha perdido su apuesta ante el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, doctorado en Minnesota y catedrático en excedencia. Con el traspié del BBVA, el poder financiero se inclina ante la densa estrategia de la ciencia económica. Y no olvidemos que el ministro Carlos Cuerpo o el mismo Salvador Illa negaron la mayor.