La mayoría de la izquierda española se aglutina alrededor del PSOE, aunque existen otras organizaciones en la actualidad a la baja, como son: IU, Podemos, Sumar, Comunes… que aspiran, en el mejor de los casos, a acompañarle en el gobierno de la Nación.
En la periferia existen partidos secesionistas que se autodenominan de izquierda, pero que mayoritariamente priorizan reivindicaciones de carácter territorial.
Las fuerzas de izquierda, tanto a nivel nacional como europeo y mundial, están obligadas a superar los viejos dogmas, sin olvidar las viejas utopías que deben adaptarse a una nueva realidad que se transforma a velocidad de vértigo.
La izquierda actual está instalada en la confusión y obligada a actuar en un nuevo escenario de un mundo global digitalizado. La socialdemocracia transmite la sensación de estar amortizada, sin duda, debe renovar su discurso.
Sin embargo, el conservadurismo autoritario, xenófobo y proteccionista del trumpismo, podría generar una reacción que termine impulsando una nueva acción política. Ésta debería apostar por la racionalidad de la economía social de mercado, frente a la desregulación salvaje y la barbarie del “sálvese quien pueda”, que condena a la miseria a una gran parte de la población del planeta.
Quizás el filósofo italiano Diego Fusaro es un botón de muestra del desconcierto de una cierta izquierda que termina generando un discurso “rojipardo” que nace de la confusión y el populismo. Alguien lo ha definido como “valores de derecha e ideas de izquierda”
El escenario de la España de hoy está intoxicado por la utilización de dosis descomunales de fake news difundidas a través de las nuevas tecnologías, que provocan un ruido insoportable que impide escuchar al otro y, por lo tanto, cualquier diálogo.
Durante el ruido ensordecedor generado por la llamada Ley ómnibus (pensiones, transporte público, salario mínimo), daba la sensación de que el principal objetivo del PSOE era visualizar la alianza entre un PP a la deriva y los nostálgicos del franquismo de VOX.
Un PP que, aunque no ha demostrado especial sensibilidad social, es consciente de las repercusiones electorales de un tema que afecta a millones de pensionistas. Quedamos a la espera de conocer quién liderará el trumpismo en España, siendo IDA (Isabel Díaz Ayuso) la que, en principio, podría tener más posibilidades.
Por otra parte, el principal objetivo del PP sería evidenciar la debilidad del gobierno de coalición y su dependencia de fuerzas periféricas, disgregadoras de la sagrada "unidad nacional".
Queda abierto el escenario algorítmico que determinará los daños colaterales que sufrirán los partidos en este affaire de la citada Ley ómnibus, lo que dependerá sin duda del control de los medios de comunicación y la fidelidad perruna de sus votantes
Viajando por España, llegamos a la Cataluña mediterránea, donde todavía humean los restos de los incendios ocasionados por el pirómano carlista Puigdemont, el “señor de Waterloo”.
Aunque parezca lo contrario, no es tan difícil negociar con él, su único deseo es volver a sentarse en el Parlament y disfrutar de las prebendas de expresident: sueldo, seguridad cubierta por mossos de confianza y despacho acomodado en la maravilla modernista y burguesa del Paseo de Gràcia. Tengo la sensación de que tanto depende Sánchez de Puigdemont como este último del primero, y puede que incluso más.
Cierto que los acuerdos y desacuerdos, tiras y aflojas del Gobierno con el fugado pueden causar una sensación de profunda incomodidad entre los votantes socialistas del resto de España. Sin embargo, mientras el Gobierno siga controlando el BOE, los daños colaterales pueden ser minimizados.
Entretanto, en Cataluña, el president Illa, “el tranquilizador”, responde a los deseos de una amplia mayoría de catalanes y catalanas, de recuperar la normalidad para reconstruir la Cataluña arrasada por el tsunami secesionista, provocado por el fugado y sus fieles acólitos.
Un factor a considerar y de gran impacto político y mediático es el reconocimiento, por parte de la mayoría de la prensa internacional especializada, de los logros económicos del actual gobierno de coalición. Es una realidad el dato del récord de crecimiento y empleo, el aumento histórico de pensiones y del salario mínimo, la reducción de jornada…
No obstante, la estrategia de la derecha y sus divisiones acorazadas mediáticas se empeñan en transmitir la impresión de que el país está al borde de la quiebra y nadamos en una charca de corruptelas y latrocinios, de las que se habla a todas horas en casi todos los medios.
El último informe de JP Morgan ve a España como la mejor economía europea, apuntando que es el país que más crecerá en el corto y medio plazo, aportando el dato de que la rápida integración de una parte de los extranjeros que llegan a España (algo que no han logrado ni Alemania ni Francia) está permitiendo este crecimiento diferencial, lo que se debería a la procedencia de estos ciudadanos: Latinoamérica.
Me temo que la posibilidad de colaboración entre los partidos mayoritarios para aprovechar las oportunidades que ofrece la actual coyuntura económica sigue siendo nula. Aunque en la España de hoy, el ruido y la confrontación permanente hacen imposible el necesario acuerdo, me niego a aceptar que estamos incapacitados para ello.