El nacionalismo más extremista y xenófobo considera que Nayeli -hija de inmigrantes y venida al mundo a las 00:00 horas en el hospital Parc Taulí de Sabadell- aunque “nacida en Cataluña” no es catalana. Una vez más, los ultras de Vox, Alvise Pérez y Aliança Catalana se vuelven a encontrar. No es una anécdota más, sino que indica el crecimiento de una marea xenófoba que se extiende por toda España.
Urge construir un relato alternativo para hacer frente a los nacionalismos xenófobos. “El buenismo no basta”, hay que elaborar un discurso acompañado de medidas y actuaciones que permita contrarrestar al de la extrema derecha. Es muy preocupante que la inmigración se haya instalado en el escenario de la refriega política y que en cierta forma la derecha democrática tanto catalana como del resto de España incorpore parte del discurso de los ultras.
Estamos obligados a responder de forma pedagógica a un hecho que provoca tanta pasión y por lo tanto fácilmente manipulable, para ello deberíamos destacar los aspectos positivos de un hecho migratorio que contribuye al crecimiento de la actividad económica y a la creación de riqueza. Un dato a retener es que la inmigración cada vez más cualificada, no solo se integra de manera efectiva, sino que aporta un valor significativo al mercado laboral.
La Constitución de 1978 ha hecho posible en Cataluña un grado de desarrollo y modernización como nunca en su historia. Esta Cataluña es incompatible tanto con el nacionalismo insolidario que propone el hombre de Waterloo como del fundamentalismo xenófobo de Silvia Orriols. El actual “govern” presidido por Salvador Illa debe recuperar los años perdidos del procés y poner en marcha una acción de gobierno que pivote sobre determinados ejes de actuación.
Sin duda la recuperación pasa por la potenciación de Barcelona y su área de influencia como capital tecnológica e innovadora, motor de Cataluña. En esa dirección van algunos proyectos iniciados a finales del año pasado como serían el de Barcelona Supercomputing Center (BSC), que permitirá abrir una de las mayores factorías europeas de Inteligencia Artificial, así como el del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) para liderar el desarrollo de un chip fotónico en la Unión Europea.
Ha llegado el momento de dejar muy claro que los problemas de infraestructuras en Cataluña no son debidos solamente a los déficits de inversión, sino principalmente a la ineficacia en la gestión de la propia Generalitat durante los años del procés. Las infraestructuras no deben ser instrumento de confrontación y puro negocio clientelar (la cultura del 3%), sino que deben plantearse como factor de progreso, crecimiento, cohesión social y territorial.
Con relación al traspaso de Rodalies comprometido con ERC a cambio de su apoyo parlamentario y presupuestario al Gobierno de España, lo primero que debemos considerar es la no conveniencia de condicionar la mejora de la gestión de cualquier servicio público a las presiones y urgencias políticas.
Desde el 2010, la Generalitat es titular del servicio el cual tiene concesionado al operador Renfe, y por lo tanto la responsable de la planificación, de la política tarifaria y de la calidad del servicio. En estos quince años la actuación de la administración autonómica ha sido manifiestamente mejorable.
El nuevo gobierno del PSC, no solamente condicionado por la presión de ERC, sino al mismo tiempo consciente del deterioro de la imagen del servicio prestado por Renfe, ha decidido poner en marcha una serie de actuaciones al respecto.
Se han aprobado un plan de medidas urgentes para mejorar la percepción de la seguridad, el estado de las instalaciones, y los sistemas de información a los usuarios. El 10 de enero, el president Illa anunciaba en su visita a la factoría de Alstom en Santa Perpètua -donde se están fabricando los nuevos trenes para los servicios de Cercanías y Rodalies-, que habría buenas noticias y “pasos adelante con relación a la mejora del servicio en este primer mes del año". Esperemos que la marcha del presidente de Renfe, el catalán Raúl Blanco, no suponga ningún contratiempo en el desarrollo del proceso de transferencia.
Se supone que se deberá concretar el modelo de empresa mixta Generalitat-Estado y sobre todo la materialización del principio de acuerdo para la financiación del servicio. Las condiciones en las que se desarrollará ese traspaso deben servir para mejorar la calidad de las prestaciones del sistema ferroviario de cercanías, pero no responderán al ensoñamiento patriótico de creación de “estructuras de Estado”. La soñada RENFECAT (Red Nacional de los Ferrocarriles Catalanes) deberá esperar a la fecha utópica de la secesión…
El gobierno de la Cataluña deberá hacer frente a diversos retos y consideraciones. Uno de ellos rescatar a TV3 de su sesgo ideológico informativo al servicio del nacionalismo. También tendrá que hacer frente al chantaje permanente que ejerce el hombre de Waterloo sobre los gobiernos de Cataluña y España. Debería clarificarse la propuesta de financiación singular entendida de forma muy diferente por el gobierno del PSC y las reivindicaciones del nacionalismo irredento e insolidario.
Cataluña tendría que volver a ejercer el liderazgo de la España constitucional, progresista y federal, en una Europa democrática amenazada por los extremismos patrióticos de la ultraderecha.