Cataluña está consolidándose rápidamente como uno de los hubs tecnológicos más vibrantes de Europa. En los últimos años, Barcelona y su área metropolitana han atraído a una creciente comunidad de empresas emergentes, especialmente en sectores como la inteligencia artificial, la biotecnología, el deep tech y las llamadas tecnologías limpias.

La comunidad en un imán para la inversión, por diversas razones de su propio ecosistema y de su talento e infraestructuras, que la convierten en un entorno propicio para el desarrollo de negocios y de la innovación. Según datos recientes, la región alberga más de 2.100 startups, lo que posiciona a Barcelona como la segunda ciudad más popular entre los fundadores de startups en Europa. Pero no se tiene que dormir en los laureles con competidores tan fuertes como Málaga o Madrid. A nivel europeo, Barcelona solo es superada por Berlín, y es la quinta en el ranking general de hubs tecnológicos.

El hub debe ser un sector estratégico. Una de las claves de este auge es el apoyo institucional y la infraestructura de primer nivel que Cataluña ofrece a los emprendedores. El Barcelona & Catalonia Startup Hub, impulsado por ACCIÓ (la agencia para la competitividad de la empresa de la Generalitat), se ha convertido en un referente para el emprendimiento, facilitando el acceso a recursos, financiación e incluso conexiones internacionales. Este entorno proempresarial ha atraído importantes inversiones, y se han superado, de hecho, los 272 millones de dólares en rondas de financiación solo en el primer semestre de 2024.

Además, Barcelona no solo es un imán para nuevas empresas tecnológicas, sino también para el talento global. Espacios como el 4 Years From Now, el evento paralelo al famoso Mobile World Congress, han catalizado la visibilidad de estas startups, conectando a inversores, corporaciones y nuevos talentos en un solo espacio. En este contexto, sectores como la salud digital (healthtech), la sostenibilidad y la movilidad inteligente están experimentando un notable crecimiento, reflejado en las recientes rondas de financiación cerradas.

El ecosistema también se está orientando hacia la tecnología, con un aumento del 17% en el número de startups de tecnología desde 2022. Estas empresas, ya más de 340 de un total de unas 1.200, incluyen innovaciones en biotecnología, inteligencia artificial, supercomputación y sostenibilidad, y ya generan más de 2.700 empleos en Cataluña, aportando un volumen de negocio de unos 166 millones de euros.

Esta tendencia de crecimiento es especialmente relevante si se considera el impulso hacia la transferencia tecnológica que proviene de centros de investigación de referencia como el Barcelona Supercomputing Center y el Sincrotrón Alba. Podemos decir que las startups que se instalan en Cataluña son de alto valor añadido. Y ese ha de ser el objetivo a medio plazo.

Cataluña no solo se está enfocando en el desarrollo de startups, sino también en la transferencia tecnológica desde universidades y centros de investigación hacia el mercado. Sin embargo, uno de los desafíos clave para el ecosistema catalán sigue siendo el financiamiento privado. A pesar del apoyo gubernamental, los expertos coinciden en la necesidad de una mayor participación de inversores privados para continuar escalando estas startups y atraer a una mayor cantidad de las mismas.

Creo firmemente que con una combinación de talento, infraestructura y apoyo institucional proempresarial, Cataluña estará bien posicionada para seguir su camino y convertirse en un hub tecnológico líder en Europa en los próximos años.