Siempre me han gustado los discursos. Me encantan los del estado de la nación americanos. Los americanos saben cómo hacer márketing político y el “Yes, we can” ahora es “Yes, we Kam”. Kamala Harris ha conseguido en tiempo récord salir del armario de la vicepresidencia y tener un relato, una personalidad y una narrativa sobre un modelo de país para las próximas elecciones de EEUU.

El márketing es importante y lo de América primero ellos lo tienen claro. Republicanos y demócratas tienen eso en común, los Estados Unidos de América primero; luego, el mundo. Estamos en un mundo en que América primero, China reconquista su imperio con estrategia y tecnología, y los BRICS basan su alianza, en teoría, en la multilateralidad liderando lo propio. En ese sentido tienen claro que su innovación y sus empresas van primero y solo hace falta ver cómo dominan el mundo, dentro de poco con inteligencia artificial. Las empresas americanas tecnológicas hoy dominan nuestro mundo.

Las últimas elecciones de la Unión Europea han puesto sobre la mesa la necesidad de una Europa más económica contando con más diversidad de países, partidos y opiniones. El último documento de directrices políticas de la Comisión Europa para el periodo 2024-29 es pura innovación tecnológica. Nunca he visto discursos políticos tan técnicos ni tan relacionados con la innovación y la industria como los últimos de la presidenta Ursula Von der Leyen. El plan político de la presidenta haciendo referencia al informe Letta reconoce que la innovación, especialmente tecnológica, es el eje principal de competitividad de futuro y para ello hay que invertir, desburocratizar, agilizar y buscar los mecanismos necesarios para acelerar la innovación y la competitividad europea si no queremos ser vasallos de las empresas que apoya Pekín o Washington.

El mundo nos está pasando por encima y hay países que nos llevan años de ventaja competitiva en innovación. El programa habla de autonomía estratégica, tecnología (IA, cuántica, biotecnologías, entre otras) y sobre todo de innovación y empresa como nunca antes. 

Hace un tiempo, El país de demà propuso promover la innovación y los productos de aquí como un valor de país bajo la marca creado en Cataluña. Una marca de país que promueva nuestro valor empresarial, debemos sentirnos orgullosos de nuestras empresas, de nuestros emprendedores, colaborando con ellos, pero con carácter propio: esa sí que es una buena campaña de márketing; si no, continuaremos pensando que las tecnológicas americanas, el Fraunhofer alemán o los chips de Taiwán o las IA chinas, cualquiera de fuera, son mejores que nuestro talento interior bruto, que es mucho y, por mi experiencia en el día a día, como mínimo tan bueno como cualquiera de los anteriores. 

Seguí el discurso de investidura del Molt Honorable President de la Generalitat, Salvador Illa, quien habló de un eje tecnológico y de la necesidad de apostar por el conocimiento, la innovación y la reindustrialización. También habló de un modelo económico basado en la innovación y el talento y de aumentar la productividad, algo en lo que todos estaríamos de acuerdo, de izquierdas o derechas. El problema es que esas responsabilidades, tecnología e innovación son vitales y urgentes. Este mundo está claro que no nos espera y menos 100 días, así que pido al MHP que apueste por la tecnología y la innovación aquí y de aquí con empresas y tecnologías creadoras de valor y comprometidas con nuestro progreso porque nos va el futuro a todos ser o no ser dependientes de la tecnología de otros países, su márketing y sus valores, sea “Yes, we Kam” o innovated in China.