El 27 de febrero de 1937, durante los combates por la defensa de Euskadi, el capitán de ingenieros Alejandro Goicoechea se pasó al bando sublevado con toda la información sobre las obras de fortificación de las defensas de Vizcaya y el Cinturón de Hierro. “La información es muy relevante, pues detalla la organización y las estructuras principales que formaban la línea defensiva y la situación de las obras en aquella fecha”. Unos años después, en octubre de 1942, el ingeniero Goicoechea junto a José Luis de Oriol crearon la empresa ferroviaria TALGO (Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol).

Desde su creación, Talgo ha sido una empresa nacional referente mundial de trenes de alta velocidad, larga y media distancia, diseñados y fabricados en España en su totalidad. La tecnología innovadora de Talgo se caracteriza por su diseño de coches articulados, por la posibilidad del cambio de ancho de vía, su bajo centro de gravedad y “pendulación” natural que garantiza estabilidad de marcha. Otras características serían su bajo consumo energético y peso por eje, así como la accesibilidad de los viajeros. Talgo se ha convertido en un referente de la Alta Velocidad (AV) no solo en el mercado nacional, donde suministra los trenes de las series 102 y 112 --conocidos como el “pato” por la forma aerodinámica de su frontal--, sino también en el campo internacional, habiendo suministrado los trenes de la línea de AV ferroviaria La Meca-Medina, en el marco del proyecto Haramain.

En la actualidad la compañía afronta un contencioso con la Renfe operadora derivado de los retrasos en las entregas de los 15+15 de trenes AVE, los AVRIL, unidades de la Serie 106 y 107 contratados a principios del 2017 que deberían haber comenzado las entregas durante el 2021, pero que todavía Renfe no ha recepcionado.

El fabricante alega distintos motivos para justificar los retrasos, algunos derivados del estallido de la pandemia y sus repercusiones en la escasez de materiales, cuellos en la cadena logística y otros, más difíciles de justificar, como el cambio del suministrador de los equipos eléctricos y de tracción. En su momento, Renfe ha comunicado a la empresa una penalidad de 166 millones de euros por los retrasos en la entrega de los AVRIL más la aplicación de una penalización adicional de 50 millones por lucro cesante y otra de 80.000 euros a partir del próximo mes de abril por cada día de demora. 

A lo anterior se suma la problemática derivada del anuncio de una posible venta de la empresa como consecuencia de una OPA del consorcio Magyar Vagón integrado por un grupo de inversores con conexiones con el poder en Hungría y con posibles vínculos con el Kremlin. El Gobierno está obligado a analizar los detalles de la operación en un sector considerado estratégico como es la movilidad ferroviaria. La última palabra la tendrá la capacidad de veto del Consejo de Ministros apoyándose en la ley del escudo antiopas sobre inversiones exteriores que necesitan el visto bueno de la CNMV. 

El AVRIL (Alta velocidad Rueda Independiente Ligero) es el tren de muy alta velocidad más avanzado de Talgo. El AVRIL forma parte de una “plataforma tecnológica altamente flexible que permite adaptarse a las necesidades del mercado ferroviario europeo en función de su configuración comercial interior, su fácil accesibilidad para los viajeros y su capacidad para cambiar de ancho de vía (ibérico e internacional)”. Su alta capacidad y el ligero peso total le permiten minimizar el consumo energético, lo que contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. 

Talgo es un claro ejemplo de la tecnología punta del AVE instrumento de la digitalización que facilita el desarrollo de las infraestructuras de movilidad inteligentes y la automatización en la conducción ferroviaria. Desde el punto de vista de la sostenibilidad medioambiental es indudable la aportación del AVE a la mejora de la eficiencia energética, con la utilización de energías renovables y la reducción de las emisiones contaminantes con una menor ocupación y mejor optimización del espacio público. 

La oposición del Ministerio de Transportes y del operador Renfe a la venta de Talgo al consorcio húngaro surge de la necesidad de mantener una tecnología innovadora, un fabricante nacional y una política industrial en un sector considerado estratégico vinculado a la movilidad sostenible.

La pandemia y la amenaza del cambio climático nos ha brindado una excelente oportunidad para reflexionar sobre la necesidad de dotarnos de una estrategia industrial integrada a nivel español e insertada en el marco de una estrategia industrial europea. Tener una estrategia industrial supone disponer de una política de Estado que apueste por la industria como motor potente y sostenible de riqueza, lo que permite garantizar el gasto social necesario para sostener un modelo de bienestar. La política industrial despega como gran agitador económico y político global, las grandes potencias económicas avanzan en esa dirección.

Urge disponer de los AVRIL (Serie 106 y 107) para satisfacer la oferta de los próximos corredores ferroviarios de AV: el corredor MED, el corredor del Noroeste y garantizar la llegada a Francia por la Y vasca, y al mismo tiempo mantener el carácter nacional de una empresa innovadora como Talgo en un sector considerado estratégico.