Muy interesante la información ayer de Jorro sobre Grifols. Esta es una empresa peculiar. Recordará el lector aquel informe de una agencia norteamericana sobre Cataluña, con motivo del procés, que resumía qué elementos económicos tenían algún valor estratégico verdadero, y qué no lo tenía, y Grifols era la única que consideraba verdaderamente digna de atención.
Siendo una empresa española, catalana, también es en parte americana, pues tiene una pata sólidamente anclada allí. Pues la compra de sangre, material sobre el que se iza la compañía, está sometida a muy rigurosas restricciones en Europa, prohibida en España, pero no en Norteamérica. En realidad es el plasma lo que interesa a Grifols, y un particular puede someterse a extracciones de plasma con notable frecuencia.
Todo esto tiene resonancias un poco draculinas y, para compensar, las instalaciones de la empresa son de un color blanco inmaculado, de primera comunión, como se ve al pasar en coche hacia Granollers.
Como explicaba Jorro, la empresa catalana ha vuelto a arrojar beneficios tras pasar años de turbulencias después de que el patriarca familiar incitase públicamente a Artur Mas a que tirase adelante, sin miedo, si creía en la República catalana. Pero esas turbulencias financieras no tienen tanto que ver con el procés y con un señor que como ha amasado una fortuna cree que sabe cómo funcionan las cosas, como con esa mentalidad tan americana que mediante las mil terminales del aparato de agitprop y seducción del sistema te pide a todas horas que “creas en tu sueño”, que sigas tus sueños, pues si deseas de verdad tus deseos, estos se cumplirán. Es como creer en las brujas. De esta manera, si al final tus sueños no se cumplen la culpa será tuya, no de las condiciones de trabajo de la empresa.
En sus centrales españolas, irlandesas, norteamericanas, Grifols persigue el sueño fáustico de la inmortalidad, y mediante las transfusiones masivas de sangre de ratones de laboratorio jovencitos a otros más viejos ha conseguido suspender el envejecimiento de estos y regenerar el sistema neuronal y muscular. De estos primeros y esperanzadores resultados han pasado cinco años. Veremos si esos resultados fantásticos pueden extenderse a los seres humanos y Grifols nos devuelve a todos la juventud. ¡A un precio muy razonable! Y de esta manera los catalanes no sólo tendremos, sólo por serlo, todo pagado allá donde vayamos, sino que encima será para siempre. ¿Quién da más?