Acaba la semana de Pascua precedida por el Celtiberia Show de la presentación de la esperpéntica moción de censura liderada por el profesor Tamames y su enfermizo ego. Los de Vox, inasequibles al desaliento, colaboraron a la celebración de una ópera bufa que no prestigia a nuestra crispada actividad parlamentaria.
La ley Trans provoca sus primeras turbulencias en un opositor a policía local de Torrelodones que manifiesta ser mujer encerrada en cuerpo de hombre. El PSOE propone modificaciones en la llamada ley del “solo si es si”, la ministra de Igualdad en un alarde de manifiesta incompetencia y sectarismo militante persiste en no enmendarla acusando al partido mayoritario de la coalición de “intentar volver al código de la manada”. La otra ministra “podemita”, la siempre enojada Belarra, acusa a su coaligado socialista de ser “el partido de la guerra” y “cómplice de los fondos buitres”.
El PP realiza su propia aportación al despropósito, el veleta Feijóo azuzado por los vientos de fronda de la lideresa madrileña Ayuso, viaja a Bruselas para intentar cargarse la reforma de pensiones que ha obtenido el expreso soporte del vicepresidente griego de la CE. Al comienzo de la semana de Pasión, la “caudilla” Ayuso unos días después de visitar al Papa Francisco invita a uno de sus mítines a la curandera evangelista que declara satánicos a los votantes sanchistas.
Cataluña hace como siempre su especial y diferenciada aportación al circo celtibérico con las estrafalarias aportaciones de la “guerrillera” Ponsatí, partidaria de una secesión sin renunciar al derramamiento de sangre. Impagable la posición numantina de la “geganta del Pi”, dispuesta a resistir y defender sus ingresos crematísticos, tocando las narices a la joven promesa Trias, candidato de su propio partido a instalarse de nuevo en la “Casa Gran”. Para completar el esperpento el TSJC condena a la Borràs y al mismo tiempo recomienda el indulto, sin duda Cataluña “is different”.
Comienza la Semana de Pasión con la aparición en escena el Domingo de Ramos de la eterna sonrisa de la vicepresidenta Díaz como candidata a la Presidencia del Gobierno liderando a todas las dispersas fuerzas de la taifa izquierdista. La troika, Iglesias-Montero-Belarra, al borde de un ataque de nervios, decide dinamitar todo tipo de acuerdo que no pase por su control y liderazgo. La acusación de traición a Yolanda surge en el horizonte, el renegado Kautsky aparece en escena.
La gestión de la vicepresidenta como ministra de Trabajo ha tenido un amplio reconocimiento expresado en una reforma laboral de amplio consenso social y económico. La eterna sonrisa de la vicepresidenta y su propuesta de “sumar” apelando a la participación de la ciudadanía progresista tiene sin duda un poderoso atractivo en el espacio ubicado a la “izquierda” del PSOE y supone un cierto reconocimiento de la vía reformista para la defensa de los intereses sociales y económicos de la clase trabajadora y sus aliados.
Una propuesta claramente socialdemócrata, que sin duda tiene la virtud de intentar agrupar a las fuerzas de izquierda que se sitúan en el exterior del partido socialista. Sumar tendrá recorrido en la medida que pueda acceder al poder y a su reparto de competencias y responsabilidades, en caso contrario estarán condenados una vez más a la podemización . La troika de Podemos será el principal enemigo para el nacimiento y lanzamiento de la organización. Iglesias no perdonará la autonomía de su heredera digital e intentará aplicar el viejo principio cainita de “lo que no controlas lo matas”.
El proyecto Sumar tiene en su ambigüedad ideológica e indefinición programática su principal fuerza y al mismo tiempo su principal debilidad. En tiempos de marketing político pueden tener un cierto recorrido propuestas como: “Colocar la vida de la gente en el centro”, “combatir las diferentes caras de la desigualdad: la económica, la social, la política”, “el alma de Sumar son las personas”…Un feminismo que se expresa en “pedir a los medios de comunicación y a los político/as que cuando los proyectos los lideran mujeres nos dejen ser autónomas”,” ya es el tiempo de las mujeres”, “política con ternura, amor y libertad”. El “empieza todo” del cartel que encabezaba el mitin de presentación indica el adanismo de la propuesta.
En su estudiada intervención en la última moción de censura, la vicepresidenta se presenta proponiendo un ticket electoral: Sánchez-Díaz. Propuesta que el PSOE contempla con simpatía, pues el nacimiento de Sumar, su consolidación y buenos resultados, serían imprescindibles para la continuidad del gobierno de coalición. Apunto que una izquierda fuerte y unida desde su pluralidad no puede renunciar al diálogo con las fuerzas conservadoras democráticas. A la vida política española le urge reducir la crispación alimentada por las fuerzas extremas, cuanto más débiles sean Vox, Podemos, Ayuso, Iglesias y sus aliados secesionistas, más posibilidad habrá de reconstruir un cierto consenso que permita abordar los principales retos políticos que el país necesita. Hoy por hoy estamos muy lejos de ello, pero como el poeta decía, “caminante no hay camino, se hace el camino al andar”.
Hoy más que nunca echamos de menos a políticos como Josep Piqué, al que el sectarismo de los extremos dejó fuera del consenso estatutario en la Catalunya post-convergente.