Este 2022 ha sido el año de la historia de la humanidad que más conocimiento y tecnología se ha generado hasta la fecha. Ha sido un año de grandes avances; las mejores innovaciones del 2022 incluyen la primera pastilla anti-Covid (Pax1covid), los avances en fusión nuclear, la primera misión privada que aterriza en la Estación Espacial Internacional (Axiom-1) y la mayor planta de eliminación de carbono del mundo en Islandia, entre otras.
Aquí nos hemos digitalizado más y mejor; de hecho, hemos mejorado nuestro nivel con respecto a la integración digital y estamos en el número 7, por encima de la media europea. Seguimos digitalizando todo y a todos ante la necesidad de ser competitivos en esta nueva economía.
En 2022, hemos empezado a ver inteligencias artificiales comerciales en forma de cobots que nos sorprenden por la velocidad y concreción de sus respuestas en forma de escritos, composiciones o avatares de nosotros mismos como Dall-e, GPT-3, OpenAI... Megacalculadoras de información que aún no pueden comprender el relato que ellas mismas generan. La capacidad de computación y los algoritmos aumentan exponencialmente y las máquinas aprenden por sí mismas y nos pueden ayudar a predecir catástrofes, realizar nuevos descubrimientos y explorar incluso nuevas formas de vida. El problema ahora empiezan a ser sus aplicaciones y sesgos y por ello el Gobierno ha aprobado la creación de la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial, que estará ubicada en la Coruña.
Facebook ha mutado en Meta para ser líderes del metaverso, el problema es que crear un nuevo mundo digital inmersivo paralelo no parece ser tan fácil ni tampoco tan atractivo. Un estudio longitudinal de Harvard ha concluido que lo que nos hace más felices es el contacto humano con nuestros seres queridos. Aun así los contenidos, medios y canales audiovisuales van en aumento y la web 3.0 y los entornos colaborativos (metaversos) serán una realidad como evolución de las herramientas actuales en los próximos años trabajando la tecnología inmersiva y emocional.
En el ámbito de los chips (semiconductores) seguimos inmersos en la guerra global por la atracción de fábricas, así como sus componentes y materias primas.
La investigación sobre el cerebro, así como la interacción cerebro-máquina está avanzando y aquí es donde España plantea la creación del Centro Nacional de Neurotecnología.
La crisis energética derivada de la guerra de Ucrania, la dependencia de los combustibles fósiles y un sistema de precios en manos de grandes corporaciones nos está llevando a la descarbonización acelerada, pero también a una crisis industrial de los sectores que más energía consumen y un aumento de la inflación para todos. Por necesidad, las energías alternativas van al alza y el corredor del hidrógeno mediterráneo H2Med parece ser que será una realidad.
El criptoinvierno se ha congelado y ha puesto de manifiesto la existencia de empresas de intercambio de criptomonedas fantasma como FTX. Al mismo tiempo se ha llevado a cabo con éxito The merge, la fusión de Etherium, un cambio en cuanto al proceso de minado que comporta una reducción del 99,9% del consumo de energía entre otras cosas.
La compra de Twitter ha sido un culebrón retransmitido por su propio canal que ha evidenciado el poder de la redes sociales. La guerra de Ucrania ha sido y es en parte cibernética, teledirigiendo drones, armas y a través de ciberataques. La ayuda tecnológica ha llegado a Ucrania vía criptomonedas, apoyo de hackers como Anonymous y satélites Startlink cedidos por Musk.
Mientras Estados Unidos y China siguen inmersos en una competición por el liderazgo tecnológico del planeta, India se ha convertido en el tercer país con más publicaciones científicas después de ambos. Hablando de rankings, en número de usuarios de internet China es el primero, con 934 millones, e India el segundo, con 697 millones, sumando un tercio de los usuarios actuales del mundo, mientras que los países más innovadores este 2022 son Suiza, Estados Unidos, Suecia, Inglaterra y Países Bajos.
Con todos estos retos, este año ha sido el de la doble transición digital y verde, espero que el 2023 sea el año de la triple transición, digital, verde y sabia, utilizando todo este conocimiento y tecnología para nuestro propio bien y con valores más humanos pensando en el bien común y no en la tecnología propia.