El empresario José Elías es un astro emergente del mundo económico. Lidera el pujante grupo de energías limpias Audax y figura de forma continua en el candelero de la actualidad. De hecho, anuda acuerdos a paso de carga, lanza emisiones financieras de cientos de millones de euros y aún le queda tiempo en sus ratos libres para contribuir con 30 millones al aval que Joan Laporta necesitaba como candidato a la jefatura del Barça.
Elías no es amante de poner todos los huevos en el mismo cesto. Tampoco hace mucho caso al sabio refranero que recomienda a los zapateros dedicarse a sus zapatos. Así lo evidencian dos recientes operaciones de altos vuelos.
Una consiste en la amalgama de su grupo Aspy, de prevención de riesgos laborales, con el consorcio madrileño Atrys Health, experto en telemedicina. La suma de ambos alumbra un pequeño gigante del sector. El otro lance es la compra de la cadena de productos congelados La Sirena, con sede en Viladecavalls (Barcelona). Esta firma ha cambiado de manos varias veces. Arrastra una larga crisis que ya perdura diez años. En ese periodo ha cosechado unas pérdidas próximas a los 130 millones.
José Elías tiene, al parecer, poca experiencia sobre el ramo de los alimentos refrigerados. Abriga el propósito de relanzar con vigor la red y extender sus tentáculos territoriales mediante la apertura de decenas de tiendas. Para ello se valdrá del hasta ahora director general, a quien ha ratificado en el cargo.
Las dos corporaciones transcritas son menudencias al lado de la que sin duda es su obra cumbre, a saber, la empresa Audax, de cuyo capital posee el 66%, y que anda metida en inversiones de enorme cuantía. La firma está especializada en parques fotovoltaicos y eólicos, y en menor medida en biogás. Tiene instalada una potencia que ronda los 100 MW y presta servicio a más de medio millón de clientes. Desarrolla dispositivos situados en España, Portugal, Italia y República Dominicana. Además, ha desembarcado en Francia y Polonia.
El ejecutivo barcelonés ha confeccionado un ambicioso plan de expansión. Si se cumplen sus previsiones, en pocos años debería multiplicar la potencia por 25, hasta alcanzar nada menos que los 2.500 MW. Todas estas actuaciones requieren fuertes aportaciones dinerarias. Nuestro personaje las aborda por regla general con unos pocos fondos propios y fía el grueso a la financiación externa. Por ejemplo, el año pasado lanzó una batería de movimientos financieros que incluían emisiones de pagarés y bonos por importe de 800 millones.
Francisco José Elías Navarro, que tal es el nombre completo de este despierto emprendedor, nació en Badalona en 1976. Fundó Audax cuando contaba veinticuatro años. Apenas cumplidos los treinta, ya se había encumbrado al rango de archimillonario. Hace un lustro formalizó una de las transacciones más lucrativas de su vida. Lanzó una opa sobre Fersa Energías Renovables y consiguió su control. El asalto le costó 70 millones, un precio de regalo dada la magnitud de los activos que encerraba la “opada”.
Elías posee también un tercio del grupo madrileño Ezentis, de infraestructuras y telecomunicaciones. La situación interna de la firma es altamente inestable. Esta semana dimitió su responsable máximo, tras solo doce días en el puesto.
Audax y Ezentis cotizan en los mercados de valores. La evolución bursátil de ambos títulos durante el año que ahora concluye es cualquier cosa menos afortunada, pues Audax se desploma un 36% y Ezentis, un 55%.
José Elías articula su entramado industrial por medio de la sociedad de cartera Excelsior Times, sita en Badalona, de la que es único propietario. Esta entidad luce guarismos dignos de nota. El año pasado facturó 1.050 millones. El flujo de caja y el beneficio neto se situaron en 50 y 21 millones, respectivamente. El dividendo repartido se triplicó hasta rozar los 5 millones. Debido a los trasiegos de endeudamiento descritos, el pasivo exigible de Excelsior Times se disparó hasta 800 millones, frente a un patrimonio de 164.
José Elías dijo esta semana que en enero cancelará el aval prestado a Joan Laporta y se saldrá del Barça. Alberga sobrados motivos para dar el paso. Aparte de la lamentable trayectoria del club azulgrana, los múltiples y heterogéneos negocios que tiene entre manos acaparan toda su atención.