La mayoría de países europeos ha conseguido revertir la curva de infectados con las medidas restrictivas de movilidad. España era el país del mundo con más infectados en septiembre y ahora somos de los que menos tenemos en Europa. No obstante, conviene ser prudente ya que los países que son señalados como un caso de éxito acaban teniendo un brote intenso. De hecho, en Madrid los infectados han dejado de caer las dos últimas semanas, coincidiendo con el menor miedo de la gente y más actividad en las calles.
El caso más preocupante ahora es EEUU donde Trump sigue sin asumir que ha perdido las elecciones, ya está pensando en las próximas de 2024 y donde se espera el mayor pico de la pandemia en las navidades con los hospitales colapsados. Las vacunas empiezan ya a distribuirse en Reino Unido, y en España el gobierno estima que habrá vacunado a 22 millones de españoles en junio. Hay dos problemas: que haya tantas vacunas disponibles y que los españoles quieran vacunarse. La vacunación es voluntaria y de momento sólo el 30% de los españoles dice que va a vacunarse en las encuestas.
En China la vacunación va más avanzada y tienen el virus muy controlado. Este pasado fin de semana El País ha hecho un amplio reportaje de la vida en Wuhan tras el virus. Un año después de comenzar la pandemia no hay infectados, las mascarillas ya no son obligatorias y no hay ninguna restricción a la movilidad. ¿Cómo se han comportado sus ciudadanos? Este experimento es muy útil para los europeos ya que recordemos que China anticipa varios meses la tendencia que viviremos aquí.
Los bares y restaurantes están llenos: “Tras el miedo de la pandemia necesitamos sentir que vivimos”. Sin duda, una gran noticia para un país turístico como España. A pesar de ello, mucha gente sigue teniendo miedo y sigue usando mascarillas. Por lo tanto, habrá una recuperación intensa de turistas el próximo verano seguramente, pero lejos de los 87 millones que vinieron en 2019.
Para Europa es muy buena noticia la recuperación en China. El consumo allí en octubre crecía el 4% anual, lejos aún del 8% antes de la pandemia, pero muy por encima del crecimiento en Europa y en EEUU. Y las ventas de coches de noviembre han crecido un 8%. China tiene un fuerte efecto arrastre sobre las importaciones del resto de países asiáticos. Y también sobre Europa. China ha crecido de forma exponencial desde 2000 y ya ha superado a Francia como segundo destino de exportaciones alemanas. Europa tendrá que tomar posición en la guerra comercial entre EEUU y China y alejarse de la posición de Trump y el temor a sanciones, como pasó con el 5G y Huawei.
La semana pasada conocimos datos de empleo en España y EEUU de noviembre. El profesor Florentino Felgueroso ha hecho un maravilloso gráfico, en el que se observa cómo la destrucción de empleo en EEUU fue mucho más intensa que la de España. Pero si incluimos los ERTE, la destrucción fue el doble de intensa en España. El gráfico confirma la eficacia de los ERTE para frenar el impacto de la pandemia. Pero también pone en cuestión la diferencia institucional del mercado de trabajo en EEUU y en nuestro país. La noticia positiva es que España ha conseguido revertir la curva de infectados en octubre y noviembre sin hundir la economía como sucedió en marzo y abril.
España se ha gastado casi cuatro puntos del PIB en ERTE mientras en EEUU los han usado en rentas directas para familias y empresas. En noviembre la situación es la misma y EEUU ya está preparada para volver a crecer. España está atrapada políticamente prorrogando los ERTE sine die y subvencionando a empresas zombies. El fondo creado por la Sepi para ayudar empresas concentra su inversión, de momento, en la pata bajista de la recuperación en K. Empresas que ya tenían problemas de viabilidad antes de la crisis como Abengoa, Duro Felguera, o empresas de industrias muy tradicionales como el acero.
Los medios publican que Bruselas va a exigir a España reformas para acceder a los fondos europeos y citan expresamente: sistema de pensiones, mercado de trabajo y unidad de mercado vinculado a las diferentes regulaciones autonómicas. En pensiones, como comenté la pasada semana, la reforma aprobada por el pacto de Toledo empeora la sostenibilidad del sistema y va en contra de lo que pide Bruselas. En mercado de trabajo el Gobierno habla de meter más rigideces y desde la Comisión piden más flexibilidad. Y en unidad de mercado el Gobierno ni habla de ello.
Todavía sigue el conflicto con Polonia y Hungría y aún no se han aprobado los fondos. El representante de Hungría en Bruselas, contrario en su país al matrimonio homosexual, fue pillado en una orgia gay ilegal huyendo de la policía por el tejado. Ha dimitido y ha provocado una profunda crisis política en su país que podría facilitar el acuerdo de los fondos. Pero el plan de reformas española llegará a Bruselas el 30 de abril y no se aprobará hasta junio en las recomendaciones del Consejo Europeo. Y está por ver en qué se concreta la nueva condicionalidad de acceso a los fondos. Europa ha pasado de recortes por rescates en 2010 a dinero por reformas en 2020.
El INE publicó su dato de viajeros por ferrocarril. En el tercer trimestre de 2019 viajaban 140.000 personas y en el tercer trimestre de 2020, 78.000. El empleo está un 8% por debajo de hace un año, incluyendo afiliados, ERTE y ceses de actividad de autónomos, con un desplome de casi un 50% de viajeros en tren. El teletrabajo y la economía digital están avanzando a toda velocidad con la pandemia. Los españoles estamos descubriendo que se puede trabajar sin necesidad de tantos desplazamientos, organizando mejor nuestro tiempo y con videoconferencias. Eso supondrá profundos cambios en los próximos años sobre el empleo, el uso de oficinas, los restaurantes y ocio cerca de los centros de oficinas, etcétera. Con riesgos, pero también con oportunidades para nuevas empresas o las actuales que se adapten más rápido a la nueva realidad. España debería ambicionar ser sede de nómadas digitales corporativos europeos.