Los ciudadanos. Lo hemos conseguido los ciudadanos. Cuidado con ponerse medallas. Los ciudadanos en bloque, a pesar de ese tanto por ciento de irresponsables. Cero fallecidos en los últimos días. Si no nos engañan, que pudiera ser. Ya los 30.000 muertos son bastantes. Mínima cifra de contagios, lo que parecía imposible hace un mes. Lo imposible se ha conseguido. La medalla para los ciudadanos. La de honor para los trabajadores de la sanidad. Todos. Desde el doctor más veterano al portero o los trabajadores de la limpieza. Todos. Repito, trabajadores. No gerentes. Esos no se enteraron. En cierto hospital, donde los infectados rebasaban el tejado, el gerente no convocó ninguna reunión. Ninguna. Fueron los trabajadores de cada sección, con la iniciativa inteligente de algún compañero, quienes se organizaron para hacer frente al oleaje que se avecinaba, que ya estaba en el pasillo. De ellos es el mérito. No del gerente, a pesar de que el Rey le haya felicitado. Debería informarse mejor el Jefe del Estado antes de felicitar a quien no hizo méritos. Ahora, a través de una carta a sus trabajadores, quiere quedarse con la medalla. Ocurrió en el hospital más castigado por el coronavirus en el cinturón de Madrid. Se ha conseguido, a pesar de estos gerentes. A pesar del Gobierno.
Un poco también lo ha conseguido el Gobierno. Mucho mejor ha estado en el mes de mayo. ¡Qué diferencia con los meses anteriores! En mayo sí hubo Gobierno. Pero antes, tanto Illa, como Fernando Simón, como Pedro y Pablo descarrilaron al máximo. Vergonzoso. Ya deberían estar en casa. Hasta un alto funcionario de la Comisión Europea, Cecilio Madero, pide la dimisión de Pedro Sánchez por su gestión de la pandemia: “A veces pienso que debe sufrir usted algún tipo de enajenación mental, lo que explicaría en parte su actuación y la catástrofe absoluta en que está sumiendo al país, porque en caso contrario, su paso por La Moncloa lo coloca ‘en la órbita del Derecho Penal’”. Dura la carta firmada por el funcionario europeo.
Pero al Gobierno de Pedro y Pablo se la suda, con perdón. Sólo quieren permanecer en el poder. No hay más que observar, en plena crisis, su campaña de publicidad y su despilfarro de dinero público. La compra de casi todos los medios de comunicación. Qué vergüenza ver hace unos días a los principales medios de papel con el mismo titular “Salimos más fuertes”. ¿Cómo? ¿Que salimos `más fuertes’ de este socavón? ¡Váyanse todos al infierno! Acompañados de los euros gubernamentales. Aunque falta lo peor. Habrá otra tercera campaña de engaño al ciudadano. Otros 4,5 millones de euros. Total, 13,5 millones de euros. Y los sanitarios sin mascarillas. ¡Olé el Gobierno de Pedro y Pablo! O de Pablo y Pedro que, a lo peor, está mejor comunicado y es más certero. Y miles de ciudadanos haciendo cola para conseguir una triste bolsa de comida en la caridad.
“Salimos más fuertes”. ¿Quién habrá sido el insensato e insensible personaje gubernamental que se le ha ocurrido este titular? Tras más de 30.000 muertos y la peor crisis económica que ha padecido este país en su etapa democrática. Vergonzoso. Nefasto. Sin ética. Sin principios. Sin respeto a los ciudadanos. Que siga el engaño. 15 millones para las televisiones y 13,5 millones para el papel se ha gastado de dinero público este Gobierno de dilapidadores en hacerse publicidad a sí mismo. Que de nada sirve socialmente, salvo para comprar y cerrar la boca a los medios de comunicación. Seguimos desinformados. Salvo algunos medios en las redes que mantienen el tipo y la información veraz. Pero a estos se accede sólo en las ciudades. En miles de pueblos no hay red, como en el mío. Sólo televisión. Sólo engaño.
Por si había poco follón apareció Marlaska. Dimisión. No se va ni arrastrado por caballos. Tampoco se lo permiten. Cuentan por la rivera del Manzanares que la que sí ha dimitido es la directora de la Guardia Civil, María Gámez. La dimisión no se la acepta Marlaska. Resistiremos todos juntos hasta el verano, fin del Estado de Excepción. ¡Ay, el verano! ¡Y después, el otoño! Saldrán corriendo la mayoría. Hasta puede que Pablo Iglesias para hacer por libre su campaña. Sí, abandonará a Pedro en cuanto se acerquen otras elecciones. Para vender sus ‘éxitos’ y su ‘manejo’ de Moncloa. Pero mientras, seguirá Marlaska. No dimitirá ni ahogado. Quiso ser ministro con Rajoy. Quiso ser Fiscal General. Tiene tanta ambición como Pedro, con quien lo consiguió. Ha sido juez, pero no soporta la división de poderes. Es manipulador al máximo y le gustaría controlar hasta la Justicia desde el ministerio de Interior.
Y, además, vengativo. Característica de su gremio. ¡Vaya juez metido a político de deshecho! Como Pérez de los Cobos no le filtró las ‘investigaciones judiciales’ lo cesó. Controlar todo desde la cloaca de Interior. No deberíamos asombrarnos porque siempre fue igual. Pero ya es hora de cambiar. ¿O no, Pedro y Pablo? Se dice que veníais a cambiar la política. Las cloacas, las puertas giratorias, etc., etc. De esto mejor no hablar. Seguimos igual o peor. Bastante peor.
Pues a pesar de los políticos los ciudadanos hemos superado esta enorme crisis sanitaria. De momento. Incluso reconocemos que el gobierno ha mejorado en el último mes. A pesar de los enfrentamientos entre las dos trincheras políticas. Ver y escucharlos en el teatro del Senado y en el circo del Congreso da asco. Suerte que los ciudadanos no llegan a ese nivel. Aunque hay que ser prudente y recordar a Rafael Alberti: “España es un país sin formar, siempre en transición; se puede originar un conflicto por cualquier tontería; es una plaza partida, en sol y sombra, donde se lidian dos corridas: alegres y sombríos; ricos y pobres”.