En un momento en que conceptos como “cambio climático” o “transición ecológica justa” están en primera línea de los debates, paradójicamente está a punto de desaparecer, por causas diversas, la primera y única opción política claramente ecosocialista que ha existido en el conjunto del estado: Iniciativa per Catalunya-Verds, miembro del partido Verde europeo.
La ideología ecosocialista ha sido conformada en torno a tres vectores, los denominados hilos rojo-verde y violeta. Estos hilos componen la base del movimiento ecosocialista, el hilo rojo que representa su voluntad de vincularse con el mundo del trabajo y del sindicalismo de clase, el hilo verde del ecologismo político y el hilo violeta del feminismo y la igualdad de género.
En estos tiempos de cambios y confusión que estamos viviendo donde parece que se difuminan, sobran o no están de moda los conceptos ideológicos claros y los grandes debates estratégicos, donde faltan las estrategias a largo plazo y dominan los tacticismos y los posibilismos, y donde los diversos populismos son norma, queremos reivindicar la necesidad de la existencia de un espacio político que se reivindique del ecosocialismo y defienda las banderas conjuntas de los hilos rojo y verde.
En cuanto al hilo violeta parece que por suerte está adoptado de forma clara por el conjunto de las fuerzas políticas progresistas y por un movimiento feminista que ha demostrado su gran potencia y capacidad de movilización. Pero los hilos rojo y verde hoy no son específicamente reivindicados.
No dudamos que la necesidad de hacer frente al cambio climático y la lucha contra la contaminación está cada vez más presente en la agenda política y social, y que incluso ahora el Gobierno del Estado da prioridad a un tema claramente ecosocialista como es conseguir una “transición ecológica justa”, y podemos decir que el equipo gubernamental responsable es de un gran nivel de conocimiento de la problemática.
Pero a la vez la ideología ecosocialista nunca ha estado tan poco presente políticamente, porque ni el PSOE ni UP y sus confluencias defienden una ideología ecosocialista que vaya más allá de las medidas concretas. Incluso el sujeto político donde se ha integrado la antigua ICV no ha hecho una definición ideológica al respecto que vaya más allá, --y esto hay que decirlo--, de la aplicación de medidas más o menos ecológicas.
Una propuesta ecosocialista va más allá de cuestiones ecológicas concretas que se puedan abordar. El ecosocialismo une una rama ideológica tradicional como es el socialismo y la suya la lucha por la liberación de las clases trabajadoras explotadas con la lucha ecológica en el sentido de que la lucha por la liberación social debe ir de la mano de la lucha por el respecto al medio, huyendo de los planteamientos económicos puramente “desarrollistas”.
Lo que el ecosocialismo, como planteamiento político e ideológico, propone es un cambio de modelo de producción, un cambio de modelo económico, un cambio de modelo de las relaciones sociales y un cambio de las propias conciencias personales. Plantea una cosmogonía que defiende no solo cambios políticos y económicos sino también un cambio en la conciencia social. Por tanto es una alternativa global al actual sistema económico y social basado en el “desarrollismo sin control”, la magnificación del beneficio, el individualismo, el derroche de recursos y el consumismo desaforado existente, que pone en riesgo la propia viabilidad planetaria.
Ya hace muchos años, en enero del 1977, Enrico Berlinguer en un encuentro con intelectuales planteó una reflexión alrededor de “la Austeridad”. Evidentemente no tiene ninguna relación con el discurso de austeridad que ha defendido la derecha para afrontar la crisis totalmente contrario de lo que planteaba el político italiano.
En su discurso, hace tantos años, ya se podían ver algunas de las bases de un discurso ecosocialista. La necesidad de acabar con el derroche de recursos, la limitación de los recursos naturales, pensar en el futuro de un planeta que no se puede dejar en manos de una explotación irresponsable sin fin, la necesidad de cambiar la mentalidad individualista y el consumismo descontrolado, la necesidad de potenciar los servicios públicos en todos sus ámbitos frente a las salidas privadas individuales, en definitiva un cambio radical de modelo. La defensa de una vida mejor, más justa y menos desigual para el planeta y para la gente que lo habita.
Era un discurso ideológico de largo recorrido y que hay que irlo concretando en sus diversas etapas y aspectos, con estrategias concretas pero que tengan un objetivo final a conseguir y por el cual luchar.
Ahora que nos encontramos ante la próxima desaparición de un referente, limitado y modesto pero adalid como fue ICV, que fue la reconversión de un partido de matriz comunista en un nuevo partido ecosocialista rojo-verde-violeta, hace falta que no nos conformemos con la desaparición de un pensamiento que no hay duda es de futuro.
En este momento hay que plantearse la necesidad de “refundar” en Cataluña y en el estado un espacio político propio ecosocialista, como un partido “Ecosocialista” o “Izquierda Verde” que puede confluir con otras opciones o en colaboración con otros partidos progresistas pero manteniendo una personalidad propia que hasta ahora no existe dentro de ninguna de las fuerzas políticas actuales, a pesar de que tenga extensiones parciales en algunas de ellas.
Porque hay que tener claro como decía Gramsci que “las ideas no viven sin organización”.