Alain Jordà (Pau, 1956, Francia) es un experto en desarrollo local, con experiencia como concejal en el Ayuntamiento de Manresa. Ha publicado diferentes trabajos y asesora a gobiernos locales, con la idea de ayudar a ciudades pequeñas y medianas para que formen parte de la red global de ciudades. De familia francesa, Jordà cree en la cooperación entre territorios, y considera que en Cataluña los gobiernos de CiU, al mimar a las pequeñas localidades, para que ejercieran de contrapeso frente a las capitales comarcales, que estaban en manos de la izquierda, perjudicaron el desarrollo del conjunto del territorio. Por ello, porque sólo “desde la colaboración” se pueden conseguir logros para el bien común, considera un enorme error la apuesta de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de querer arrebatar el Mobile World Congress a Barcelona. "El último exabrupto de Díaz Ayuso afirmando que iban “a por el Mobile World Congress” de Barcelona, es un buen ejemplo de lo que no hacen las grandes ciudades del mundo", señala en esta entrevista con Crónica Global.
--Pregunta: Las ciudades son la gran referencia para todo tipo de proyectos. Pero, ¿es imparable una especie de competición entre las veinte principales ciudades del mundo, con todo lo que eso conlleva?
--Respuesta: Efectivamente, de las ciudades depende la adaptación de la humanidad al nuevo paradigma del S.XXI y es en ellas donde se producen los grandes cambios. Sin embargo, si existe una competición por liderar las ciudades del mundo, hay tantos ámbitos en los que las ciudades deben innovar que yo no hablaría de una competición excluyente. Más bien, al contrario, cada ciudad genera avances que comparte y que sirven de inspiración a las demás de forma que todas van mejorando, tanto gracias a sus propias iniciativas como a los aprendizajes que obtienen de las demás. De modo que me parece mucho más adecuado hablar de una competición virtuosa entre las grandes ciudades del mundo que trabajan por crear las ciudades del futuro. En ese sentido, el último exabrupto de Díaz Ayuso afirmando que iban “a por el Mobile World Congress” de Barcelona, es un buen ejemplo de lo que no hacen las grandes ciudades del mundo.
--Una parte del proceso independentista en Cataluña se ha explicado por la competición entre Madrid y Barcelona, por la percepción, basada en hechos tangibles o en expectativas de futuro, de que Madrid ha contado más con el apoyo del Estado. ¿lo ve así, cree que en gran medida ese es el debate de fondo, del llamado conflicto político?
--Es obvio que Madrid se ha visto muy beneficiada por el hecho de que España ha sido gobernada, desde mucho tiempo atrás, con criterios centralistas (redes de comunicación, instituciones del Estado,...). A pesar de ello, quien organizó los mejores JJOO de la historia fue Barcelona. Mi opinión es que la prosperidad y el liderazgo de cada ciudad depende sobre todo de la capacidad de sus actores locales para articularse y definir e impulsar conjuntamente un proyecto de ciudad compartido. En cuanto a su pregunta concreta, no creo que las diferencias en el apoyo del Estado a las ciudades de Madrid y Barcelona hayan sido un elemento relevante en el origen del conflicto político.
--Las ciudades buscan inversiones, talento, pero ¿hasta qué punto las grandes urbes serán centros para una elite mundial, que deje fuera a sus residentes de siempre?
--Ello va a depender de la gestión que hagan las ciudades de su sociedad. Es un hecho en estos momentos que la gentrificación (la expulsión de los habitantes y de los negocios tradicionales de la ciudad a causa del incremento de los precios inmobiliarios) es un problema al que se enfrentan. Estoy convencido, no obstante, de que las ciudades encontrarán fórmulas para conseguir seguir siendo ecosistemas humanos diversos. Porque las ciudades que no lo consigan perderán capacidad de atracción, precisamente, porque la diversidad es uno de los factores importantes que busca el talento que desean captar.
--La colaboración público-privada es un factor esencial para el progreso de las ciudades. En efecto, las administraciones públicas tienen, por sí solas, una capacidad cada vez más limitada de transformar las ciudades. Por ello, las Alcaldesas y los Alcaldes necesitan ejercer un liderazgo colaborativo. Es decir, deben saber liderar a su sociedad para tejer alianzas con los distintos actores locales -el conocimiento, el empresariado y la sociedad civil- que permitan a la ciudad definir y desplegar grandes proyectos transformadores. Por eso el sector privado es un actor imprescindible en el desarrollo de las ciudades.
--Usted asesora a las autoridades locales y regionales en procesos de definición de proyectos de desarrollo territorial. ¿Cómo podríamos calificar al conjunto de Cataluña? ¿Tiene un territorio cohesionado?
--Uno de los grandes activos de Cataluña es su gran diversidad territorial. Una diversidad que necesita ser protegida y potenciada. Barcelona y su área metropolitana atraen, lógicamente, a la mayoría de iniciativas del conocimiento y empresariales. La Generalitat debe ejercer de contrapeso para dotar a los demás territorios de los medios y recursos que necesitan para ofrecer oportunidades de futuro a sus habitantes y a otras personas que puedan optar por instalarse en ellos.
--Una de las zonas que de forma más frecuente muestra sus quejas es la Cataluña del sur, las Terres de l’Ebre. ¿Es la zona olvidada? ¿Se puede revertir esa situación? ¿Hay, por tanto, una Cataluña vaciada, que Barcelona no ha tenido en cuenta, como ocurre con Madrid y los territorios de su alrededor?
--No solo las Terres de L’Ebre sino que también amplias zonas de Lleida y de la Cataluña Central así como del pre-Pirineo son zonas mal dotadas de servicios básicos. Claro está que existe una Cataluña vaciada. Es imprescindible que, desde la Generalitat, se fomenten las iniciativas de desarrollo en las comarcas rurales. Y para ello es imprescindible que el proyecto de desarrollo de cada territorio surja de la voluntad y del consenso de los actores locales. A la administración regional le corresponde, luego, apoyar esos proyectos territoriales. El procedimiento que fracasa es el de decidir desde la capital lo que le interesa a cada comarca. Al contrario, hay que potenciar la innovación territorial para que cada comarca defina la singularidad estratégica por la que apuesta. Una política de reequilibrio territorial requiere también la formación de gestores especializados en desarrollo territorial.
--¿Qué le produce el fenómeno de Teruel Existe? ¿Es una anomalía, un grave error del propio sistema político?
--Es comparable al de la Cataluña vaciada aunque, seguramente, con muchas más dificultades: la capital de la provincia tiene solo 35.000 habitantes y el resto de población de la provincia (hasta 133.000) está disperso en más de 230 pueblos. Teruel dispone de un fondo específico de desarrollo desde bastantes años atrás. No obstante, creo que se han cometido errores graves en las decisiones de inversión como 130 millones de euros para construir una “ciudad del motor” gravemente deficitaria. Pienso que el orden adecuado para proceder es que el territorio --es decir, el conjunto de actores locales-- defina primero qué futuro quiere construir y cuáles son sus apuestas estratégicas. Y es solo una vez que el territorio tiene un plan concreto cuando se deben aportar los recursos para ello.
--¿Recomendaría realmente apostar por Barcelona-Pirineos como sede de los Juegos Olímpicos de invierno? ¿Puede ser una oportunidad para impulsar algunos territorios?
--Unos JJOO siempre son una oportunidad para atraer inversiones y promocionar un territorio y pueden ser de interés. Para la ciudad de Barcelona pienso que hay también otros temas estratégicos que es importante atender -es decir, intentar liderarlos en el mundo-. Me refiero a retos globales como puedan ser, por ejemplo, la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en las ciudades o el modelo de transformación para las ciudades del mar frente a los retos del cambio climático.
--¿Es posible hoy, en 2020, realmente, vivir y trabajar en un territorio en Cataluña alejado de Barcelona con todas las comodidades? ¿Se debe potenciar un proceso para esponjar la población catalana?
--Es posible en buena parte del territorio pero hay muchas zonas rurales en las que los servicios básicos no están adecuadamente cubiertos: educación, sanidad, transporte, internet, ocio, comercio,... Una clave para luchar contra esta situación son las ciudades intermedias que deberían proporcionar todos estos servicios con una buena calidad al conjunto de la población de su zona de influencia. La otra, son las infraestructuras de servicios: educación, salud, telecomunicaciones,...
--¿Qué les diría a los independentistas irredentos cuando cargan con tanta contundencia contra España, si se mira, por ejemplo, el territorio del norte de Cataluña, y el del sur de Francia o la Catalunya Nord, y se comprueba el contraste económico y de desarrollo que existe?
--Desde la Generalitat de CiU se apostó por una política clientelar que dotaba a pueblos de 100 habitantes de un gran pabellón deportivo cubierto o de una piscina y, por otro lado, se crearon consejos comarcales que actuaban a modo de contrapoder de la capital de comarca --muy a menudo gobernada por la izquierda--. Esta política ha impedido que las comarcas diseñaran proyectos propios de desarrollo comarcal en los que la capital comarcal y los pueblos y áreas rurales se complementaran y reforzaran mutuamente para generar una oferta atractiva para personas y empresas.
--¿Se ha puesto en valor, realmente, la transformación del mundo local en Cataluña? ¿Cómo son ahora las ciudades y cómo eran hace 25 o 35 años?
--Creo que no. Al llegar la democracia en muchas ciudades había barrios sin asfaltar, sin iluminar o sin alcantarillado. El salto hasta la actualidad ha sido ingente y la mejora en la calidad de vida de sus habitantes ha sido espectacular. Quizá no hay un reconocimiento público de todo ello porque el mundo local ha sido mayoritariamente liderado en Cataluña por las izquierdas y al nacionalismo no le ha interesado reconocerlo.
--Hay un debate, que no acaba de aflorar. ¿Se apostó por grandes inversiones en hospitales comarcales, por ejemplo, por dotaciones en todo el territorio, sin pensar que con buenas infraestructuras, como las que se tienen ahora, no eran necesarias? ¿Que no era necesario tener un hospital en cada comarca, por ejemplo? ¿Se ha gastado en exceso, sin pensar en racionalizar mejor los recursos?
--En este punto hay muchos matices. Buenas infraestructuras hay en algunos lugares; en otros, las carreteras están saturadas durante buena parte del día. Seguro que se puede discutir si hace falta o no un hospital en determinado lugar pero pienso que no tengo los datos para emitir una valoración en este apartado.