Por primera vez tenemos un gobierno con más mujeres que hombres y no parece un gobierno de chichinabo para salir del paso durante unos pocos meses. Las mujeres preparadas estaban ahí: no había que inventarlas, solo había que verlas. Ya estamos haciendo historia, equiparable al momento en que se permitió a las mujeres ser elegibles como políticas, equiparable al momento en que se consiguió el voto para las mujeres. Brindo alto y claro. Niñas, mirad a esas mujeres que lo consiguieron. Miradlas porque nadie les regaló nada. Son mujeres que lucharon para conseguirlo. Muchas son madres, todas preparadas y competentes. Estamos en el primer país del mundo en que esto ocurre. Habrá que recordar este día como un hito en la historia de la humanidad.
Brindo alto y claro por un gobierno que mira hacia el mundo que nos rodea: hacia Europa y hacia la transformación del planeta de forma sostenible, con solidaridad intergeneracional. Un gobierno que apuesta por nuestro puesto en ese mundo del futuro, un mundo dónde la ciencia y la cultura nos tiene que situar. Sanidad universal, educación, comisionado para la pobreza infantil, es también futuro. Porque el futuro no se hace con la acumulación de la riqueza en pocas manos. El futuro se construye para todos, construyendo sociedades dónde todos tengan las mismas oportunidades de acceso a la educación y a la sanidad, el futuro también se construye con políticas activas de lucha contra la desigualdad.
Para estar en ese futuro tendremos que compartir soberanía con nuestros vecinos y eso es más Europa. Hay ministros y ministras claramente federalistas, como Batet o Borrell, ministros que han trabajado en Europa y nos han representado fuera y ministros que han tenido responsabilidades en diferentes administraciones autonómicas. Mensajes, todos ellos complementarios y compatibles con el modelo federal en Europa y con la sensibilidad suficiente para mejorar nuestro modelo territorial.
Estos días me he enterado que Felipe VI introdujo la posibilidad de tomar posesión en una ceremonia laica, sin crucifijos ni biblias. Brindo alto y claro por ello y por la oportunidad del nuevo gobierno para aprovecharlo. La democracia tiene que ser para todos, pero no lo será nunca si no somos capaces de separar la religión de las instituciones que nos representan. Después de 40 años de democracia, ya toca hacerlo. Nos merecemos un respeto.
No sé lo que durará este gobierno, pero sí que parece que empezamos un cambio de ciclo, un paso para salir del “todos quietos, no sea que haya gasto”, porque haber no ha habido ni para renovables. No niego que se hayan administrado razonablemente los recursos, pero con la excusa de la crisis, durante los últimos años nos olvidamos de la ciencia, de la cultura, de la sanidad para todos, de la energía sostenible, sufrimos por las pensiones y nos apareció la pobreza y la sensación de que para algunas cosas nos sentíamos menos libres que años atrás. A pesar de esto, brindo claro y alto, por la cordialidad y el saber hacer en el traspaso.
Por estas tierras, algunos zozobran, aferrados a seguir respirando polvos antiguos. Aunque los envuelvan en lazo amarillo, yo prefiero que dejemos la ventana abierta para respirar el aire nuevo que poco a poco ya entra con las nuevas propuestas. Serán cien primeros días muy difíciles, pero se los daremos.