Los precios de la vivienda aumentaron un 7% anual en el último trimestre de 2017 y, de nuevo, muchos seguidores me preguntan: ¿se está formando una nueva burbuja inmobiliaria?
1. Los precios suben, pero siguen por debajo de los niveles de la burbuja inmobiliaria.
He preparado dos gráficos ya que una imagen vale más que mil palabras. En el primero se ve cómo los precios suben, pero siguen por debajo de los niveles de la burbuja, especialmente en el caso de las viviendas usadas, que fueron las que sufrieron el desplome de sus precios.
En el gráfico siguiente se observa cómo las viviendas iniciadas siguen muy por debajo de las casi 700.000 viviendas iniciadas en 2006. Incluso, siguen muy por debajo de niveles de la crisis de 1992 y apenas han recuperado niveles de 2011, antes del rescate, que provocó un desplome del crédito hipotecario.
De lo que sucedió en España entre 1998 y 2007 hay que diferenciar entre la burbuja y el boom de la construcción. Estamos muy lejos del boom y eso significa que, si hubiera otra crisis inmobiliaria en España, el impacto sobre el empleo y sobre el PIB sería mínimo. Pero burbuja, según el premio nobel Robert Shiller, es cuando el precio del bien crece por encima de sus valores fundamentales de equilibrio.
2. Salarios estancados e inflación subyacente: dos factores que no justifican la subida de precios.
Con los salarios estancados y la inflación subyacente próxima al 1%, nada justifica que los precios de la vivienda suban un 7%. En Madrid y en Barcelona los precios vuelven a subir a tasas de dos dígitos sin que los salarios lo justifiquen. Por lo tanto, ya podemos hablar de nuevo de burbuja inmobiliaria en España, especialmente en los alquileres. La peor crisis en ochenta años que ha provocado un enorme sufrimiento a millones de españoles y no hemos aprendido nada. Y la culpa no es de Rajoy, de Merkel, del 135 ni del cambio climático.