Ha cambiado de hotel. Se ha ido al Ritz. A vender que él nunca se ha ido de la política aunque ya no tiene partido con el que competir, que no quiere el voto, pero que sigue ahí para lo que quiera Iceta, a quien va a votar, por si es president. Y si es otro también ofrece sus servicios. “No quiero ser consejero”, dice. Bueno, con ser el delegado del Govern en Madrid seguro que se conforma. Y volver al Palace, su casa. Muy visto este Duran, antiguo, como el Ritz. Pero oportunista. Algo ha debido ver para actuar en Madrid y no en Barcelona, en ese Llobregat revuelto que inunda la ciudad sin haber llovido.
Dice Duran que él nunca ha sido independentista. La independencia “es un tumor” que producirá “metástasis” en la Unión Europea. Es “un desgarro” entre la sociedad catalana y la española, y le duele. Porque tiene sentimientos, porque hoy no es posible la independencia sin dejar la UE. No la reconoce ni Flandes. Sería “un tumor” para Europa que lo que se pretende es integrar los Estados existentes, no crear otros nuevos. Ya Joschka Fischer, exministro de Asuntos Exteriores alemán, adelantó que “si Cataluña sentara un precedente de secesión, estimulando a otras regiones a imitarla, la UE entraría en una profunda crisis existencial”. Una razón más para Duran. Le duele Cataluña porque no deja de empobrecerse y se pregunta: ¿Qué nos ha pasado? ¿En qué momento se jodió la relación entre Cataluña y España? ¿Es reciente o viene de largo? Tal vez los desencuentros entre Rajoy y Mas. Tal vez la utilización de las Diadas. Tal vez la “instrumentalización” judicial de “un problema político”. Tal vez el teatro del Parlament los días 6 y 7 de septiembre votando las leyes de desconexión. ¿Cuándo? Tal vez viene de largo. Tal vez fue el fracaso de las negociaciones entre Soraya y Junqueras, fracaso celosamente guardado. Tal vez la pasividad de los gobiernos de Madrid, de distintos colores, y su colaboración y permisibilidad con los gobiernos de Pujol, Maragall, Montilla y Mas. Tal vez.
No quiere volver a la política pero sigue haciendo política. Las elecciones del 21D “normalizan la situación”, pero “no va a ser suficiente”. Se necesita algo más. Y aquí estoy yo. Duran quiere volver
¿No era Duran i Lleida el favorito para sustituir a Pujol? Él sí lo creía. Fue Mas. Decepción. No lo ha superado. Por eso quiere volver. Donde sea. No le gusta el 155 pero lo acepta. Iceta no es de su banda ni de su pensamiento, pero lo va a votar. Lo mismo le hace un “flaco favor” con pregonarlo tanto. ¿Y la CUP? Ha salido de este rifirrafe “sin un rasguño”. La ceguera de todos ha sido grande porque la CUP “no quiere la independencia, sino la revolución”. Ciegos. Hemos estado todos ciegos. El primero el señor Duran que desde su atalaya nunca se ha preocupado de la juventud emergente en Cataluña. Y anda que no lleva años en el poder. No se le conoce otro oficio. Y en viejos tiempos su desprecio a los inmigrantes fue grande. En 2011 declaró que “los andaluces cobran el PER y se pasan todo el día en el bar”. Enorme desprecio a los andaluces. Y a todos los inmigrantes, ya sean de Cádiz, León, Zamora, Cuenca o Teruel. Que tienen hijos. Y han crecido. Y votan. Y se han ido a otros partidos, aunque sean más radicales. Como David Fernández, cuya familia proviene de León y Zamora y ha sido protagonista con la CUP de varios y sonados altercados. Recordamos el protagonizado con Rato. Crecieron y votan, señor Duran. Da igual de qué provincia sean sus progenitores.
Se criaron a sus pechos, señor Duran. La CUP, los radicales, esos con los que pactó su amigo Mas no nacieron como reacción al PP. No. Nacieron como reacción a cada insulto xenófobo y supremacista de los convergentes y los unionistas. Como reacción a CiU. Crecieron con el odio a CiU. De eso sí sabe señor Duran.
Y del 3%, el 4% o el 3,5% seguro que también. Da igual ya el numerito de turno. Y tiene que ser alguien de la vieja guardia comunista, el señor Tamames, el que clava la alfiler en la llaga. Y Duran no sabe nada. Y Martínez Pujalte --qué casualidad su presencia-- se retuerce en la silla y casi se cae sobre su amigo y compañero Fernández Teixidó. Pujalte, sin bigote, no es el mismo. Y Duran no recuerda nada. Nada de nada. Nada.
Él va a lo suyo. Ha tomado posición por si algo cae. Si el PSC o el PP necesitan ayuda tras el 21D ahí está él. Bien rodeado de políticos del PP y del PSOE. Nadie de los viejos compañeros. Nadie de los suyos. No quiere volver a la política pero sigue haciendo política. Las elecciones del 21D “normalizan la situación”, pero “no va a ser suficiente”. Se necesita algo más. Y aquí estoy yo. Duran quiere volver.