En 2012 con la llegada del PP al Gobierno de España, el rescate y los recortes, el proceso independentista aumentó de intensidad. Este es el quinto intento de independencia de Cataluña en siglos, pero es evidente que la crisis económica que tanta infelicidad ha provocado lo ha intensificado.
Los partidos que lideran el proceso prometieron que Cataluña sería independiente en 2014, luego en 2015, después en 2016 y ahora dicen que en 2017 y parece que empiezan a virar de un referéndum unilateral a uno pactado como en 2011.
Pero el mensaje del Gobierno de Generalitat no es el mismo en Cataluña que en Madrid y que en Londres. Te adjunto (aquí) el documento (publicado en El Confidencial que ha enviado el Gobierno de la Generalitat a los inversores internacionales, firmado por un departamento que depende del vicepresidente Junqueras, líder de ERC.
Empiezan explicando los datos de la economía catalana, lo habitual en este tipo de informes para inversores. La diferencia es que al ser elaborado por independentistas han borrado la palabra España. Al leerlo le ha recordado a este economista observador a personas que se han divorciado, que el divorcio ha sido traumático y que han recortado de sus fotos a su expareja.
La política activa del BCE comprando deuda, reduciendo la prima de riesgo y el fin de la austeridad explican que Cataluña crezca y cree empleo
Los datos de crecimiento son buenos desde 2013. Pero no por la reforma laboral como dice Rajoy, ni por iniciar el proceso de independencia como dice el Gobierno de la Generalitat. Cataluña, como todas las regiones costeras españolas, sufrió la burbuja inmobiliaria con más intensidad.
Y Caixa Catalunya, una de las principales financieras, quebró por lo que la restricción de crédito en Cataluña ha sido más intensa que en el conjunto de España. Por ambas razones, la política activa del BCE comprando deuda, reduciendo la prima de riesgo y el fin de la austeridad (desde 2013 Cataluña no ha reducido el déficit a pesar del crecimiento de ingresos) explican que Cataluña crezca y cree empleo.
España no aparece hasta la diapositiva 9 para remarcar que el peso de las exportaciones catalanas al resto de comunidades autónomas han pasado de ser el 60% en el año 2000 al 37% en 2015. Un cambio estructural tan brutal en la composición de exportaciones es muy poco habitual en la historia económica mundial. Más aún teniendo en cuenta el efecto China e India que han explicado la mayor parte del crecimiento de las exportaciones mundiales desde entonces. Y más aún cuando, a pesar de la crisis, España es el país que más ha crecido y más empleo ha creado de los grandes países de la eurozona desde que nació el euro.
En otro gráfico en la diapositiva 9 explican la variación de las cuotas de exportación de Cataluña por países y áreas. El resto de España supuestamente ha reducido casi 20 puntos su cuota y la cuota fuera de la UE ha subido tan sólo 8 puntos, ha subido un punto con China y ha bajado con EEUU, y la cuota de exportaciones catalanas a Alemania, Francia, Italia y Reino Unido han caído. Por lo tanto, faltan 12 puntos de cuota de exportación.
Pero como lleva anticipando desde 2012 este economista observador la independencia de Cataluña dentro del euro y con elevada deuda externa no es viable
Sólo hay tres posibilidades: o la versión de excel de la Generalitat tiene un problema, o debe mejorar la calidad de las personas que elaboran sus estadísticas o alguien las está manipulando para conseguir la independencia de Catalunya.
Pero como lleva anticipando desde 2012 este economista observador la independencia de Cataluña dentro del euro y con elevada deuda externa no es viable. Por eso no iniciaron el proceso en 2014, ni en 2015, ni en 2016, ni tampoco lo van a iniciar en 2017, ni en 2018, ni en 2025.
Recientemente, el lendakari Urkullu ha coincidido con este economista observador afirmando que la independencia de Euskadi dentro de la UE no es viable, argumento que sirve también para Cataluña, Baviera, Lombardíao o Córcega, regiones donde hay sentimiento independentista.
Los defensores de la independencia de Cataluña deben explicar a los catalanes (y al resto de ciudadanos españoles que pagamos sus sueldos con nuestros impuestos) cómo piensan financiar los vencimientos promedio de 7.000 millones de euros hasta 2023 que reconoce la Generalitat en la diapositiva 25.
Este economista observador tiene renta alta, paga muchos impuestos y también tiene una balanza fiscal negativa. Pero cuando pago los impuestos pienso que he ganado más dinero y que con mi contribución devuelvo al Estado todo lo me dio. Yo estudié en una universidad pública con una beca pública y todo lo que he conseguido se lo debo a la solidaridad intergenaracional y a un modelo socialdemócrata que ni el PP ha podido cambiar cuando ha gobernado, aunque lo haya degradado y necesite regenerarse.
Cataluña tiene un rating cuatro escalones por debajo del bono basura, dos escalones por debajo de Portugal y tan sólo dos escalones por encima de Grecia. Las agencias mantienen a Cataluña en perspectiva negativa. Por lo tanto, el rating es susceptible de empeorar. Y reconocen la independencia como el principal riesgo de impago al no poder hacer frente a los vencimiento de bonos hasta 2023. Una opción es negar la credibilidad de las agencias, pero los grandes fondos de pensiones y soberanos no compran bonos basura.
Andalucía hoy ya tiene grado de inversión y podría emitir bonos en los mercados, algo que para Cataluña no es posible
En el mismo periodo que la Generalitat ha optado por el proceso independentista, otras comunidades autónomas como Andalucía se han dedicado a gestionar los verdaderos problemas de los ciudadanos y han aprovechado el crecimiento del empleo y de los ingresos para reducir su déficit y estabilizar la deuda que es la mitad que la de Catalunya.
Las agencias les han subido el rating, Andalucía hoy ya tiene grado de inversión y podría emitir bonos en los mercados, algo que para Cataluña ni está, ni se le espera.
Los independentistas dirán que los catalanes pagan la sanidad a los andaluces, algo en lo que coinciden con el nacionalismo madrileño de Cifuentes. Pero Andalucía tiene un ratio de suficiencia de ingresos del 98% y está infrafinanciada por el sistema de financiación autonómica.
Para reducir el miedo de los inversores al impago de la Generalitat en la diapositiva 29 la Generalitat les dice que accederá al FLA y les devolverá el 100% de su dinero en los bonos y créditos que vencen. Les falta decir que sin el FLA no tendrían dinero para pagar a los funcionarios, la sanidad y la educación. Les falta decir que el FLA es un fondo que articuló el Gobierno central en 2012 incumpliendo la ley de CCAA que impedía el rescate financiero.
Les falta decir que Rajoy y Montoro se enfrentaron al ala neocon del PP representada por Faes y Aznar que pedía duras condiciones de ajuste como el ESM en Grecia. Guindos, representante de Faes, amenazó explícitamente con la intervención en enero de 2012 en Financial Times.
Les falta decir que el FLA presta a tipos próximos al 0%, los mismos a los que se financia el Tesoro Público gracias a las compra de deuda del BCE. Les falta decir que eso ha reducido el pago de intereses de la Generalitat a la mitad y que ha ahorrado más de 1.000 millonnes que se pueden gastar en sanidad, educación, etcétera. Y les falta proponer que una calle en el centro de Barcelona tenga el nombre de Mario Draghi.
Este economista observador cada día es más Wittgesteniano. Hasta que la Generalitat no cuente lo mismo a sus inversores --que financian el déficit para pagar la sanidad, la educación, el seguro de desempleo y las pensiones-- y a los catalanes, no habrá solución a la crisis.
Al final, el informe Junqueras dice que Cataluña no tiene un problema financiero. Sólo tienen que refinanciar 7.000 millones anuales hasta 2023 y tienen 100% dependencia del FLA. Los independentistas apelarán al Espanya ens roba que magistralmente desmontaron Pep Borrell y Joan Llorach en su libro Las Cuentas y los Cuentos de la Independencia.
Claro que Catalunya tiene un problema financiero, igual que el resto de España y como es lógico tras una crisis por sobreendeudamiento
Claro que Catalunya tiene un problema financiero, igual que el resto de España y como es lógico tras una crisis por sobreendeudamiento primero privado y ahora también público tras ocho años de crisis. Pero la crisis económica ha provocado una crisis institucional en Cataluña. Y ahora la crisis institucional condiciona la solución de la crisis financiera y económica.
Esquerra y Convergència seguirán diciendo una cosa a los catalanes y otra a los inversores internacionales. El PP seguirá diciendo una cosa en Madrid y otra a Catalunya, donde ha quedado como una fuerza marginal y sin ningún interés para Rajoy en clave orgánica, ni en su grupo parlamentario. Colau y Podemos seguirán con el derecho a decidir ocultando a los catalanes que el referéndum que piden es inconstitucional y que no se puede modificar la Constitución sin el apoyo del PP.
Ciudadanos fue segunda fuerza en las elecciones autonómicas catalanas en el otoño de 2015 con 750.000 votos y con mucha fuerza en el área metropolitana de Barcelona el feudo del PSC. En las elecciones generales de junio de 2016 Ciudadanos fue sexta fuerza en Catalunya con tan solo 378.000 votos, superado hasta por el PP. Rivera ha renunciado a la socialdemocracia y ha colocado a Garicano como vicepresidente de los liberales europeos. Esto le lleva a renunciar al área metropolitana de Barcelona con voto mayoritario socialdemócrata.
Se entiende que el PSC esté subiendo en votos en las últimas encuestas pero sigue siendo cuarta fuerza. Sigue muy lejos de lo que fue en 2008 en tiempos de Zapatero y Maragall y sin conectar con cientos de miles de potenciales votantes. El escenario es propicio para ellos pero deben cambiar lo que les ha llevado a ser una fuerza irrelevante en Catalunya y en el Parlamento español.
Los socialdemócratas somos internacionalistas y europeístas. Por lo tanto, estamos en contra de la independencia por convicción, no por táctica política. Somos federalistas ya que es la única forma de tener un relato coherente en Nueva York, en Naciones Unidas, en Bruselas en la Unión Europea, en el Parlamento de Barcelona y en el Parlamento de Madrid.
Para los socialdemócratas, la cultura, la lengua propia, la diversidad y el folclore son parte de nuestro ADN, como nos enseñó Giner de los Ríos y aprendió Salvador Dalí en la Residencia de Estudiantes. Los socialdemócratas somos meritocráticos y el PSC debe sumar a los mejores y ser el que canaliza la fuerza de muchos catalanes de buena fe cansados ya del proceso independentista, del derecho a decidir y que creen en el derecho a compartir.
Los socialdemócratas creemos en un equilibrio entre la eficiencia y la equidad. La derecha liderada por Donald Trump sólo cree en la eficiencia como un dogma de fe, aunque luego no son practicantes. Y la extrema izquierda sólo cree en la equidad y son ineficientes en la gestión, como está demostrando Colau en el ayuntamiento de Barcelona o Carmena en el de Madrid. Los socialdemócratas queremos pleno empleo, mejorar la renta por habitante, reducir la desigualdad y erradicar la exclusión social.
Sin la participación de PP no es posible resolver la crisis institucional en Cataluña. Pero sin los 85 escaños del PSOE en Madrid, tampoco. Por esa razón, la solución pasa por un PSC fuerte. Para ello necesitan liderazgo y un proyecto renovado que vuelva a generar ilusión entre los ciudadanos catalanes como sucedió en 2008. No hay proyecto sin líder, ni líder sin proyecto.
Este economista observador está convencido de que 2017 puede ser el año del inicio de la solución y tiene intención de aumentar su presencia en Cataluña y sus análisis en el blog para defender el derecho a compartir y comenzar una mesa de diálogo.
Ser nacionalista español o catalán es más fácil pero ya hemos comprobado desde 2012 que los resultados son desastrosos. Los socialdemócratas nunca hemos sido nacionalistas y nunca lo seremos, y por defender esa causa muchos estuvieron dispuestos a morir, incluidos cientos de miles de socialdemócratas catalanes. Yo también estaría dispuesto a morir por defender mis ideas y conseguir un mundo mejor, una Europa mejor, una España mejor y una Cataluña mejor.