Según la ugetista y consejera nacionalcatalana Dolors Bassa, en el sur preparan envíos de niños encolados al norte para que los desencolen y así ahorrar en gasto social. En el centro, la presidenta nacionalmadrileña Cristina Cifuentes dice mandar dinero contante y sonante para pagar la sanidad en el sur. Turistas jubilados del mismo norte pasan con frecuencia por las urgencias del sur, sobre todo en época primaveral. Los enfermos del sur compran medicamentos que han sido fabricados o importados por empresas radicadas en el norte o en el centro.
Tantas críticas cruzadas intentan esconder la palpable crisis en la gestión de los sistemas sanitarios públicos, sean del norte, del centro o del sur. Este pasado domingo, en Málaga, en Granada y en Huelva, decenas de miles andaluces salieron a la calle a protestar contra la política sanitaria de la Junta, hartos de tantos recortes y de las fusiones hospitalarias que concentran especialidades médicas en un centro y las quitan de otro.
Tantas críticas cruzadas intentan esconder la palpable crisis en la gestión de los sistemas sanitarios públicos, sean del norte, del centro o del sur
Los dirigentes del PSOE del sur dicen que, si hay algo malo en el servicio sanitario, es consecuencia de los recortes que vienen del centro. Incluso la Escuela Andaluza de Salud Pública del sur ha otorgado el premio Ernest Lluch --añorado político del norte-- al Movimiento Marea Blanca de Madrid que protestó contra los recortes del mismo centro.
Los políticos del PP del sur dicen que las deficiencias en la sanidad --fusiones incluidas-- son efectos de la gestión que se hace desde el centro del sur, donde residen las competencias transferidas. Olvidan, por ejemplo, que el anterior alcalde del PP de Huelva aplaudió la fusión de los hospitales, rotulados desde entonces como Complejo Hospitalario Universitario de Huelva, y se hizo una foto en un descampado con el titular "Aquí se construirá la Facultad de Medicina". Ni una piedra se puso. Aunque la Junta y su consejero de Sanidad, venido del norte, sí han continuado con la cuestionada fusión hospitalaria que tantas quejas están generando entre miles y miles de vecinos de la ciudad y comarcas que, atención, protestan indignados también por el extendido comentario que circula entre los cargos sanitarios: "Si lo manda Sevilla, con eso basta".
Todo parece quedar en un demagógico y disparatado juego en el que políticos y gestores nos lanzan los susodichos puntos cardinales a la cabeza
Todo parece quedar en un demagógico y disparatado juego en el que políticos y gestores nos lanzan los susodichos puntos cardinales a la cabeza. Sería un entretenido divertimento si no fuese porque --como pueden intuir-- el mayor perjudicado es el paciente que, además de estar enfermo, está siendo apaleado.
Imagínese que, llegada una hora, todos los servicios sanitarios de dos provincias de la misma comunidad comparten --como ocurre cada día-- una sola ambulancia medicalizada. Imagine también que ha de esperar, al menos, un tiempo indeterminado a que llegue ese vehículo para que lo trasladen con urgencia de un hospital a otro del mismo complejo, separados por apenas mil metros, para poder ser atendido --debido a la fusión-- por el especialista de turno o para ser intervenido en el quirófano correspondiente. Solo sería divertido si fuera como Argan, el protagonista último de Molière: un enfermo imaginario.