Oriol Junqueras es el gran embaucador
Prometo que éste será el último del tríptico iniciado el 24 de julio (La mentira necesita gotas de verdad) que continuó el 28 de julio (Los ‘indepes’ tienen un malsano complejo de superioridad), y se cierra hoy. El resumen del primero era por comprimirlo en una frase: un punto de verdad es clave para que cuele la mentira; y del segundo: la autoestima nacionalista no amaga un malsano complejo de superioridad sobre el resto de pueblos de España.
La tesis es que para que la mentira política penetre como la cuarta capa de piel a las tres capas naturales que nos ha dado la naturaleza, es que a estas dos razones le falta una tercera que no precisa una frase sino que basta una palabra: embaucar.
Sin van al diccionario de la Real Academia Española encontrarán su definición. Podría haber empleado otras: parlanchín, charlatán, vende humo… pero me quedo con embaucador: engañar o alucinar, prevaliéndose de la inexperiencia o candor del engañado.
El candor por esta cuestión de que con la independencia nos convertiríamos en la Holanda del Mediterráneo, y que acabaríamos con esta agotadora tensión de luchar por la independencia.
Los separatas, de tanto mirarse el ombligo, confunden esa parte del cuerpo que dejó de funcionar el día que nacimos, creen que todos pensamos como ellos y que aceptaremos como los corderos su sueño [mi pesadilla].
Ese líder natural tiene que tener un pasado inmaculado y una hoja de servicios intachable
Sí, el separatismo necesita la encarnación de una persona, un líder carismático con el que la nación pueda aceptar unos primeros e inevitables sacrificios antes de llegar al paraíso prometido. Ese líder natural tiene que tener un pasado inmaculado y una hoja de servicios intachable.
Ese líder espiritual, el inspirador del Foc Nou, tenía que ser Jordi Pujol como padre y su sucesor como hijo con un poder de palabra convincente, porque en un político el Verbo es la palabra. Artur Mas tiene Verbo, ese don natural.
Por esta razón me gustó que el día del patrón de España, Santiago Apóstol, de hace un par de años Jordi Pujol dejara la vitola de Molt Honorable y se lo tragara el sumidero de la ejemplaridad. ¿Por qué se hizo el harakiri? Solo él lo sabe. Es el reino de las cábalas, no de las certezas.
Confieso que fui el primer sorprendido. Conocía huellas nada honorables dejadas por Marta Ferrusola. El rastro venía de lejos cuando era consejera de Hidroplant SA, la empresa que tenía la concesión del mantenimiento del césped del FC Barcelona (¿se imaginan el escándalo que hubiera sido que la esposa de José María Aznar, Ana Botella, tuviera la concesión del Real Madrid? Pero hubo un tiempo en que el silencio fue dueño de Cataluña).
Después de que el Departamento de Sanidad construyera un hospital, la esposa del President pedía hora al director y le ofrecía los servicios de ajardinamiento de las nuevas instalaciones. Esta historia me la contó el director del Hospital de Granollers en el 2000, y la publiqué tal cual.
También sabía que cuando en 1990 la Generalitat empezó a construir cárceles, la primera, Can Brians, dio la concesión del catering directamente a uno de los hijos del President: Josep Pujol Ferrusola.
Esta historia me la contó un mando de Can Brians escandalizado por el cambalache.
Otra fue detectar que las primeras concesiones de ITV se hacían a dedo a empresarios convergentes, y años más tarde apareció el nombre de Oriol…
Hoy aún sigo creyendo que la madre ha sido la responsable de que todos los vástagos se hayan torcido por la codicia
Yo que soy más inocente de lo que parece, pensé que esos tejemanejes eran la telaraña de una araña tan poderosa como la viuda negra, doña Marta de apellido Això és una dona! Que eran ajenos a su marido que vivía enfrascado en el Olimpo de ser el líder de Cataluña. Hoy aún sigo creyendo, llamarme ingenuo, que ha sido la viuda negra la principal responsable de que todos los vástagos de la exhonorable familia se hayan torcido por la codicia. Por eso me sorprendió, confieso que me alegré, la confesión pública en el día del patrón de España.
Por la misma razón me alegré a principios de este año cuando Artur Mas cedió la presidencia de la Generalitat al chico de sus recados, el alcalde de Girona. Porque el procés necesita de la labia de los embaucadores. Carles Puigdemont es igual de embaucador que Artur Mas pero no tiene su labia…
Oriol Junqueras sí que la tiene, y por eso es el político separata más peligroso. Si tuviera mierda debajo de la alfombra ya habría emergido, y como ha demostrado en Sant Vicens del Horts ha ganado en territorio comanche, por eso su partido se ha convertido en el referente de los separatas, y él en el gran embaucador, tal y como lo define la RAE.