El Gran Circo se instala en el Congreso
Es repetir la jugada. Ha vuelto el circo al Congreso. Mismos actores. Distintas interpretaciones. El protagonista ha pasado al personaje de Mariano Rajoy. Segundo protagonista es el mismo que en la representación anterior, en marzo, Albert Rivera. Sin sorpresas. “No queremos sillones” dijo Rivera. Toma dos. “Ninguna negociación con Mariano”, dijo Albert el 27 de junio. “Nunca hubo veto al presidente del Gobierno”, dijo horas después. ¿En qué quedamos, señor Rivera? ¡Ay, la política! Pues ya tenemos pacto. Y sillas, que tanto denostaba con la boca pequeña. A gobernar. En directo. Ahí te quiero ver, Albert.
Es tiempo de rebajas en Ciudadanos. Y se está rebajando al máximo. Veremos si sobrevive
Ya tenemos presidenta de las Cortes. Ana Pastor. La continuidad de Mariano. La mano alargada de Rajoy. Dos en uno. Dirijo la Moncloa y las Cortes. ¿Y esto era la nueva política de Ciudadanos? Lo mismo, más de lo mismo. Vieja política de cargo y sillón. ¿Esto es regeneración? Que apaguen las luces que no quiero ver. Y, casualidad: todo se ha decidido el 18 de julio. Hay fechas marcadas en grandes caracteres. Bueno, también es época de rebajas. Mirémoslo por este lado. Es tiempo de rebajas en Ciudadanos. Y se está rebajando al máximo. Veremos si sobrevive.
Pero los cimientos del futuro Gobierno están puestos. Mariano Rajoy ha ido diseñando el edificio con pericia y bastante inteligencia. La que, a veces, se le niega. Ya lo tiene hecho, según cuentan en los abrevaderos de las Cortes. Mariano no salta la acequia si no es por el puente. Aunque visto el circo desde el otro lado de la acequia es bastante deprimente. Para llorar. Los chicos de Podemos o, más bien, de el Coletas, vendiendo humo y cargando las culpas a Pedro Sánchez de ser el responsable de no tener un presidente del Congreso del PSOE. Estos chicos vacilan. No hay números y ellos no votan a favor de Patxi. ¿De qué vais? Solo sabéis montar el número. Y mal. Suerte que Mariano hará Gobierno porque si no, en las próximas elecciones, quedaríais en vuestro sitio. En la mitad, o menos. Por narcisistas. Y algo más que me callo. Ya está bien de engaños y gilipolleces.
Segundas partes nunca fueron buenas. Y que no provoquen las terceras. Amén
Pero ha llegado el circo. Llegó anteayer, 18 de julio. Y empezamos de nuevo. Con nueva presidenta del Congreso, Ana Pastor --Zamora al poder--, y jurando o prometiendo la Constitución por todos los diputados. Los de Podemos haciendo teatro. Y la mayoría jurando o prometiendo algo que no se han leído. ¿Sí? ¿Usted, querido diputado, se la ha leído? Lo dudo. Porque algunos de ustedes juran o prometen por su distrito. No. En esta Constitución el diputado es nacional. No de distrito. No se la han leído. Diputado nacional. Así lo dice la Constitución. ¡Señor! Con estas mimbres vamos a hacer el cesto, o la talega, como se dice en León. Pues ahí vamos. Con el teatro de los podemitas, “nunca más un país sin su gente” y el agarre al poder de la derecha. ¿Alguien lo había dudado? Fuera dudas. La derecha en el poder, como ellos quieren. La izquierda dividida, haciendo el payaso, como quiere la derecha.
Con actores protagonistas, con payasos haciendo la cabra, ahí tenemos a la derecha agarrada al poder para los próximos años. ¿Alguien lo había dudado? Si tiene dudas, una vuelta por los alrededores del Congreso y se le esfuman. Gran circo. Más de lo mismo. Pero a peor. Segundas partes nunca fueron buenas. Y que no provoquen las terceras. Amén.