Carta abierta a los candidatos a la Presidencia del Gobierno
El pasado lunes 13 de junio tuve el coraje cívico de permanecer casi tres horas conectado al plasma de la TV, dispuesto a escuchar los mensajes que nuestros candidatos a la Presidencia del Gobierno de España intentaban transmitirnos.
Nuestro país no tiene ningún futuro si seguimos ninguneando el I D i. La caída de la inversión en este sector ha sido tan espectacular que pone en peligro la sostenibilidad de la recuperación económica
Rajoy, hierático, pétreo, "impasible el ademán", registrador contable, incapaz de transmitir ninguna emoción. Sánchez, preocupado y a la defensiva, la pinza entre los dos populismos puede acabar con su carrera política, espero que no con su centenario partido. Iglesias, el maestro del arte de Talía, en segundos transita de la comedia al drama, de la agresividad al beso, provoca el mismo entusiasmo entre sus hooligans como rechazo entre sus adversarios. Rivera, poco que perder, se siente cómodo, maneja bien la técnica escénica y sabe que puede ser necesario para gobernar.
Pero este análisis introductorio no es el objeto de mi artículo, sencillamente es el preámbulo de una carta dirigida a los cuatro candidatos.
Estimados e ilustres señores candidatos. El motivo de la presente es exponerles de forma sucinta algunas reflexiones que brillaron por su ausencia en el debate del lunes pasado:
Nuestro país no tiene ningún futuro si seguimos ninguneando el I D i. La caída de la inversión en este sector ha sido tan espectacular que pone en peligro la sostenibilidad de la recuperación económica. Nuestro porcentaje de inversión se ha desplomado al 1,24% del PIB y nos sitúa en el puesto 16 de la UE, por debajo de la media europea, que es del 2,01%, y muy lejos de países como Suecia, Finlandia, Dinamarca, que invierten más del 3%. Un problema añadido es que, además, nuestra capacidad científica y de investigación está divorciada de la innovación vinculada a nuestra realidad industrial y tecnológica.
Sería bueno, estimados candidatos, que tomaran alguna medida como la de utilizar la compra pública, que se aproxima al 20% del PIB, para incentivar a las empresas innovadoras a través de medidas de fiscalidad o cualquier otro incentivo público.
No recuerdo que ninguno de ustedes intentara explicarnos la necesidad de un nuevo modelo productivo que no es solamente apostar por la industria de alto valor añadido y la eficiencia energética sino, sobre todo, apostar por la "modernidad productiva", ausente del debate. De la vieja economía lineal del "producir, usar y tirar", a la bienvenida economía circular inspirada en lo que hace la naturaleza, las tres erres (reducir, reusar y reciclar), basada en la optimización de los recursos disponibles.
Tomen nota de la iniciativa "Una Europa que utilice eficazmente los recursos", que forma parte de la estrategia Europa 2020, que pretende generar empleo de calidad basado en un crecimiento inteligente, sostenible e integrador.
Por último, ilustres conciudadanos y candidatos, cuando lleguen al gobierno, olvídense de las cajas B y sobre todo apuesten con determinación por nuevos sectores para la innovación, ahí van algunas propuestas: La "ecoinnovación", una gran oportunidad de incrementar la productividad mejorando la eficiencia energética. La "ecotecnología", una apuesta tecnológica basada en un modelo energético que garantice las mismas oportunidades a las generaciones futuras y que administre con rigor los recursos limitados de los que disponemos. "La ciudad como elemento de innovación, de cambio tecnológico, de creatividad y generación de empleo". El desarrollo de las smart cities como elemento no solo de transformación de ciudad sino de creación de riqueza y sostenibilidad medioambiental.
Aprovecho esta oportunidad para saludarles muy atentamente y desearles a todos mucha suerte, que sin duda la van a necesitar.