Pensamiento

Amigo independentista: mírame a los ojos

9 septiembre, 2015 00:23

El proceso de crear cualquier proyecto nuevo desde cero es un reto fascinante y dificultoso, y no menos la construcción de un Estado. Lo que nos vienen diciendo es que Cataluña (país ya integrado en un Estado), ha de ser independiente, está claro desde hace ya tiempo es que esto es posible, factible, positivo y necesario según ellos.

Nos lo dicen aún sin representar una clara mayoría en la población. Se sabe que la independencia gana de largo en los municipios pequeños pero no en los grandes. El sistema de reparto de votos en Cataluña donde cada circunscripción cuenta diferente ayuda de forma clara al secesionismo, así que con algunas trampas legales y otras ilegales, el secesionismo se abre paso entre la democracia española miedosa de ejercer su papel.

Con algunas trampas legales y otras ilegales, el secesionismo se abre paso entre la democracia española miedosa de ejercer su papel

Yo te digo, amigo independentista, que así no conseguiremos nada, ni como catalanes ni como personas de buena fe. Si quieres hacer algo grande, debes empezar a pensar por ti mismo. Debes cuestionarte lo que otros en sus minicúspides te cuentan. Lo que te dicen hoy lo hacen a modo superficial y sin argumentos de peso, porque la realidad es una receta compleja diseñada para personas con entendimiento de que lo sólido, lo líquido y lo gaseoso puede ser lo mismo con distintas formas y en distintos momentos. Las recetas difíciles suelen ser las verdaderas y buscan a aquellos con mentalidad abierta, no cerrada ni simplista.

Las recetas fáciles, como el "espanyaensroba" o "jo vull ser lliure", así como de otras similares creadas por un regimiento de técnicos en marketing, son recetas de cuentos de hadas, fáciles de entender y en su mayoría de casos de una frivolidad absoluta. Están pensadas para que te actives y te lo creas, no para que lo razones, amigo.

La ilusión de un Estado catalán es una maravillosa dopamina para un cerebro mediocre, de razonamiento automático y salpicado por una de las más largas crisis económicas globales de los últimos 50 años.

Cuando pides "ser libre" a gritos o tener "derecho a decidir" y denuncias a un sistema democrático europeo, es importante recordarte que es ese mismo sistema el que te permite ejercer tales demandas. Tirándole piedras a la Constitución española demuestras tu ignorancia infantil en lo relativo a las palabras libertad y democracia. Esa misma democracia a la que le reprochas tu falta de libertad es la que te ha permitido quejarte, manifestarte, opinar sin ser perseguido o por ejemplo, imponer nuestra maravillosa lengua catalana en nuestro sistema educativo (por cierto, en un porcentaje bastante más alto que la lengua española).

Esa misma e infame democracia totalitaria española, según tú, es la que con la ley en la mano no te permite ejercer consultas de autodeterminación y aunque tú las hagas saltándote la ley, ella mira hacia otra parte como un benévolo padre toleraría algunas travesuras de sus hijos. Amigo independentista, sabes que nunca quisiste consultar nada sino imponer, por eso ahora hablas de acciones unilaterales.

La ilusión de un Estado catalán es una maravillosa dopamina para un cerebro mediocre, de razonamiento automático y salpicado por una de las más largas crisis económicas globales de los últimos 50 años

Esta Constitución española, diabólica según tú, es la que ha permitido obtener poder a aquellos que veneras como portadores de la verdad, es la que te dio alas en su día para volar y para progresar, para observar desde el cielo a tus gentes como un todo, ese era el objetivo de tus alas, ninguno más. No te fueron dadas para dañar, sino para volar.

Nunca haremos nada grande como catalanes de buena fe si nuestros sentimientos para crear un Estado surgen de minorías o de mayorías parlamentarias puntuales, de la crítica a otros o de actitudes victimistas. Yo sería el primero en apoyar una Cataluña independiente si lo que me cuentan tuviese un mínimo de veracidad, pero por desgracia no la tiene.

¿Acaso crees que los catalanes que no estamos a favor de la independencia no estaríamos encantados con una cálida Suiza en el sur de Europa? Por supuesto que sí, pero los cuentos de hadas no existen y un diccionario es el único lugar donde encontrarás la palabra "éxito" sin esfuerzo.

Mírame a los ojos y dime convencido que realmente Cataluña es sustancialmente mejor que el resto de España. Que somos genéticamente diferentes y que hemos sido peor tratados que el resto, mírame a los ojos y por favor no bajes la vista. Dime la verdad. Si de verdad lo crees, me darás razones de peso y yo mismo firmaré tu solicitud y te dejaré ir porque yo tampoco quiero forzar a nadie a estar a mi lado si no quiere.

¿Puedes demostrarme que este movimiento ha salido de verdad de tu corazón y no de tu adoctrinamiento? Lo siento, amigo independentista, pero tú no puedes hablar de libertad porque siempre has vivido en ella y así pues, no la puedes comprender en su totalidad. Hablas del derecho a decidir como si no tuvieses derechos... ¿has vivido alguna vez en una dictadura de verdad? Yo sí, por eso sé de lo que te que hablo, amigo independentista.

¿Puedes demostrarme que este movimiento ha salido de verdad de tu corazón y no de tu adoctrinamiento?

Nunca como catalanes crearemos algo desde el miedo, desde el señalar a España como el centro de todos nuestros males, de airear las miserias españolas al resto del mundo, de ocultar las nuestras, de comprar medios de comunicación o de enorgullecernos de abuchear a un monarca.

No todo vale amigo independentista. No puedes silbar a un monarca, no puedes y punto. No por el insulto hacia él, sino por ti mismo y la pérdida de tu integridad. Si es tu monarca, me das a entender que no te respetas a ti mismo y si es el de tu país vecino me demuestras que no tienes sentido de la educación, del tacto, de las relaciones ni del respeto por otros. ¿Cómo vas a crear un Estado nuevo serio con esa bajeza moral? Medítalo, amigo independentista. Otros te dirán los mismo desde otras latitudes del mundo.

Prosperaremos como catalanes cuando volvamos a nuestras raíces, a lo que siempre hemos sido: catalanes universales. Aquellos comerciantes insaciables, sin tiempo para la crítica hacia otros, con tiempo para crear y emprender. Sin reproches, sin servilismos políticos, sin subvenciones, sin excusas pero con ideas y proyectos. Los que no hablaban de otros sino que hablaban de sus experiencias, ideas y logros. Los que se movían, no los que pretendían estancarse. Los del océano, no los de la pecera. Los que se arriesgaban en Europa, América, Cuba o Filipinas a crear negocios y a aprender de otros.

Ellos se comunicaban en español, francés, inglés y cuantas lenguas fuesen posibles con tal de ganar una 'pela' más y no por eso dejaron jamás de contar cuentos a sus niños en catalán, ni de amar en catalán ni de pensar en catalán. Esa era su grandeza y su virtud. Esos catalanes dedicaron su vida al trabajo, la seriedad, la austeridad y al seny. Admirados y respetados por méritos propios allí donde iban. Ellos eran nuestra gente, su ADN tenía color de lo español, gusto de lo catalán, y tacto de lo universal.

Y para finalizar, amigo independentista, decirte que el día que una clara mayoría de catalanes durante un tiempo regular (que no puntual) deseen la independencia os apoyaré y estaré de vuestro lado porque eso será lo justo, pero no así, no de este modo. Así sólo podremos dañarnos a nosotros a mismos y no quiero eso para para mí ni tampoco para ti. Y aún sin ser independentista no te olvides de que sigo siendo tan catalán como tú.