Pensamiento

El extraño caso de la señora Carulla

1 septiembre, 2015 00:49

La psiquiatría establece tres causas del mal. Una es de origen biológico, otra es una enfermedad mental (esquizofrenia, neurosis, paranoia...), y la tercera es a causa del entorno (por ejemplo: un nazi en los años 30).

El nacionalismo siempre ha ido sobrado de complejo de superioridad

Como no soy psiquiatra, no sé en qué categoría colocar a la veterana actriz Montserrat Carulla --miembro de la lista de Mas-- cuando dijo la estupidez de que Franco envió a los andaluces y extremeños, en convoyes de trenes, para diluir a Catalunya. O tal vez si lo sé...

No es un invento de la Carulla, porque en mi adolescencia, a mediados de los años 70, leía Serra d’Or y el Canigó en donde algunos separatistas decían la misma patochada.

Años más tarde la primera directora de la Normalización Lingüística de la Generalitat restablecida, la mallorquina Aïna Moll, declaró que a los andaluces no se trataba de sustituirles una cultura por otra porque, pobrecitos, no tenían ninguna. El nacionalismo siempre ha ido sobrado de complejo de superioridad.

Yo que no tengo en mis venas una sola gota de sangre sureña (todos mis antepasados son de Huesca), me pareció ofensiva y de mal gusto la afirmación de que el popular Sevillano, que todas las tardes llegaba a la Estación de Francia, era una operación de Franco para diluir Catalunya.

Llevado de mi innata curiosidad lo investigué y descubrí que era una leyenda nacionalista, una más, porque en los años 40 la Guardia Civil estaba de guardia en los andenes de la Estación de Francia comprobando a los viajeros que llegaban. A quienes iban con fardos y maletas se les paraba, se les pedía la documentación y el comprobante de un domicilio familiar. El gobernador no quería vagabundos forasteros en las calles de Barcelona. Si no lo tenían. Se les retenía y se les obligaba a volver en el primer Sevillano con destino a su origen.

Es la peculiar forma que tienen los separatistas de desfigurar la realidad y transformar el espectacular crecimiento de aquellos años en la excusa perfecta para aniquilar la personalidad de Catalunya

Esta situación de control demográfico se frenó con la Ley de Estabilización de finales de los 50, cuando Franco dejó atrás la Autarquía y los tecnócratas se hicieron cargo de la política económica.

Como dijo el economista tótem de la Transición, Enrique Fuentes Quintana, el ministro barcelonés Laureano López Rodó fue durante dieciocho años el vínculo directo de la burguesía catalana con el franquismo, que provocó el llamado milagro económico español con un crecimiento sostenido del PIB del 7% español general, y superior en Catalunya, desde 1959 hasta la crisis del petróleo de 1973. Esos años en que el franquismo pretendió, según la farsante Carulla, aniquilar Catalunya enviando a los incultos andaluces como si fueran la plaga de la langosta.

Es la peculiar forma que tienen los separatistas de desfigurar la realidad y transformar el espectacular crecimiento de aquellos años en la excusa perfecta para aniquilar la personalidad de Catalunya.

Este artículo me lo ha sugerido José Cañas Escamilla, un volteriano libre pensador cordobés, y amigo. Cañas era mi mano derecha que ejerció el periodismo hace muchos años. Tiene la mente y el verbo más privilegiado que he conocido en mis treinta años de ejercicio periodístico.

Le pienso pedir al director de Crónica Global que le autorice a escribir una sección semanal de greguerías sarcásticas de la actualidad política que les desternillarán. Llevan por título Sin Mala Uva, e indigestarán a todo buen separatista.

Bien. Este cordobés, cinéfilo empedernido, me contaba que la Carulla hablaba como si no tuviera biografía ¡y vaya si la tiene!

La Carulla nunca se negó a que su marido colaborara en diluir el sentimiento nacional catalán

Su marido, ya fallecido, era Felipe Peña, uno de los mejores dobladores al castellano que ha tenido la industria del cine español. Su voz era, entre otros, la de John Wayne, Robert Mitchum o Rex Harrison...

La Carulla nunca se negó a que su marido colaborara en diluir el sentimiento nacional catalán, ni su hija la actriz Vicky Peña, que la mayor parte de su vida profesional se ha dedicado a esta misión diluyente, o su yerno el director Mario Gas que ha hecho lo mismo. Gas era sobrino del torero catalán Mario Cabré. Otro que contribuyó al genocidio cultural por la vía del toreo...

Es 'el extraño caso de la señora Carulla' que, como tantos de su generación, han reconstruido su biografía, como el escritor Javier Cercas detalla en su último libro 'El Impostor', una biografía del falso superviviente de los campos de extermino nazi Enric Marco.

Catalunya está llena de falsos supervivientes que sueñan con ser liberados de su paranoia prisión.

Vuelvo al inicio sobre el origen del mal: creo que esa es la categoría del suyo.