Salvar al coronel Rato
Lo está haciendo Antonio Serrano-Arnal. Juez. Titular del Juzgado número 31 de Madrid. Excluye de la investigación parte de la información requisada al 'coronel' Rato. Hay cuatro archivadores que no se tocan. Lo ordena el juez. Bueno, lo ordena Serrano-Arnal, el que investigó el dopaje en el deporte español. La llamada 'Operación Puerto'. Tiene doble apellido, ya sabemos a qué casta pertenece. Pues le ha dicho a la Agencia Tributaria que los cuatro archivadores ni tocarlos. Que ya tiene bastante con los 18 restantes. Vaya. Con la Justicia hemos topado. Con todo respeto, eso sí. Y con el Gobierno también hemos topado. Porque ha montado una estrategia para salvar al 'coronel' Rato. Porque el tío manda. ¡Vamos que si manda!
Tres años de escándalos con Rato y el PP no reacciona. Lo quiere tapar. Lo quiere salvar. ¡Qué sabrá, Dios!
Y manda mucho. Y debe saber lo que ni siquiera está escrito en esos cuatro archivos intocables. Y, claro, es incómodo para el PP. Y peligroso para Mariano. ¡Ay, Mariano, te crecen los enanos! Mucho poder tuvo don Rodrigo Rato. Desde el otro siglo le viene el poder a los Rato. Por lo menos. Y pesa. Y al PP se le dobla una pata cada vez que Rato se pasea por el juzgado. Porque se recuerda todo. Y todo malo. La quiebra de Bankia con Rato de presidente. Expulsarlo de la presidencia fue doloroso. Y se cubrió de cenizas la leyenda de los milagros económicos del vicepresidente de Aznar. Ya había abandonado el FMI de aquella manera. Nada loable. Se recuerda el uso de las 'tarjetas black', de la amnistía fiscal a la que Rato se acogió y de las causas judiciales abiertas. Tres años de escándalos con Rato y el PP no reacciona. Lo quiere tapar. Lo quiere salvar. ¡Qué sabrá, Dios!
Porque es curioso que el partido ha ido a degüello con Bárcenas y Granados, pero no con Rato. Nunca han unido Rato y corrupción. No lo han metido en el mismo saco. Todo lo contrario. Lo han recibido en despacho oficial. Con alfombra. Será de color azul, supongo. Roja no le pega. Despacho, coche, chófer, policía, guardaespaldas, escolta, etc. No parece un presunto delincuente. No parece un apestado del partido. Más bien, todo lo contrario. Y Mariano defiende a su ministro. Luego lo sabía y aprobó la reunión de Rato con Fernández Díaz. Menos mal que no se bañan juntos. Por el amarillo, no por otra cosa, no pensemos mal. Aunque lo puede invitar a Pontevedra, a caminar. Le vendría bien. Monte arriba, monte abajo, lo mismo se despeña. Una forma de librase de la pesada carga que le va a suponer al partido la pérdida de miles de votos. Y los va a necesitar.
Rato eligió bien al ministro para salir en los papeles y en los telediarios. El de Interior. Fernández Díaz, peso pesado del Opus, paseante habitual a Tarancón, -a las procesiones, ¿eh? Nada de malos entendidos- y fiel seguidor de las Bienaventuranzas, como dice la sanabresa Lucía. El que le proporciona escoltas sin haber recibido amenazas. Con el que no puede Mariano. ¡Ay Mariano! A pesar de ti y tus voceras el partido se despeña. No eres capaz de salvar el PP de su gran fiasco electoral. Pero quieres salvar al coronel Rato. Todo tuyo.