Gobierno mediocre
Artur Mas ya tiene su nuevo gobierno “cohesionado al 100% en torno al sí-sí”. Es un nuevo gobierno de circunstancias cuyo único objetivo es llegar más o menos agónico al 27S. A partir de aquí pocas novedades.
¿Qué sucederá si la ANC y Òmnium rechazan la petición de Mas de presentarse bajo su paraguas? ¿Convocará elecciones si no le siguen en su aventura?
Meritxell Borràs ocupará Gobernación. En su haber, hacer de abogada defensora de los Pujol en la Comisión de Investigación del Parlament y dejar a CiU reducida a la mínima expresión –se han quedado con un sólo regidor- en Hospitalet. Jordi Ciuraneta, Agricultura, es un hombre del sector. Empezará su gestión dando explicaciones. Es responsable en al menos 6 empresas agrícolas y ganaderas que han desaparecido del currículum oficial enviado a los medios de comunicación. Jordi Jané, será el nuevo consejero de Interior y hombre de CDC de los “de toda la vida”. Su renuncia al acta de diputado en Madrid puede ser lo que abra la caja de los truenos en el grupo parlamentario de CiU y abra –valga la redundancia- la puerta de salida de los democristianos. Y por último, Neus Munté, la nueva portavoz del Ejecutivo y vicepresidenta, además de consjera de Bienestar y Familia. Munté será la cara amable de un gobierno en lo que queda de legislatura. De sus grandes iniciativas en la conselleria nada se sabe o nadie se acuerda. Los que sí se deben acordar de ella son las entidades del tercer sector que han sudado tinta para cobrar las facturas de la Generalidad. De la lucha contra la pobreza, el Govern afirma que ha cumplido el 69% de los compromisos. Las entidades sociales lo ven de otra manera.
La remodelación deja en el ostracismo a la actitud bronca y amargada del consejero de Presidencia, Francesc Homs. Los analistas de actualidad perdemos un gran “partenaire” que nos ha dejado grandes titulares y tardes de gloria. A partir de ahora, Homs se dedicará a preparar las elecciones aunque esta afirmación se me antoja un oxímoron.
Primero, porque Homs también fue el encargado de preparar las elecciones de 2012 en la que presentó a Artur Mas como un mesías salvador y los nacionalistas se dejaron 12 diputados. Y segundo, el presidente catalán no nos ha explicado cómo se pueden preparar unas elecciones en las que CDC no se presentará bajo sus siglas y el órdago, a la grande, lanzado este fin de semana a la ANC y a Òmnium todavía no tiene respuesta. De hecho, más que un órdago Mas está haciendo chantaje a las entidades soberanistas. Ambas tienen militantes de diferente signo. ¿Qué sucederá si la ANC y Òmnium rechazan la petición de Mas de presentarse bajo su paraguas? ¿Convocará elecciones si no le siguen en su aventura? Bienvenidos al caos de la mediocridad.