Pensamiento

De Madrid al cielo, pero no a Barcelona

8 junio, 2015 08:30

Firmo ejemplares de mi libro en la Feria de Madrid. Esto de las ferias del libro tiene algo de safari fotográfico: tienes la impresión de que la gente no va allí tanto a comprar libros (aunque estén rebajados un diez por ciento, que se dice pronto) como a cazar autores. Te sacan fotos, te dan charla, te miran con una especie de si es, no es.

Me hizo ilusión ver que en el fondo el tema todavía suscita movimiento, emoción e interés, en la capital del reino

En la Feria de Valencia se me acercó uno y me dijo con toda la cara que mi libro y mis opiniones le gustaban mucho pero que se había “enterado” de que “toda” mi familia es nacionalista. Así como quien te dice que te ha pillado metiéndote el dedo en la nariz o quién sabe dónde. Yo reaccioné como la Fátima de El Príncipe, faltaría más: “Son mi familia, y les quiero”. Quiero a mi hermana aunque vote a Artur Mas. Quiero a mi padre aunque tenga en la puerta de su casa un apabullante cartel que pone CATALONIA IS NOT SPAIN y que mi hija de 9 años le cascó por teléfono a su padre madrileño, del cual estoy divorciada, y me tocó aguantar pintorescos emails del tipo “¡Me niego que mi hija viaje a una tierra en la que se la considera extranjeraaaaaa!”. Y luego me echa la bronca si me llevo a la niña a un acto de Albert Rivera. Si yo está claro que he venido al mundo a sufrir.

Coñas aparte, yo fui a firmar a la Feria de Madrid porque soy de temperamento prusiano y si mi editor me ordena saltar desde lo alto de las Torres Kio, yo salto. Convencidita estaba de que no firmaría nada. Cuál no sería mi grata sorpresa al ver que se me acercaba mucha más gente, comprando muchos más libros, de lo que yo sinceramente había previsto. Me hizo ilusión ver que en el fondo el tema todavía suscita movimiento, emoción e interés, en la capital del reino.

Una única nota triste. La introdujo involuntariamente una amiga de Barcelona que me mandó un whatsapp: ¿Y cuándo vienes a firmar a Barcelona? Ay.

Sepharad d’estar per casa (o com collons vulguis que t’anomenin), escolta una de les teves filles quan et parla en veu més catalana del que tu et penses…