24M: el día del cambio político
El 24 de mayo va a marcar un antes y un después en la política catalana y española. En las municipales, la masiva irrupción de candidaturas independientes y de nuevo cuño va a dejar temblando el poder de los partidos tradicionales en el ámbito municipal, y las autonómicas van a ser la vara de medir del liderazgo de Rajoy, Sánchez, Rivera, Iglesias y Garzón. También medirán las posibilidades –y las fuerzas- de Mas y Junqueras en su “proceso soberanista”.
Mas tendrá que replantearse unas elecciones que, si las convoca, le dejarán con otra importante pérdida de diputados
Rajoy está en su peor momento. Esperanza Aguirre le hace una campaña de oposición desde el patio de su casa. En Andalucía, todavía se lamen las heridas con un candidato –Moreno Bonilla- que empieza a ser cuestionado abiertamente. En Madrid, la candidata Cristina Cifuentes hace lo que puede frente al huracán Aguirre y contempla unas encuestas que la dejan a uña de caballo. Valencia es un cúmulo de despropósitos que están desangrando un partido casi hegemónico con Alfonso Rus como guinda. De hecho, en “Can Génova” sólo dan por seguras las victorias en La Rioja y Castilla León. El resto, incluidas Castilla La Mancha, Murcia, Cantabria y Aragón, están en el alero. En Cataluña, todas las esperanzas se centran en Xavier Garcia Albiol. En el resto, desierto. Feijoo dijo que el PP debería reflexionar pero tal como pintan las cosas puede que tenga que hacer actos de contrición.
Sánchez parece que remonta en las encuestas pero estaría mejor decir que el PSOE ha dejado de bajar. No despega con fuerza ni en Madrid ni en Valencia. Mientras que en el Mediterráneo puede ser la fuerza más votada, tras el PP, y armar una coalición para desbancar a Fabra, en Madrid las cosas no pintan bien. Carmona en el Ayuntamiento se desploma y, su apuesta personal, Gabilondo no aporta nada en la campaña. Su liderazgo quedará en entredicho y tendrá que pasar por el confesionario sabiendo que la política de alianzas puede levantar sarpullidos en el seno del partido.
Iglesias está intentando recomponer la “cosa” después de la “espantá” de Monedero y los conflictos latentes en el seno de la formación. En las municipales se presenta de forma testimonial pero se la juega en Madrid, Barcelona, Valencia y las Comunidades Autónomas. También en Andalucía debemos estar atentos para saber cuál será su política. La suya y la de Teresa Rodríguez, teniendo en cuenta que pueden no ser la misma. Si Iglesias sólo consigue mejorar ligeramente los resultados de Izquierda Unida tendrá tormenta interna encabezada por Urban, Echenique y Rodríguez.
Albert Rivera va pisando sobre seguro aunque algunos de los suyos por aparecer meten la pata en sus declaraciones –léase Carina Mejías y su prohibición de manifestaciones-. Al margen de estos pequeños ruidos, Rivera va dando puntadas con hilo. Su política está clara. En Cataluña, se erigirá, tras el nuevo fracaso del soberanismo, en el interlocutor válido y no descarten que desempolve aquel famoso “pacto fiscal”. En el resto de España, equidistancia hasta las generales con un posible denominador común: que gobierne la lista más votada. Con las generales celebradas, está dispuesto a ser maestro de ceremonias. No lo menosprecien. Lo ha conseguido en Andalucía con nueve escaños.
Rivera va pisando sobre seguro aunque algunos de los suyos por aparecer meten la pata en sus declaraciones
Alberto Garzón puede convertirse en el enterrador o en el salvador de IU. Tiene más números la primera opción. En los lugares en los que IU e IC han hecho dejación de marca las previsiones no son demasiado halagüeñas. En las Comunidades –exceptuando la autodestrucción de Madrid de la mano de Tania Sánchez y con el beneplácito del propio Garzón- se la juega frente a Podemos. Si IU deja de tener representación o quedar en posición irrelevante como en Andalucía, en Izquierda Unida puede haber más que palabras tras el 24M.
Artur Mas está a punto de superar un nuevo fracaso, el enésimo. Las encuestas para su pesar no otorgan a los partidarios de la Declaración Unilateral de Independencia una mayoría en Barcelona. Su candidato podrá gobernar pero será el ejemplo del fracaso. En el territorio, CiU no obtendrá el respaldo que espera y Mas tendrá que replantearse unas elecciones que, si las convoca, le dejarán con otra importante pérdida de diputados. ERC intenta sacar cabeza pero Junqueras sigue noqueado. Se ha querido presentar como la gran marca independentista para liderar el proceso pero las CUP le han robado la cartera. Para más inri, ERC en Barcelona no pintará nada y la alcaldía de Sant Vicens está pendiente de un hilo.
Lo dicho, el 24M, un antes y un después. Estamos, sin duda, ante un cambio político.