Pensamiento
Carta abierta a Pedro Sánchez sobre Cataluña
Señor Pedro Sánchez, me dirijo a usted, incrédulo por su compromiso de blindar las competencias de cultura, educación y lengua a Cataluña. Supongo que habrá meditado el alcance de sus promesas. Y de sus consecuencias. En cualquier caso, viendo por sus ofrendas, que está más pendiente de agradar a los nacionalistas catalanes que de informarse a fondo sobre Cataluña, le pondré al corriente de la realidad cultural, lingüística y escolar de Cataluña como ya hice en 2009 sin ningún provecho con el entonces presidente del Gobierno de España y secretario general del PSOE, Rodríguez Zapatero. A él me dirigí en dos largas cartas públicas bajo el nombre de Carta abierta a Zapatero, a propósito de las lenguas propias (I y II). Le recomiendo leerlas, me ahorraré el repetirlas y usted disponer de una información que él prefirió ignorar.
Señor Pedro Sánchez, si de salida asume el lenguaje de los nacionalistas, será difícil no caer en sus trampas. ¿Sabe realmente lo que significa “blindar las competencias en educación”?
Como usted ahora, se permitió entonces cuestionar los derechos lingüísticos de los ciudadanos, que no pertenecemos a la casta nacionalista con “lengua propia”. Por eso le reproché en sendas cartas, que sus objeciones al “Manifiesto por una lengua común”, no podían ser fruto de la improvisación, sino de una profunda irresponsabilidad intelectual, política y moral. Y de un sorprendente desconocimiento, añado ahora. Si hoy en Cataluña estamos como estamos, en buena medida es por la condescendencia e irresponsabilidad de entonces.
No son menores los disparates que usted nos ha soltado la semana pasada en su visita a Cataluña. En Catalunya Ràdio le aseguró a Mònica Terribas: "¿Se pueden blindar competencias vinculadas con hechos singulares como las que tenéis en Cataluña, como es la lengua y la cultura? Yo creo que sí. Se pueden blindar las competencias en educación, hay suficientes motivos para preservarlas de cualquier ataque como el que planteó el ministro Wert".
Señor Pedro Sánchez, si de salida asume el lenguaje de los nacionalistas, será difícil no caer en sus trampas. ¿Sabe realmente lo que significa “blindar las competencias en educación”? ¿Está al corriente de cómo funciona la educación catalana? ¿Sabe lo que es la inmersión lingüística y para qué sirve? ¿Sabe quién está realmente excluido en Cataluña?
Soy consciente que mentar a Wert implica ahorrarse pensar sobre educación. A eso nos están conduciendo estos tiempos twitteros, de titulares sin sustancia ni argumentos. Convertido en símbolo del mal por el nacionalismo y la oposición, la Reforma Wert ya no es una propuesta educativa, es una diana. Así es imposible analizar sus errores o aciertos. Arremeter contra ella es asegurarse el aplauso. Todo muy güai, pero insustancial, impropio de un responsable político. No seré yo quien defienda la Reforma Wert, ni al ministro José Ignacio Wert. Estoy convencido que hay en ella muchas cosas que ni usted ni yo compartimos. Empezando por la introducción de la religión como materia evaluable o la eliminación de la Educación para la ciudadanía, pero nada tiene que ver eso con su arremetida contra la tímida defensa de los derechos lingüísticos conculcados en Cataluña que hace en ella.
En sus declaraciones se quiso ganar el aplauso fácil de los catalanes alegando que se opondrá a cualquier ataque contra la escuela catalana. ¿A qué ataque se refiere usted concretamente? ¿A las doce sentencias judiciales que obligan al Gobierno de la Generalidad a restaurar el bilingüismo en la escuela y que se niega a cumplir? ¿A las peticiones de esos padres que han recurrido a los tribunales para pedir que no se conculque el derecho de sus hijos a estudiar también en su lengua materna? ¿Al derecho a decidir en qué lengua quieren estudiar?
En sus declaraciones se quiso ganar el aplauso fácil de los catalanes alegando que se opondrá a cualquier ataque contra la escuela catalana. ¿A qué ataque se refiere usted concretamente?
Señor Pedro Sánchez, si alguna cosa hizo mal el ministro Wert en el tema lingüístico, es mirar para otro lado ante el incumplimiento de las sentencias que obligan al Gobierno de la Generalidad a restaurar el bilingüismo escolar que el Tribunal Constitucional consagró en la sentencia 337/1994. Ratificada dicha sentencia en la del Estatuto de 2010, catalán y castellano han de ser lenguas docentes sin que ninguna de ellas sea exclusiva ni excluyente. Ante tal evidencia jurídica, ¿qué hizo Wert? ¿Facilitar a todos los niños de Cataluña, en todos los colegios públicos la posibilidad de una educación bilingüe? De ninguna manera, solo allí dónde hubiera padres que así lo pidiesen por escrito y estuvieran dispuestos a pasar un viacrucis social, burocrático y judicial por sus hijos. ¿Y eso les garantizaría poder estudiar en castellano todas las asignaturas? En ningún caso. Únicamente el 25% de las asignaturas del currículum. El restante 75% seguiría haciéndose en catalán, amén del 100% en todos los demás colegios de Cataluña ¿Y lo podrían hacer en un colegio público al lado de casa como tienen derecho el resto de niños catalanes? De ninguna manera, esos niños habrían de buscarse un colegio privado allí dónde pudieran encontrarlo. El Estado correría con los gastos, que los detraerían de los traspasos educativos a la Generalidad. Con un máximo de 6.000 euros anuales.
Se lo resumo, en Cataluña, si eres un ciudadano catalanohablante puedes estudiar en catalán en todos los colegios públicos, privados y concertados de Cataluña. Si eres un ciudadano castellanohablante (el 55,3% de la población) sólo lo podrás hacer en un colegio privado y únicamente en un 25% de las asignaturas del currículum. Seguramente fuera de tu localidad.
Señor secretario general del PSOE, ¿eso es un ataque al sistema educativo catalán? ¿Considera que un derecho constitucional como es poder estudiar en español en España es un ataque contra Cataluña? ¿Sabe usted que, hoy por hoy, desde hace 30 años, solo tienen derecho a estudiar en lengua materna los niños catalanohablantes? ¿Sabe usted que el sistema de inmersión lingüística es ilegal, y solo afecta a los niños castellanohablantes, que se ven segregados por razón de lengua? ¿Sabe usted que el sistema de inmersión lingüística en realidad es un caballo un Troya ideológico de adoctrinamiento catalanista, elegido por los nacionalistas para borrar toda huella cultural española de las nuevas generaciones escolares? ¿Es consciente que, cuando usted ofrece blindar este sistema de adoctrinamiento está excluyendo de sus derechos culturales, lingüísticos y nacionales a la mayoría de los niños de Cataluña? ¿O acaso ignora que ceder en cuestión tan clave es otorgar legalidad al racismo cultural que la casta nacionalista ejerce ahora desde la ilegalidad? ¿De dónde cree que salen tantos jóvenes con tantas esteladas? ¿Sólo de TV3..?
Como si no lo hubiera dejado claro insistió: “Si en Cataluña hubo un pacto nacional por la educación, tiene que haber un respeto por parte del Gobierno de Madrid”. Es una lástima que sea usted tan poco consecuente, también el Parlamento autonómico de Cataluña acordó un pacto por la independencia, convirtió a Cataluña en una nación con sujeto jurídico y declaró el derecho a decidir si era un Estado y si quería que tal Estado fuera independiente. ¿Por qué no respetarle el derecho a decidir y sí el pacto por la educación? ¿Por qué negarle ser sujeto soberano y aceptarle una Ley de Educación de Cataluña (LEC) que sanciona la segregación escolar por razón de lengua?
Es evidente que habla de oídas y no tiene ni idea de a qué se compromete cuando pide respeto de Madrid al pacto por la educación. Es descorazonador comprobar cómo desde Madrid respetan cuanto ignoran. Quizás para asumir pasadas desmesuras que tan bien describió el bueno de Antonio Machado: “Castilla miserable, ayer dominadora, envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora”.
Si para algo le puede servir, formé parte de ese pacto por la educación que usted defiende y fui ponente de la Ley de Educación de Cataluña que lo ponía en práctica. Le aseguro que el redactado final y los entresijos de la ponencia fueron una experiencia única para sentir el desprecio por la lengua común de todos los españoles y el afán por hacerla desaparecer de la vida escolar como lengua de uso. Le dejo mi intervención en representación de C’s el día que se aprobó. Así tendrá una visión diferente de la que se chuta del PSC. En ella y en las cartas linkadas a su compañero de frivolidades, Rodríguez Zapatero podrá adivinar el inmenso error que está cometiendo. En la sesión parlamentaria del 12 de noviembre de 2008, con ocasión de la tramitación de la Ley de Educación de Cataluña, hube de aguantar todo tipo de improperios porque denuncié que la "causa íntima e inconfesable de la tramitación de la LEC" era "blindar la inmersión y legislar la exclusión". Mira tú por dónde, seis años después viene usted a hacerles el trabajo sucio prometiéndoles blindar lo que ellos mismos por entonces no se atrevían a sostener abiertamente.
“Señor Presidente, -le dije a José Luis Rodríguez Zapatero a propósito de tal ley, y le repito a usted ahora-: ha de saber, señor Presidente, que está colaborando con una gran mentira: el nacionalismo no quiere el bilingüismo, ni el respeto a la pluralidad; el nacionalismo añora una nación con una lengua, una cultura y un territorio. La pluralidad de la que tanto alardea sólo es una máscara para imponer su nación identitaria sin oposición ni resistencia. Si no parte de ese supuesto es imposible entender tanta contradicción entre lo que dice la ley, lo que declaran defender y lo que realmente hacen. Es evidente que esa aspiración no es la de toda la población, sino la de la minoría nacionalista, pero es ésta quien ha logrado dominar las instituciones e imponer tales reglas. Ni sus socios del PSC en Cataluña ni los del PSG en Galicia ni usted mismo son ajenos a este dominio nacionalista. Han jugado en su espacio, utilizan su lenguaje, se benefician de su apoyo. Han preferido el poder a la responsabilidad de Estado”.
Con esa misma irresponsabilidad, ha caído usted en idéntica frivolidad que ya cayera su antecesor en el cargo cuando dejó dicho lo que después no podría cumplir y tanto daño hizo: “Apoyaré la reforma del Estatuto que apruebe el Parlamento de Cataluña”. (José Luis Rodríguez Zapatero, 13 de Noviembre de 2003 en la campaña a las elecciones al Parlamento autonómico de Cataluña).
Por las repetidas rectificaciones a que se ha visto abocado desde que llegó al cargo de secretario general del PSOE, intuyo que está más pendiente de agradar al auditorio que de enfrentarse con los problemas reales. Exactamente lo contrario que debería hacer con el problema catalán. No se líe usted con la cuadratura del círculo para salir del enredo catalanista: “Hay que reconocer el derecho a la diferencia, pero no la diferencia de derechos”. Déjese de ocurrencias semánticas para no afrontar el problema de verdad. No convierta al PSOE en la ruina acomplejada en que ha acabado el PSC. No se puede estar en misa y repicando. No convierta la reforma constitucional y el federalismo en unas anteojeras para no enfrentarse al golpe institucional que los nacionalistas tejen cada día con mayor descaro. Otorgarles el blindaje en educación, justicia y fiscalidad es el camino al caciquismo, no al federalismo.
Desde que entró usted en el cargo ha debido rectificar en varias ocasiones. ¿Sería pedirle demasiado que antes de soltar la próxima ocurrencia, estudiara historia, contrastara la información que le llega del PSC y actuara guiado por el bien común y el sentido de Estado?