Pensamiento
La batalla ideológica y otras guerras (Post 9N)
Mas y los independentistas que conservan todavía cierto sentido de la realidad, saben que con el magro respaldo a la independencia obtenido en la consulta-farsa del 9N no basta para proclamar unilateralmente la independencia, ni para alcanzarla en una hipotética consulta vinculante celebrada con la aquiescencia del gobierno español. Ya lo sabían antes de que se celebrara la consulta y a Mas le vino como anillo al dedo la suspensión del Tribunal Constitucional que la dejaba en un mero acto folclórico y reivindicativo. El objetivo de Mas a medio plazo es seguir utilizando el gobierno de la Generalitat como baluarte para lanzar sus ataques a las instituciones centrales del Estado (ICE), e intensificar las campañas de propaganda, castellanizándolas cuando haga falta, para convencer a los catalanes que no acudieron a las urnas de que sus parientes en el resto de España les roban y la independencia les traería mejores servicios públicos y pensiones más altas. Ahí es donde van a dirigir el peso de su artillería las organizaciones independentistas (ANC y Omnium Cultural) para seguir con el proceso de desespañolización de Cataluña, y ahí es donde el resto de catalanes y españoles tenemos que hacerles frente en desigual batalla.
Mas cuenta con la colaboración indispensable de los Ayuntamientos cuya financiación depende en gran medida de quien todavía tiene la sartén por el mango
El gobierno catalán cuenta con varios aliados formidables para desplegar su estrategia. Están, en primer lugar, la mayoría de los profesionales en los medios de comunicación catalanes, tanto públicos como privados subvencionados, que jalean sus iniciativas y dan pábulo al ‘España nos roba’, ‘España nos humilla’, ‘España se recentraliza’, etc., aceptando sin crítica las burdas e infladas cifras de la balanza fiscal de Cataluña que les suministra puntualmente el consejero de Economía cada año para ‘demostrar’ el expolio de Cataluña, y distorsionando las sentencias de los tribunales que, si bien sólo exigen el cumplimiento de la Constitución y las leyes, los medios adscritos al régimen las presentan ante la opinión pública como intolerables humillaciones a Cataluña. Nada va a cambiar en el futuro mientras la Generalitat siga compensando generosamente a estos profesionales vendidos al mejor postor.
En segundo lugar, está la endogamia y falta de autonomía del sistema educativo catalán. Por una parte, la consejería de Educación y también algunas Universidades exigen a los posibles candidatos tener un certificado de competencia lingüística en catalán para participar en oposiciones y concursos, un mecanismo sumamente eficaz que impide acceder al sistema educativo catalán a la mayoría de los españoles, con independencia de sus cualificaciones y méritos profesionales, hasta convertirlo en una burbuja blindada e impenetrable. Por otra parte, está el sistema de conciertos con los centros privados que constituye un arma poderosísima para que las directrices y consejos del gobierno catalán en materia lingüística se cumplan a rajatabla, incluso cuando existen sentencias firmes desfavorables en contra del gobierno catalán. Un ejemplo de la delicada situación en que se encuentran se vivió los días previos a la consulta del 9N, cuando las distintas asociaciones a las que están adscritos estos centros se dirigieron a sus miembros en nombre de la Consejería de Educación para preguntarles si estaban dispuestos a ceder sus recintos para realizar la consulta, una situación que los dejaba expuestos y señalados si se negaban a ello. Muchos centros aceptaron porque las consecuencias que podía acarrearles no hacerlo.
El escenario de cartón-piedra construido por el régimen nacional-independentista y el sistema clientelar instaurado se vendrían súbitamente abajo si un enfrentamiento directo con las ICE
Finalmente, Mas cuenta con la colaboración indispensable de los Ayuntamientos cuya financiación depende en gran medida de quien todavía tiene la sartén por el mango y reparte el alpiste en Cataluña: el gobierno de la Generalitat. En el caso de la consulta del 9N, su labor ha resultado esencial para preparar la logística de la consulta, incluyendo declaraciones de apoyo de los consistorios a favor de su realización, la colocación de la propaganda de las organizaciones independentistas que la promovían, la ANC y Ominum Cultural, en todos los pueblos y ciudades catalanes, empleando para ello las grúas y los empleados de los consistorios. Una propaganda, todo sea dicho, nada institucional porque incitaba a responder afirmativamente a las dos preguntas formuladas. Por último, los Ayuntamientos hicieron posible que la consulta se realizara entregando las llaves de los Institutos de Enseñanza Secundaria donde se colocaron las urnas a miembros de las organizaciones independentistas que los ocuparon e hicieron uso no sólo de los patios y pasillos sino también de las secretarías y otros despachos anexos, como pude comprobar personalmente.
Para que los mecanismos descritos sigan operativos y aumente el número de catalanes que apoyan la independencia en los próximos años es absolutamente indispensable mantener el gobierno autonómico en manos de los partidos que apoyan el derecho a decidir. Todo el escenario de cartón-piedra construido por el régimen nacional-independentista y el sistema clientelar instaurado se vendrían súbitamente abajo si un enfrentamiento directo con las ICE provocara la suspensión de la autonomía en Cataluña. La consulta-farsa del 9N sólo ha sido un paso más en el largo camino hacia la independencia que le ha permitido a Mas recuperar la iniciativa política, desembarazarse momentáneamente del fardo de la corrupción que arrastra CDC, y, sobre todo, relegar a un segundo plano a ERC. No sabemos exactamente qué hará Mas en los próximos meses aunque todo apunta a que convocará elecciones e intentará mantenerse al frente del gobierno catalán para utilizarlo como atalaya contra el gobierno español y defenderse de la querella que la Fiscalía ha interpuesto contra él y otros miembros de su gobierno por su papel en la organización y realización de la consulta. Lo que es seguro es que se avista otro año más de desgobierno, enfrentamientos estériles y propaganda sectaria.
España carece de un gobierno cohesionado y estable dispuesto a defender la Constitución
Rajoy se equivocaría si interpreta este paréntesis como un cambio de estrategia del nacional-independentismo y no adopta con rapidez las medidas necesarias para ganar las próximas batallas que va a plantearle el gobierno catalán. No sólo va a seguir el gobierno catalán creando lo que ellos denominan estructuras de Estado sino que hay voces que piden declarar ya la independencia y tomar por la fuerza el control de las instituciones todavía en poder del Estado (Agencia Tributaria, sistema judicial, infraestructuras, etc.). Si piensa que con un par de visitas a Cataluña para explicarnos todo lo que ha hecho el gobierno español por Cataluña hay suficiente, alguien debería explicarle a Rajoy que comete un grave error. Hace falta un desembarco en toda regla para conseguir que las ICE vuelvan a estar presentes en Cataluña y el gobierno catalán acate la Constitución, las leyes del Estado y las sentencias de los tribunales sin demoras ni excusas. Hoy tenemos la suerte de que el PP cuenta con mayoría absoluta en el Congreso pero la situación podría devenir crítica si la perdiera en las próximas elecciones generales y España carece de un gobierno cohesionado y estable dispuesto a defender la Constitución que nos ha proporcionado el período más largo de estabilidad democrática y progreso económico de nuestra historia.