Entramos en la semana clave. En los próximos días, Artur Mas debe definir cuál es su estrategia final. En caso de que la tenga, claro. Los últimos movimientos denotan que las discrepancias, que los trapos sucios, en el bloque soberanista ya no se lavan en casa. Se airean. Y de qué manera. Oriol Junqueras sigue con su estrategia de presión y pide al presidente catalán que cumpla sus compromisos. Mas le contesta con la épica de la unidad. Quien la rompa le pondrá las cosas fáciles a España. Pero, el líder republicano hace oídos sordos y continúa con su presión acorralando al líder de CiU contra las cuerdas. Iniciativa per Catalunya en este punto de fricción parece convertirse en el único aliado de Mas, si excluimos a Duran i Lleida, evidentemente. Propone posponer la consulta. Una opción que la CUP ni contempla en su nuevo papel de hermano gemelo de ERC. Y menos los republicanos.
Se aplicó el silencio administrativo para tapar que sólo 99 lo habían hecho y que sólo 263 habían nombrado coordinador de la consulta
De momento, todo está en el aire. Y todo se incumple. Los ayuntamientos no han tenido que dar su visto bueno a los lugares de votación. Se aplicó el silencio administrativo para tapar que solo 99 lo habían hecho y que solo 263 habían nombrado coordinador de la consulta. Se han ampliado los plazos para que los catalanes residentes en el extranjero se inscriban. De momento, lo han hecho apenas 2.500. Y se han ampliado los plazos para que se inscriban los inmigrantes. Algo normal porque la inscripción de apenas 500 personas es, a todas luces, un ridículo mayúsculo. Para culminar el cúmulo de desaguisados, el Govern no ha publicado el censo.
De esta guisa, de Madrid no llegan buenos augurios. Rajoy dice que ofrece diálogo para una "mejor integración" de Cataluña en España. Hasta aquí bien, pero el presidente añadió una coletilla. No sé con quién tengo que hablar, vino a decir el presidente, porque no sé quién manda. Bueno, eso lo podría omitir el presidente español. De momento, el que manda es el presidente de la Generalidad. Los partidos nacionalistas están jugando ya sus cartas electorales. Están jugando al regate corto. Han llevado la situación al límite y el límite les ha sobrepasado. Esta semana será clave. Solo cabe esperar sensatez, que no se incumpla la ley, por un lado, y que, por el otro, se mueva ficha. Es hora de hechos y no de palabras. Rajoy y Mas deben de dejar de jugar al gato y al ratón y sentarse a hablar. Es la única pócima mágica que puede poner en su sitio a quienes piensan que si todo va mal, mejor. Es la única pócima mágica para los que apuestan por exacerbar los ánimos buscando el enfrentamiento. Es la hora de la política.