El firme carácter de Oriol Junqueras es una de las pocas cosas que levantan el nivel del debate catalán sobre el prusés™. El año pasado tuvo la idea de "parar la economía catalana durante una semana", y aunque le llovieron palos de todos los lados, del Govern dels millors incluido (Puig: "La economía catalana no puede parar ni dos horas"; Duran i Lleida: "No tiene dos dedos de frente"; Camacho: "Kamikaze"; Balmón: "Insensato"), nuestro OJ que parece un figurante de los Simpson sigue en sus trece. Lo digo con todo el cariño, soy muy fan de la famiglia, perdón familia amarilla, y tengo una especial estima por el vendedor de cómics, un trekkie de pura sangre (poner los dedos en V hoy es muy fashion en Cataluña), y por el hombre abeja.
Junqueras es un hombre que sabe lo que quiere, y está dispuesto a que otros paguen el precio por ello
En enero de este año Junqueras insistió en paralizar la economía catalana con un desafiante "no nos resignaremos" (¡Qué muy we shall not be moved!), y este jueves recauchutó el tema en una entrevista con el Financial Times.
Nuestro OJ catalán no le tiene miedo a ningún tribunal y defiende su "dret a decidir" hasta las últimas consecuencias. Es de buena tradición populista usar una crisis económica para objetivos nacionalistas, así fue por ejemplo en la Alemania de los años 30 y en la Yugoslavia de los 80, con grandísimos resultados. Lo novedoso de Junqueras es que además quiere ahondar la crisis, supongamos que por la máxima subversiva de que las cosas tienen que empeorar para que todo mejore. Junqueras es un hombre que sabe lo que quiere, y está dispuesto a que otros paguen el precio por ello.
Mientras que el gran timonel Artur Mas se ve en la linea de Moisés, Gandhi y Martin Luther King, Oriol Junqueras aún puede citar a Bill Clinton: "Es la economía, estúpido." Nuestro OJ es doctor en Historia del Pensamiento Económico.
Es el momento idóneo para recordar las palabras de Pau Casals: "Cataluña ha sido la nación más grande en el mundo". ¡Y mira quién presenta este vídeo! Es OJ, junto al comisario Soler. Piel de gallina.
La única réplica posible al OJ vicentino es una frase que un Nobel de la Paz aprendió de su padre: "You can't eat a flag". No puedes comer una bandera.