Esta tarde me voy de fiesta mayor. A ver si me junto con unos colegas y simulamos el fusilamiento de alguien. Mola mazo. Te paras delante de casa de un tipo y le pegas unos tiros como si lo tuvieras atado, con los ojos vendados con la pared al fondo. ¡A discreción! Buff, qué subidón de adrenalina patriótica. Es fiesta mayor y todo vale, con tal de divertirnos.
En otra época, ante el monumento a Rafael Casanova también se cantaba aquello de "pim, pam, pum" a todos aquellos catalanes que no son catalanes porque no apoyan al 'país'
En el País Vasco, los vascos se lo pasaron de lo lindo pintando dianas en las casas de algunos vascos. ¡Qué guay! Bueno, hay que reconocer que allí se les fue la mano y a algunos les dieron un tiro en la nuca, a otros les pusieron una bomba lapa en el coche y a otros los tirotearon. Eso no fue tan divertido, pero lo nuestro es la bomba.
Además, mientras simulas un fusilamiento puedes cantar. En otra época, ante el monumento a Rafael Casanova también se cantaba aquello de "pim, pam, pum" a todos aquellos catalanes que no son catalanes porque no apoyan al 'país'. Son los botiflers. A todos estos se les puede fusilar, eso sí aunque sea de broma. Que no se quejen porque encima que le dan la espalda a Cataluña y viven en Cataluña. ¿Qué quieren? ¿Irse de rositas? Pues no, les fusilamos un poco y a otra cosa. Ya nos hemos hecho unas risas.
Bueno, les dejo, me voy de fiesta mayor a ver si fusilamos a alguno. De broma, claro. ¡Cómo son los que se quejan! Cómo se ponen por unos tiritos de nada. El simulacro de fusilamiento es lo moderno, es lo que mola, es la leche. Es el último grito de fiesta mayor. Nos lo pasamos chipen. Eso sí, vayan con cuidado. Se fusilan a los otros. A los nuestros, no.