Pensamiento

Antes rota que roja

1 julio, 2014 10:05

Las prodigiosas mentes de los think-tanks vinculados a lo mejor y más granado de la izquierda catalana, esas que inventaron los conceptos de "soluciones ocupacionales en la administración pública para la vanguardia del proletariado" (asesores a 5.000 euros al mes) y de "estudios avanzados sobre el estado de la cuestión a cargo de la intelectualidad con conciencia social" (cincuenta mil euros por veinte folios grapados), han decidido quitarse la careta y darle la vuelta al tradicional concepto conservador-derechista de la situación administrativo-política de España, el "antes roja que rota".

¿Para qué arreglar España si podemos seguir destrozando Cataluña continuando con el pujolismo de presunta izquierda que se está apoderando de la mente de nuestros insignes progresistas?

Los devoradores de galletas Birba de Avancem, lo que aún queda del PSC y su simpático futuro secretario general, Ada Colau y su cohorte de exluchadores y futuro personal eventual nombrado a dedo en el Ayuntamiento, los asambleístas a tiempo parcial de la CUP, el conglomerado socialista-champagne Nadal-Tura, la izquierda pal-de-paller protoconvergent de Junqueras, los excomunistas que cambiaron la conciencia de clase por la bicicleta y el coche oficial, los sindicalistas tipo Pepe Álvarez que ven un obrero y le echan Chanel por aquello del olor, y algún intelectual orgánico muy bien untado por sus servicios patrióticos y por su reinterpretación de la historia han apostado claramente por el "antes rota que roja".

No importa que los pacientes se rebelen porque la derecha les esté destrozando la sanidad, o que el Govern esté dinamitando el futuro de las futuras generaciones con una educación pública cada vez más deteriorada. Que los bancos se forren a costa de los presupuestos públicos ni que los inversores buitres se queden con todo por cuatro duros. O que despidan a la gente con indemnizaciones de risa. O que haya niños que pasen hambre y familias que tengan que recurrir a la caridad organizada. A la izquierda catalana solo le interesa la banderita estelada, la cosa patriótica y engañar a la gente con el argumento falaz de "con el nuevo estado un nuevo futuro esplendoroso será construido en paz y armonía por las clases populares y se creará una sociedad más justa". Claro, y las nubes serán de algodón de azúcar, el río Llobregat será puro y cristalino y todos seremos felices y comeremos perdices con mongetes del ganxet.

¿Para qué arreglar España si podemos seguir destrozando Cataluña continuando con el pujolismo de presunta izquierda que se está apoderando de la mente de nuestros insignes progresistas? Eso del que el nacionalismo era burgués y de derechas ha pasado a mejor vida. Ahora es megaguay, superenrollado y nos va a solucionar la vida. Preparen sus carteras, porque el kilo de patria se cotiza más caro que el caviar iraní.