Pensamiento
Juncker debe presidir la Comisión Europea
No era en absoluto mi candidato, pero defiendo su nombramiento porque ha sido el candidato del grupo político europeo (el PPE) más votado en las elecciones del 25M. Durante la campaña electoral se dijo repetidamente "esta vez es diferente": el voto de los electores tendrá una consecuencia directa en la elección del presidente de la Comisión. Pues el Consejo Europeo –los jefes de Estado y de gobierno de los Estados miembros de la UE-, deberá tener en cuenta, según el Tratado de Lisboa, plenamente vigente en este punto, el resultado de las elecciones a la hora de proponer por mayoría cualificada (no por unanimidad) un candidato a la presidencia de la Comisión, candidato que el Parlamento Europeo aprobará, o no, por mayoría de los diputados.
¿Qué tiene Cameron (conservador) contra Jean-Claude Juncker (conservador)? Seguro que la tradicional aversión de muchos británicos hacia la UE: lo considera federalista y europeísta
Ahora, determinados miembros del Consejo Europeo, encabezados por el primer ministro británico David Cameron, tratan de impedir la aplicación de aquella disposición del Tratado, que si ofreciera alguna duda interpretativa –que no la ofrece, a mi juicio- debería ser finalmente interpretada en base al aforismo "in dubio, pro democracia".
¿Qué tiene Cameron (conservador) contra Jean-Claude Juncker (conservador)? Seguro que la tradicional aversión de muchos británicos hacia la UE: lo considera federalista y europeísta, y para que su rechazo no parezca demasiado eurófobo añade que Juncker, cuando fue presidente del Eurogrupo (enero 2005-enero 2013), gestionó mal la crisis. No queda claro qué entiende Cameron por gestionar mal la crisis; por exceso, demasiada austeridad, regulación y recortes, o por defecto, insuficiente austeridad, desregulación y recortes. Me inclino por la segunda versión.
Es cierto que Juncker tenía que haber participado de otra manera en la gestión de la crisis. En cualquier caso, de una manera menos aplastante y dolorosa para millones de europeos.
Pero deslindemos las responsabilidades, dejando ahora de lado la grave responsabilidad del Fondo Monetario Internacional, en el que los Estados Unidos siguen teniendo una posición dominante. Entre las diferentes instituciones de la UE que han intervenido en la crisis, el Consejo Europeo, el Consejo (de Ministros) de la Unión, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo, la mayor responsabilidad no se puede atribuir al Eurogrupo, que no es una institución, sino una reunión informal de los ministros de Economía y Hacienda de los Estados de la UE de la zona euro, completada con la participación del presidente del Banco Central Europeo y del Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios (Olli Rehn), que actúa como un foro de coordinación y supervisión de las políticas y estrategias comunes que adoptan los Estados del euro.
En el sistema de democracia representativa el resultado de las elecciones tiene que ser respetado, y, si no gusta, obliga al cuerpo electoral descontento a la reflexión y a la reconsideración del voto en las próximas elecciones
Las orientaciones y las prioridades las marca el Consejo Europeo, del que forman parte David Cameron, Angela Merkel, Mariano Rajoy..., las ejecuta la Comisión y las aplican los Estados, el español en todos sus niveles en nuestro caso.
Todo eso no exonera de responsabilidad a Jean-Claude Juncker, pero no hace de él el primer responsable. A lo largo de la crisis, el convidado de piedra, antes de la plenitud de sus competencias, ha sido el Parlamento Europeo, y no obstante las pocas voces en el seno de la UE discordantes con las políticas económicas han surgido de los eurodiputados, en particular de los de la izquierda.
Si el Consejo Europeo, con una mayoría abrumadora de conservadores, no respetara el resultado de las elecciones europeas, equivaldría a un fraude electoral, provocaría una frustración de los demócratas y una nueva desconfianza hacia las instituciones europeas. En el sistema de democracia representativa el resultado de las elecciones tiene que ser respetado, y, si no gusta, obliga al cuerpo electoral descontento a la reflexión y a la reconsideración del voto en las próximas elecciones.
Vivimos en carne propia un ejemplo ilustrativo. El PP de Mariano Rajoy ganó las legislativas españolas por mayoría absoluta. Rajoy es el legítimo jefe del gobierno central. Los que ahora se lamentan podían haber imaginado antes qué se podía esperar de él; ya lo ha empezado a hacer el 25M.