Si en algo están de acuerdo los ciudadanos informados es en la valía y la autoridad de Francisco Sosa Wagner. No está siendo excepcional en esta campaña que incluso cabezas de lista de partidos adversarios reconozcan que el primer candidato de UPyD es un fuera de serie. Reconocido jurista, reputado intelectual y convencido humanista, se sale del estereotipo del político al uso que tiene como prioridad la conquista del poder al precio que sea.
De poca regeneración democrática podría presumir un partido que jugase a un juego tan antiguo y tan desacreditado. Si vamos a tomarnos en serio la política habrá que resucitar las virtudes olvidadas
Paco Sosa está genuinamente interesado en la política porque le interesa la construcción del Estado. Es un experto en derecho que llegó a Bruselas como un novato y ha acabado sentándose en la conferencia de presidentes de grupos políticos. Aunque los partidos pequeños no tienen representación en ese órgano, que es el núcleo duro de las decisiones, el propio Schultz le pidió que participase y así lo hizo.
No es fácil sobrevivir en el laberinto de Bruselas. Es un mundo hecho a la medida de los partidos grandes. Lo que le espera a cualquier político que llegue allí en parca o ninguna compañía es el desconcierto y la comisión de errores que pueden poner en aprietos la realización de programas y compromisos previos. Europa es otra división, las apuestas son muy altas. Sosa Wagner dice que en el Parlamento ha votado 6.333 veces que han sido "como 6.333 pieles de plátano que he pisado". Se puede "meter la pata" con gran facilidad.
Hay quien considera una ingenuidad o una falta de sentido de la oportunidad la estrategia de UPyD de favorecer la solvencia de un intelectual no mediático al cortoplacismo de la cara conocida o del ex político en busca de reubicación. No será porque no se hayan ofrecido. Pero de poca regeneración democrática podría presumir un partido que jugase a un juego tan antiguo y tan desacreditado. Si vamos a tomarnos en serio la política habrá que resucitar las virtudes olvidadas. Es el momento de votar al político sólido que infunde respeto y consideración en España y en Europa.