Pensamiento

Barras y estrellas

9 febrero, 2014 13:47

We shall overcome, we shall overcome,
we shall overcome some day.
Deep in my heart I do believe
we shall overcome some day.
Pete Seeger

(Juntos venceremos, algún día venceremos, en lo profundo de mi corazón creo firmemente que algún día venceremos).

Hace pocos días, Marius Carol, el actual Director de La Vanguardia, comentaba el recital que en febrero de 1971 tenía previsto Pete Seeger en la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Barcelona. El recital fue suspendido a última hora por el entonces gobernador civil de Barcelona, Don Tomás Pelayo Ros. El Sr. Carol recordaba también las protestas de los estudiantes y las cargas policiales que los "grises" efectuaron a caballo. La lectura de su comentario me ha hecho recordar esos tiempos porque yo también participé en esas protestas junto con los muchos estudiantes que nos habíamos concentrado en Ingenieros para escuchar a Seeger en lo que, en aquellos momentos, era algo más que un recital de un cantante folk americano.

Eran los años terribles de la dictadura. En diciembre de 1970 y tras una movilización popular y una presión internacional sin precedentes, el general hizo uso de la prerrogativa de gracia y conmutó por cadena perpetua las nueve penas de muerte impuestas a seis de los 16 enjuiciados, todos miembros de ETA, en el Consejo de Guerra de Burgos. Sin embargo, esa presión no fue suficiente para evitar ejecuciones posteriores, como las del Puig Antich y Heinz Ches, a garrote vil en marzo de 1974 y, las últimas, en el año 1975 y mediante fusilamiento, de tres militantes del FRAP (José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz), y dos militantes de ETA político-militar, Juan Paredes Manot, alias Txiki, y Ángel Otaegui). A pesar del riesgo, las protestas y las manifestaciones fueron constantes y reiteradas, y fueron reprimidas de forma todavía más contundente de lo habitual, con gran despliegue policial, agresiones, heridos y lesionados graves, buen número de detenciones y procesamientos múltiples ante el funesto Tribunal de Orden Público, entonces conocido como el TOP.

¿Por qué en Cataluña no parece posible lo que en Madrid sí lo es? Es un tema para reflexionar en profundidad y materia para varias tesis

Creo que queda claro que, en ese contexto, la actuación de Pete Seeger no era un simple recital, sino una manifestación más de la reafirmación colectiva en la oposición al régimen; como también era una manifestación de esa misma oposición la asistencia estudiantil masiva a las clases impartidas por el profesor González Casanova, que en el año 1971 ocupaba la cátedra de Teoría del Estado de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Barcelona. A esas clases, en las que González Casanova ejemplarizaba sobre la diferencia entre un Estado democrático y otro dictatorial, asistían estudiantes de prácticamente todas las Facultades, y no sólo de las más cercanas sino que incluso los de Medicina nos desplazábamos desde el Hospital Clínico hasta las inmediaciones del Palacio de Pedralbes para participar en lo que era un acto reivindicativo y no únicamente una clase magistral. Así lo entendía también el gobernador civil que, también de forma reiterada, clausuraba por orden gubernativa la Facultad de Económicas, tras las correspondientes cargas en toda la zona universitaria del paseo de la Diagonal. Y de nuevo, más detenciones y procesamientos.

El Sr. Marius Carol titula su artículo "Cuando las canciones ondean como banderas" y pone de relieve que una de las canciones más populares de Seeger, We shall overcome (Juntos venceremos), se convirtió en un himno de protesta, no sólo en Estados Unidos, sino en el mundo entero. Entonces lo creíamos posible, entonces estábamos convencidos de que valía la pena luchar por lo que creíamos justo, porque estábamos seguros de que juntos, todos juntos, venceríamos.

Y no era ni es una utopía: en Madrid lo han conseguido. Juntos, todos juntos, los profesionales, los colegios corporativos, las asociaciones, los sindicatos, los usuarios, los ciudadanos... juntos han conseguido lo que se habían propuesto y lo que era justo: detener la privatización de la sanidad pública. Nos han demostrado a todos que no es imposible. ¿Por qué en Cataluña no parece posible lo que en Madrid sí lo es? Es un tema para reflexionar en profundidad y materia para varias tesis.

Claro que, en los años 70, cuando las canciones ondeaban como banderas, las únicas banderas que cotizaban al alza, y que traducían las ansías de libertad y el espíritu de solidaridad, eran las rojas, las negras y las rojinegras. Las barras y las estrellas se identificaban entonces con el imperialismo más hostil, insolidario e intransigente. ¡Qué tiempos! Ha llovido mucho desde entonces y, como canta Raimon, "al meu país la pluja no sap ploure, o plou poc o plou massa" (en mi país la lluvia no sabe llover, o llueve poco o llueve mucho).

Descanse en paz Pete Seeger y que ruegue por nosotros. Falta nos hace.