Pensamiento
La inquisidora debe dimitir
Pilar Rahola se ha metido en un jardín y quiere salir de rositas. La inquisidora y látigo de infieles desde los púlpitos mediáticos, que ha exigido dimisiones y ceses, que ha impartido su justicia sin escuchar mínimamente a sus víctimas, que ha acusado sin pruebas, que no ha contrastado informaciones, ahora se refugia en la sobreinformación de las redes para excusar su burda manipulación de una sentencia del Tribunal de La Haya que casualmente venía como anillo al dedo para justificar el proceso independentista.
Si un miembro del Consejo Asesor para la Transición Nacional miente, a sabiendas o por incompetencia, tiene que presentar la dimisión
Dijo la señora Rahola que "soy culpable de haber cometido un error que no invalida el debate de fondo" porque se fio de "fuentes solventes". Pues bien, primero, cambie de fuentes. Si toda su solvencia es esta, es necesaria una profunda revisión. Segundo, un periodista si ha cometido un error rectifica, pero si un miembro del Consejo Asesor para la Transición Nacional miente, a sabiendas o por incompetencia, tiene que presentar la dimisión. Artur Mas cuando constituyó este comité dijo que sería el encargado de diseñar la nueva Cataluña con el "máximo rigor". Un rigor que no ha existido en el caso de Pilar Rahola, que ha mentido de forma evidente y que ella misma reconoce. Ha mentido con el afán de manipular, no lo olvidemos porque no es un tema menor.
La señora Rahola se refugia en la ética para no dimitir porque dice que la denuncia de su mentira procede de un diario que manipula Cataluña, refiriéndose a La Razón. Confunde tocino con velocidad, sin duda, pero le recomendamos más lectura. El escándalo de su mentira fue denunciado por Manuel Manchón en Economía Digital y por este diario, CRÓNICA GLOBAL. Tiene guasa que la máxima representante del transfuguismo político en Cataluña se refugie en la ética para no presentar su dimisión.
Recuerdo que hace unos años le afeé su pasado. Indignada me llamó "hijo de puta" a micrófono cerrado en la tertulia de Jordi Basté. Un ejemplo de su catadura moral y de que ha tejido un tupido velo para anular su pasado y reinventarse como heroína nacional "desfacedora de entuertos" y azote de todo aquel que no comulga con ruedas de molino.
Pilar Rahola ha faltado al rigor a la verdad que tantas veces reclama a sus adversarios. Ha faltado al mínimo ético que se le exige a un periodista y ha mentido como miembro de un organismo de carácter político convirtiendo el duro debate sobre la independencia en una verdulería. Y verduleras es lo que menos se necesita en este debate. Señora Rahola, no puede irse de rositas. Tiene que asumir su error. Ya lo ha hecho. Ahora tiene que dimitir.