Recientemente Artur Mas se fue a Israel en busca de apoyos para su proyecto independentista. Afirmó que Cataluña e Israel tenían mucho en común. Vino a decir que, así como Israel ha logrado constituirse en un próspero Estado libre e independiente, también Cataluña alcanzará este anhelado fin.
Al poner a Israel como modelo, abrió la puerta a todo tipo de comparaciones. Por supuesto, todas positivas, contando con lo que los psicólogos llaman el efecto halo: todo lo bueno de Israel lo compartimos, lo tenemos también aquí, a casa nostra,porque nos parecemos mucho.
Animado por el mensaje arturista, me puse a reflexionar aceleradamente y llegué pronto a esta docena de conclusiones:
1. Cataluña, como Israel, es un pueblo milenario (hunde sus raíces en la noche de los tiempos).
2. Cataluña, como Israel, ha logrado sobrevivir a los ataques de todos sus enemigos, y nadie ha conseguido destruirla, a pesar de haberlo intentado con todos los medios, incluido el exterminio físico (recuérdese la masacre borbónica de 1714).
3. Cataluña, como Israel, vive rodeada de fanáticos españoles que desean su destrucción, algunos infiltrados en su propia tierra, lo mismo que le sucede a Israel con sus enemigos musulmanes.
4. Cataluña es trabajadora y laboriosa, y de las piedras hace panes, lo mismo que Israel, que ha convertido el desierto en una de las tierras más fértiles de la tierra.
5. Los catalanes son inteligentes y superdotados, y si no figuran entre ese 30% de premios Nobel judíos es porque todavía no son un Estado independiente capaz de hacerse valer y respetar en los foros internacionales.
6. Los catalanes, como los judíos, son todos emprendedores y negociantes natos, les gusta ahorrar, saben lo que vale el dinero y por eso son ricos y casi todo el mundo los envidia.
7. Cataluña, como Israel, tiene una población y un territorio de dimensiones ideales para poder organizarse, prosperar y convertirse pronto, por arte de magia o de lo que sea, en una de las naciones más avanzadas y desarrolladas del planeta, incluso del mundo.
8. Israel logró que la ONU reconociera su derecho a decidir, liberarse de la tutela británica y ser aceptado como Estado por la mayoría de las naciones: lo mismo le sucederá a Cataluña, que acabará ejerciendo su derecho a la autodeterminación para liberarse de la pérfida dominación colonial española.
9. Cataluña, con la ayuda de sus hermanos israelíes, acabará dotándose de un ejército poderoso capaz de defender sus frágiles fronteras, y no le teme a ningún ataque terrorista, venga de donde venga, porque sabrá atajarlo con contundencia, basándose en un amplio y muy bien organizado servicio de inteligencia (seguramente se apoyará para ello en la eficacísima Método 3).
10. Cataluña dejará de vivir del turismo y de las buenas relaciones económicas con el resto de España; su economía se asentará en una potente industria exportadora de alta tecnología, siguiendo el modelo israelí. Tiene talento de sobra para hacerlo en muy poco tiempo, pongamos unos diez o doce años.
11. Cataluña no es Sefarad. Sefarad fue un invento de los Reyes Católicos que quisieron así destruir a Cataluña, donde los judíos vivían perfectamente integrados, nunca fueron perseguidos y pasaron a ser parte del pueblo catalán. Los lazos entre Cataluña e Israel no pasan por Sefarad, que no es más que un mito. Los judíos, por tanto, pueden y deben apoyar la independencia de Cataluña, donde siempre serán bien acogidos, no como en España (o lo que quede de su desguace) donde, al contrario, siempre serán perseguidos y maltratados.
12. Cataluña, como Israel, tiene mar. Esto es algo que Castilla nunca le perdonó, como no se lo perdonan sus enemigos a Israel, que sueñan con arrojarla al mar.
Este es el fruto de mis veloces investigaciones, basadas en la famosa teoría del huevo y la castaña que, efectivamente, se parecen mucho. De la una se deriva lo de castañazo; del otro, lo de "hay que tenerlo un poco mal puesto" para creérselo e ir a predicarlo, nada menos que a Israel. Que el viajecito triunfal haya costado un ídem a las paupérrimas y esquilmadas arcas catalanas, eso tiene poca importancia frente a la alta misión cumplida. Además, Cataluña es la gallina de los huevos de oro de España, no lo olvidemos, y pronto dejará de ponerlos en corral ajeno.