La presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Carme Forcadell, tiene a Artur Mas contra las cuerdas. Lo ha amenazado con montarle un pollo si antes de fin de año no ha convocado el referéndum para la independencia de Cataluña y lo ha hecho con la pregunta: "¿Quiere usted que Cataluña sea un nuevo Estado de Europa?". Esto es lo que repite en las numerosas fiestas por la consulta en las que interviene por toda Cataluña.
Un discurso en el que combina una defensa férrea del gobierno Mas con la amenaza de hacerle frente si no convoca inmediatamente la consulta. Forcadell asegura, en estos actos, que hay que defender al Gobierno autonómico de Cataluña, que no hay que criticarlo jamás, que todos los recortes que aplica son consecuencia del ahogo económico a que le somete el Ejecutivo de Mariano Rajoy. "¡No vayáis a protestar al Palacio de la Generalidad! Id a la sede de la Delegación del Gobierno", insta a los que le escuchan.
Jamás se ha visto a Forcadell en una de esas manifestaciones, en la plaza de San Jaime contra los recortes en sanidad, educación o ayudas sociales
La única responsabilidad que la ANC, una estructura, en estos momentos, mucho más poderosa y engrasada que cualquier partido político, reconoce al Gobierno autonómico catalán es la de llevar las riendas de la marcha hacia la independencia.
¿Qué hará la ANC si Mas no le obedece, si encuentra algún subterfugio para no poner fecha y pregunta para la consulta? ¿Enviará miles de independentistas al portal de su casa, en la barcelonesa calle de Tuset? No tendría sentido alguno manifestarse en la calle Llúria, ante la Delegación del Gobierno español, porque el presidente de la Generalidad catalana no cumple las exigencias de Forcadell.
Hasta ahora, la ANC ha servido de muralla contra les críticas al Gobierno autonómico catalán. Ha desmovilizado y desconvocado a su gente cuando se ha tratado de manifestarse en la plaza de San Jaime contra los recortes en sanidad, educación o ayudas sociales. Jamás se ha visto a Carme Forcadell en una de esas manifestaciones.
Si Mas quiere continuar teniendo este poderoso aliado tiene que obedecerle. Está entre la espada y la Forcadell. Y el año 2014 está cada vez más cerca. Me apuesto lo que sea a que Artur Mas hace tiempo que duerme intranquilo.