Pensamiento
La alternativa fantasma
El líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, ha puesto letra a la música que se escucha en muchas federaciones del PSOE. Ha dicho alto y claro que las primarias deben hacerse como muy tarde en febrero de 2014. Lo ha hecho respaldado por una telonera de lujo, Carme Chacón, que ha reclamado, ni más ni menos, "una tripulación de refresco" para pilotar el barco del PSOE.
Cualquier observador de la realidad política, tiene que convenir que el PSOE no se beneficia del desgaste del PP en el Gobierno. Ni tan siquiera consigue réditos del caso Bárcenas. Los ciudadanos le dan la espalda al proyecto que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba. Unos, porque consideran que la gestión de los socialistas en la crisis fue un clamoroso error. Como mínimo, manifiestamente mejorable. Otros, porque esperaban una regeneración de los socialistas que no se ha consumado y consideran que Rubalcaba representa el pasado, no el futuro.
Hacer las primarias en febrero como propone Gómez sería para Rubalcaba algo así como hacerse el haraquiri. No tendría ni tiempo ni argumentos para convencer
Sin embargo, Rubalcaba se impuso en el congreso de Sevilla. Seguramente, con malas artes y subterfugios, pero se impuso. Pero pasa el tiempo y el proyecto socialista sigue siendo ese gran desconocido, su política de oposición es un complejo zigzag de difícil comprensión, y su líder no levanta, precisamente, pasiones. Rubalcaba sustituyó a su nieto y su mensaje no llega a una buena parte de la población que se refugia en el voto a opciones como UPyD o Izquierda Unida.
En este congreso de Sevilla, se acordó que el candidato a las elecciones de 2015 se elegiría en unas primarias. Rubalcaba se mostró de acuerdo pero la cruda realidad dice que da largas a esta convocatoria. Con la excusa de no entorpecer la conferencia política que se celebrará en noviembre, el líder socialista quiere posponer, una vez más, este debate. Intenta convencer a los líderes territoriales que la convocatoria debe hacerse en el Comité Federal del mes de diciembre, que en la conferencia se deben tratar otros temas.
Los líderes territoriales de las federaciones más importantes -Andalucia, Castilla-La Mancha o Comunidad Valenciana- están sitiados por Rubalcaba, quien les quiere arrancar el compromiso de posponer el debate de las primarias al Comité Federal. Si hemos de creer lo que dice la oficialidad de la calle Ferraz, Rubalcaba ha conseguido el apoyo de estas federaciones. Los vascos de Patxi López se están haciendo de rogar. Por eso, la irrupción en escena del díscolo Tomás Gómez ha roto todos los cálculos.
Rubalcaba piensa proponer un calendario de primarias con una horquilla harto difusa que va desde las europeas de 2014 hasta las municipales y autonómicas de 2015. Muy tarde para la gran mayoría que contempla como el partido languidece. Sin embargo, un calendario a medida de un secretario general que juega a ser candidato y que necesita tiempo. Hacer las primarias en febrero como propone Gómez sería para Rubalcaba algo así como hacerse el haraquiri. No tendría ni tiempo ni argumentos para convencer. Si se retrasan hasta después de las europeas, quién sabe. Rubalcaba controla los tiempos para convertirse en la alternativa fantasma. Lo único que no le sobra al PSOE, sin embargo, es tiempo.