Pensamiento
Un error mayúsculo
Alicia Sánchez-Camacho ha cometido un error más que notable en el terreno estratégico. Ha sacado pecho con su presencia en los maitines del PP y ha filtrado a los medios de comunicación -sólo a uno, El País-que llevaba bajo el brazo una nueva propuesta de financiación. Para rematar su jugada, concedía a Pepa Bueno en la cadena Ser una única entrevista para ensalzar las virtudes de su propuesta.
Con esta carta de presentación, todo el mundo creyó que Sánchez-Camacho había consensuado su propuesta con Rajoy y Cospedal. Incluso, los más incrédulos veían en la puesta en escena un cambio de actitud del PP. Parecía que el Gobierno, de la mano de Sánchez-Camacho, movía pieza y más cuando espetó al inicio de su entrevista radiofónica "las cosas no pueden quedarse como están".
A partir de aquí, desgranó su propuesta. Reformas, solidaridad limitada, dineros finalistas, nuevo modelo financiero y cambio de actitud en los presupuestos. A estas alturas, nadie dudaba que la dirigente popular catalana lo tenía todo atado y bien atado. Sin embargo, la realidad ha sido la contraria. La nueva transición de Sánchez-Camacho ha durado lo mismo que un caramelo en la puerta de un colegio. Nada, y menos.
Se ha tirado a la piscina y estaba vacía. El porrazo ha sido de órdago
La líder del PP catalán explicó a primera hora su cuento de Alicia en el país de las maravillas y se despertó, después de maitines, protagonizando Caperucita y el lobo feroz. Me atrevería a aventurar un final diferente al del cuento para la dirigente popular. Ha quedado desautorizada en Madrid, dónde sus colegas de la Comunidad de Madrid o Extremadura le han dado de lo lindo, y ha quedado desautorizada en Cataluña. No me quiero imaginar qué le dirá Mas en el Parlamento autonómico cuando saque el tema de la financiación.
Desde las últimas elecciones, la dirigente del PP catalán quedó fuera de foco. Su papel protagonista de la primera legislatura se diluyó en la segunda. No supo encontrar su sitio. El escándalo de La Camarga no le ayudó precisamente. Pero el desliz mayúsculo de las últimas horas, puede ser el último. Dirigentes populares me comentaban este lunes por la tarde que después de lo sucedido "están en blanco". La cara de palo de María Dolores de Cospedal lo decía todo.
Su situación ha empeorado sensiblemente y ostensiblemente en las últimas horas. Podía haber ido a maitines destacando su presencia y punto. Allí podía haber presentado su propuesta y abrir debate. O bien, podía haberla consensuado mínimamente con Rajoy y con Cospedal. No ha hecho nada de esto. Al contrario, se ha tirado a la piscina y estaba vacía. El porrazo ha sido de órdago. Después de esto, Sánchez-Camacho debería reflexionar -el partido también- y dar un paso al lado. El PP después de lo de ahora está sin líder. Lo mejor que podría hacer es dimitir porque sino será una rémora para los populares catalanes. Su error ha sido de enormes proporciones que no permiten seguir como si nada.