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Marc Murtra, en la tercera edición del BCN Desperta!

Marc Murtra, en la tercera edición del BCN Desperta! Simón Sánchez

Pensamiento

Una nueva Telefónica

"El nuevo plan se asienta en la racionalidad y en el sentido común. Se basa en concentrarse en lo que funciona y prepararse para crecer en mercados rentables y estables"

Publicada

Puede que el cambio de presidente de Telefónica tuviese razones más allá de las meramente mercantiles, pero no cabe duda de que el actual presidente se ha tomado muy en serio su papel.

Murtra ha comenzado soltando lastre de aquellas filiales que iban fatal. Cuesta comprender cómo Latinoamérica ha pasado de ser la joya de la corona a un lastre difícil de digerir. Es comprensible que se tenga un problema en un país, pero tener muchos problemas en todos los países no es mala gestión, es que no ha habido gestión. De la Telefónica imperial que comenzó Cándido Velázquez y perfeccionó Villalonga convirtiéndose en un orgullo patrio, a la degeneración de hoy solo media una gestión mejorable a la que se está poniendo fin.

Telefónica ha llegado a valer en bolsa más de 100.000 millones de euros, posicionándose como la cuarta operadora del mundo. Hoy no llega a los 25.000, ocupando la posición 16. Era evidente que necesitaba un nuevo impulso y el actual presidente parece dispuesto a dárselo.

El nuevo plan se asienta en la racionalidad y en el sentido común. No contempla propuestas siderales, lo que lo convierte en un plan creíble, por accionable y seguible. Sin duda, sus objetivos se van a cumplir. Se centra, de momento, en España, Brasil, Reino Unido y Alemania, mercados que suman más de 400 millones de personas. Obviamente no concreta las ambiciones de crecimiento inorgánico, nadie lo hace porque las compras se negocian con discreción.

El plan de Telefónica se basa en concentrarse en lo que funciona y prepararse para crecer en mercados rentables y estables. La estrategia de crecimiento en Latinoamérica, probablemente la única posible cuando se inició, ha tocado a su fin y ahora el foco es estar en países rentables, no solo en aquellos que hablan nuestro idioma. En el fondo es lo que han hecho otras multinacionales españolas, con excelentes resultados, por cierto.

Para crecer hay que invertir y eso implica ajustar la política de dividendo, cuando no realizar una ampliación de capital. Se ha realizado un ejercicio de comparación con competidores para convencer a los accionistas que crear valor a medio plazo puede ser interesante, algo especialmente complicado para Criteria, entidad que invierte en compañías que generan dividendo para poder financiar a su accionista, la fundación La Caixa. Pero en la presentación se deja claro que todo el consejo aprueba la estrategia, algo fundamental.

La bolsa no ha acogido con entusiasmo el plan, o las pérdidas presentadas en el tercer trimestre, o ambas cosas. Probablemente sea algo pasajero que se corregirá cuando dentro de unos meses se anuncie una operación corporativa o una mejora de resultados, pero el cambio de timón, aunque doloroso, era más que necesario. Quienes estaban en la acción por el generoso reparto de dividendo están diciendo adiós, pero seguro que entrará otro tipo de accionistas.

El nombramiento de Murtra en Telefónica y en Indra está marcado por la injerencia del Gobierno, y contra ese pecado original tendrá que luchar con las únicas armas de la buena gestión. Pizarro, Francisco González o Alierta, entre otros muchos, fueron nombrados también por el Gobierno, por otro Gobierno, y ahora los recordamos como referentes del mundo empresarial.

El tiempo y los resultados dirán si Murtra aprovecha, o no, la oportunidad para entrar en el Gotham empresarial de pleno derecho. La acción de Indra multiplicó su valor por tres durante su presidencia. Veremos cómo evoluciona la acción de Telefónica, hoy más o menos al nivel de cuando fue nombrado.

Presentada la estrategia, seria y sensata, ahora toca ejecutar, algo igual o más difícil en un dinosaurio como Telefónica.