Quién es quién en el 'pelotazo' del Hotel Arts en Barcelona

Quién es quién en el pelotazo que preparan los propietarios del Hotel Arts en Barcelona. El plan para construir una marina de lujo a primera línea de mar en la Ciudad Condal ha arrancado con gresca. Y en este escenario hay varios actores que tienen algo que decir.

Por lo pronto, el proyecto urbanístico se ha iniciado con el desahucio de un comercio y otro operador atrincherado. Si nada cambia, la fuerza pública expulsará al rebelde en los próximos días. Pero eso no significa que la transformación vaya a ser un camino de rosas.

Patrimonio del Estado

La dirección general de Patrimonio del Estado, que comanda el economista Juan Tejedor Carnero, es la propietaria de los terrenos donde se construirá una marina pija para el Hotel Arts con acceso propio a la playa. O lo era hasta el 2020, cuando subastó buena parte de los terrenos.

Los compraron los dueños del Arts a un precio estratosférico, como avanzó este medio. Ello dejó a una ristra de operadores locales sin poder optar a comprar los locales. Dos resistieron, y compraron sus plazas por medio del derecho a adquisición preferente: KU Barcelona y Moncho's.

Oficialmente, Patrimonio del Estado --dependiente del Ministerio de Hacienda-- no comenta sobre el asunto. Extraoficialmente, se le afea haberse "plegado" a los fondos de inversión propietarios del Arts. Al, por ejemplo, transmitir los locales a estos en tiempo récord, sin dar espacio a la competencia. Pasó, por ejemplo, con el restaurante-club Bestial.

Los dueños del Hotel Arts: GIC y APB

Los propietarios del Hotel Arts son los fondos GIC --singapurés-- y APB --holandés-- por medio del holding Archer Hotel Capital. Lo son desde 2007, cuando cerraron la adquisición a un consorcio de bancos y empresas.

Imagen de la terraza del Hotel Arts Barcelona, actualmente en obras Cedida

Además del Arts, están al mando de los hoteles Westin Palace Madrid, el Edition, también en la capital, y el futuro cinco estrellas de Altadis, en Sevilla. Asimismo, GIC administra un 35% del inversor Hotel Investment Partners (HIP).

Eso sí, los dos vehículos inversores han apostado fuerte por la Ciudad Condal: además de la compra del Frente Marítimo en 2020, han iniciado una costosísima reforma del hotel-rascacielos, con 200 millones de euros de presupuesto. Y ahora pagarán también la marina de lujo que dotará a la torre de playa privada, un casino ampliado y zona de ocio y restauración de lujo.

Hotel Arts

El Hotel Arts, conducido por el general manager Renato de Oliveira, se desvincula oficialmente de las maniobras del plan urbanístico que transformará su entorno. Asegura no ser el "titular" de las parcelas. Un año atrás, el alojamiento prescindió de su antiguo gerente, Andreas Oberoi, por acompasar mal su atropellada reforma.

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Aunque el alojamiento cinco estrellas gran lujo se desmarca de la operación urbanística colindante, será de los pocos beneficiados por la misma. De hecho, la operación de compra y limpieza la comanda Hotel de la Villa Olímpica SA (Hovisa), la mercantil del Arts,

Sumando un complejo de juego, ocio y lujo a su alrededor, el hotel-torre confía en convertirse en el mejor de su segmento, el gran lujo, de Barcelona. Hasta ahora ha quedado relegado a un segundo plano por el W Hotel u hotel vela. Y eso que que ambos activos comparten la gerencia conjunta por parte de Marriott.

Inmuebles Marina Village

Inmobiliaria que subarrendaba los locales del Frente Marítimo a distintos operadores por encomienda de Patrimonio del Estado. Intentó pujar por diversas piezas en la subasta de 2020, pero los fondos del Arts la adelantaron a golpe de talonario.

Vista del Hotel Arts de Barcelona Cedida

Con ello, la firma de Carlos Puig de Travy y Xavier Mitats quedó fuera del reparto. Antes, había intentado pleitear para evitar que la venta de locales tuviera lugar. Al menos hasta que esté aprobado el nuevo deslinde de dominio público marítimo-terrestre (DPMT). No tuvo éxito.

En una derivada del plan urbanístico, Marina Village reclama alquileres presuntamente impagados por algunos operadores subarrendatarios. En uno caso, el juzgado de Primera Instancia no le ha dado la razón, pero ya han anunciado recurso. Y queda otro pleito con otro local.

Operadores

Medio centenar de empresas locales operaban en el Frente Marítimo junto al Arts. Quedan un puñado. O bien se marcharon al perder la subasta de 2020 o bien han cerrado después. Hay dos rebeldes: The Coconut Club, desahuciada esta semana, y la discoteca Latin Palace, a quien sacarán por la fuerza en los próximos días.

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Eso sí, quedan operadores de mucho nivel, como la discoteca Pachá Barcelona --ahora KU Barcelona-- y Marina Bay, del celebrado Grupo Moncho's. Y, además, estos dos comercios mantienen el local de propiedad al haber ejercido el tanteo en la subasta de 2020.

Por ende, si el Hotel Arts los quiere fuera, deberá comprarles los locales comerciales. Globalmente, las empresas se quejan del poco margen de maniobra que han tenido ante la fuerza inversora de los propietarios del Arts, que está comprando la zona aledaña a golpe de talonario.

Y de cómo el hotel ha dejado degradar su entorno para forzar a que las administraciones públicas acepten su plan. "Yo creo el problema y yo te doy la solución", se queja un empresario local de la zona.

Administraciones públicas

En efecto, las administraciones deberán validar la transformación del entorno del Arts. Máxime cuando ese pelotazo, trabajado con el más estricto secretismo, contiene aspectos muy polémicos, como el desmontaje y reubicación de la escultura Pez, de Frank Gehry, la demolición, reconstrucción y ampliación del Casino de Barcelona --en la ciudad existe una moratoria de nuevas salas de juego desde julio de este año--, o la colonización por parte del hotel de parte de la Playa del Somorrostro.

Playa del Somorrostro Europa Press

Las instituciones deberán hallar el equilibrio entre dejar al Arts reformar una zona muy deteriorada y blindar la posibilidad de paso para todos los ciudadanos, pese a que esta área renacerá como resort de lujo. Es una zona pública (DPMT) de gestión privada.

Asimismo, deberán, si lo estiman, ser contrapeso a un Patrimonio del Estado demasiado favorable según algunas voces a los fondos propietarios del hotel, como demuestra el caso del proceso de escritura de piezas como la del antiguo Bestial. Que fue exprés y en menos de 12 horas.