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El panorama actual para el comercio de proximidad en España es preocupante. Según los últimos datos, la situación es demoledora: en el último año, 13.638 pequeños negocios han bajado la persiana, lo que supone una media de 37 cierres diarios.

En este contexto de fragilidad económica, donde comunidades como Cataluña, Andalucía y Madrid lideran las estadísticas de clausuras, los propietarios de negocios locales luchan por mantener vivos sus proyectos de vida frente a una economía que se resquebraja.

Para Ana, dueña de Bateau Lune, una juguetería local de Barcelona, la gestión diaria es una carrera de obstáculos marcada por la alta carga fiscal, la competencia de gigantes online y los cambios en los hábitos de consumo.

Al ser cuestionada en una conversación con Crónica Global sobre qué factor está presionando más sus márgenes de beneficio, la respuesta de Ana es contundente: “Ahora mismo el gasto de personal (y todos los gastos administrativos que hay detrás) es el que pesa más”.

A pesar de la presión que suponen los costes laborales, la naturaleza de su negocio le obliga a realizar inversiones adicionales durante la temporada más importante del año.

Equipo de Bateau Lune

Campaña de Navidad

Ana ha tenido que reforzar su plantilla para estas fechas, ya que su establecimiento abre de lunes a domingo de forma ininterrumpida hasta el día de Reyes. Esta decisión, aunque costosa, es vital dado que la campaña de Navidad genera el 35% de su facturación anual y es el periodo clave para captar nuevos clientes que luego mantiene durante el resto del ejercicio.

Sin embargo, el esfuerzo de mantener la persiana arriba se topa con un consumidor más cauteloso. Aunque el volumen de ventas se mantiene en la misma línea que el año pasado, Ana reporta un bajón en el ticket medio.

Las familias están gastando menos: el gasto medio por niño se sitúa en 40€ durante la Navidad, una cifra que cae drásticamente a los 19€ el resto del año. Además, la influencia de la digitalización es innegable; los clientes ahora comparan mucho más los precios por internet antes de decidirse por una compra física.

Para intentar ser competitiva, Ana ha optado por la estabilidad. Aunque el coste de las materias primas ha obligado a subir ligeramente el precio de algunos artículos, la mayoría se han mantenido iguales al año pasado para no castigar más el bolsillo de sus clientes.

El comercio local sigue siendo vital para la comunidad, pero se enfrenta a una tormenta perfecta de falta de adaptación digital y presión económica que dificulta su supervivencia frente a las grandes superficies.

Mantener una juguetería tradicional en el clima actual es como intentar mantener encendida una vela en medio de un vendaval: requiere un esfuerzo constante para proteger la llama del negocio mientras las ráfagas externas (costes y competencia online) amenazan con apagarla en cualquier momento.