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Hugo es uno de los pasteleros más profesionales y ha logrado consolidar su proyecto de pastelería en Barcelona, con una "facturación anual que oscila entre unos 300.000 y unos 400.000 euros anuales".

El negocio, que se ha dado a conocer en Barcelona durante dos años y tiene su local en Gràcia desde hace aproximadamente dos años y medio, se especializa sobre todo en la elaboración de tartas de queso de todo tipo, ya sea con coberturas o sin ellas, usando diferentes quesos, chocolates y frutos secos.

Para alcanzar y sostener este nivel de ingresos, el equipo ha tenido que superar importantes retos de productividad. Hugo reveló que la necesidad de aumentar la elaboración ha sido crucial, pasando del objetivo de hacer 10 pasteles a la hora a un reto de producir “20 pasteles a la hora”.

Este incremento debía lograrse sin que se vea comprometida la calidad del producto. Actualmente, el equipo de PastéBCN está formado por cuatro personas, que trabajan en jornadas que varían entre el tiempo completo (full time) y entre 25, 30 o 35 horas, adaptándose a las necesidades, como el caso de aquellos empleados que estudian.

El punto de partida

El proyecto de Hugo comenzó en 2019 desde casa, después de que él estudiara cocina y pastelería. La pandemia supuso un antes y un después, forzándolo a tomar la decisión de convertir lo que era un hobby en su trabajo.

En los inicios, Hugo hacía absolutamente todo: trabajaba por la noche, cargaba los pasteles en el coche y se iba a repartir por Barcelona y otras zonas.

La filosofía central de PastéBCN se basa en la alta calidad de la materia prima y la sencillez en el producto. El pastelero catalán defiende que se debe trabajar con productos de calidad para que, por ejemplo, cuando alguien pruebe una tarta de pistacho, sepa a pistacho puro.

Sin embargo, mantener estos estándares se ha vuelto desafiante debido a la inflación. El gasto más alto que asume el negocio es el personal. Además, el precio del chocolate ha subido quizá el doble o más del doble, y se ha registrado un gran aumento en el coste de los quesos, natas, mantequillas y otros lácteos.

Pese a estos incrementos, el pastelero ha optado por mantenerse fiel a sus estándares de calidad y no rebajarla para atraer clientes o reducir costes.

Al final, la clave del éxito para PastéBCN ha sido la fidelidad a sus principios, un mensaje que Hugo extiende a otros emprendedores: les anima a seguir fieles a su proyecto, a su idea y a su producto, ya que solo así recibirán el reconocimiento y la valoración que buscan.