Carlos Pardo

Carlos Pardo MICHELE STEPARI

Letras

Carlos Pardo: "Cuando el sentimiento se coloca en el centro de todo comienza el fascismo"

El escritor madrileño, que vuelve a la poesía con La comedia de la carne, repasa su trayectoria, defiende la combinación formal de distintos géneros dentro de un mismo libro y reflexiona sobre el sentido social de las relaciones personales

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Es seguramente uno de nuestros mejores críticos literarios, aunque en los últimos meses haya dejado de lado esta faceta. Poeta, novelista, narrador. El orden de los factores no altera el resultado a la hora de hablar de Carlos Pardo. Se percibe perfectamente en La comedia de la carne (La Bella Varsovia). Construido como si se tratara de una nouvelle, este libro trata sobre las distintas maneras de vivir el amor y el desamor. Es la historia de un amor incipiente contada a través de versos pero con una estructura novelística donde el escritor madrileño reflexiona sobre qué sucede cuando el amor y su opuesto –el desamor– se convierte en el eje de nuestras vidas. En diálogo con la socióloga francesa Eva Illouz, el poeta habla del lugar que ocupan las relaciones en la vida íntima y en la colectiva y sobre la manera en que estas relaciones están influenciadas por las demandas propias del mercado. 

La comedia de la carne es su nuevo poemario después de muchos años. Sin embargo, es un poemario sui generis: contiene una trama y también un sustrato ensayístico. Un poemario donde están presentes otros géneros.

Al escribirlo me interesaba este desplazamiento en términos de género: es poesía, pero también narración y ensayo. Me gusta mirar los géneros desde otra perspectiva y jugar. No se trata tanto de una voluntad de ser original, sino que el diálogo entre géneros me sale de manera natural, quizás por mis hábitos lectores o por mi manera de entender el mundo. En todos mis libros hay desplazamientos de género.

Carlos Pardo

Carlos Pardo MAR SÁEZ

En este caso es particularmente evidente. No comienzo teniendo claro qué es lo que voy a hacer, el libro lo pienso mientras lo escribo; en cierta manera, el libro es mi compañero a lo largo de un proceso de reflexión y de conocimiento. En este caso reflexioné sobre cómo dotar al poemario de la capacidad desenmascaradora de la novela, de ahí que lo pensara como una novelita vienesa en la que se analizan las relaciones emocionales, pero con un componente fuerte de ensayo.

¿Tenía en mente algún autor?

Pensaba en Arthur Schnitzler, pero también en Kundera o en autoras como Natalia Ginzburg o Annie Ernaux. Son todos autores diferentes, en todos ellos, de manera más o menos disimulada, hay un componente claro de análisis de las emociones. 

Ha citado dos autoras en cuya narrativa, aunque de manera distinta, el yo tiene mucha presencia, al margen de lo puramente autobiográfico. Me da la impresión de que en este libro existe una voluntad por su parte de inscribirse en la constelación de estas autoras.

A mí me pasa algo que no tiene que ver, una vez más, con una voluntad de originalidad; simplemente me aburre el cliché. Vivimos en un momento en el que buscar una genealogía femenina en la escritura gusta mucho, es incluso guay. Hace quince años afirmar que te gustaba Annie Ernaux o decir que una de tus escritoras favoritas era Ginzburg resultaba más raro que guay, por decirlo coloquialmente.  Entonces, me sentía único, pero ahora, si reivindico a estas autoras, me siento vulgar. Sin embargo, ¡viva la vulgaridad! Porque esto significa que ha cambiado, a nivel colectivo, la manera de leer y ha entrado en crisis la visión hipermasculina de la literatura. Hay un tipo de escritura del yo, que representan muy bien Ernaux y Ginzburg y en la que creo que mi literatura se reconoce. Es una literatura que fue considerada menor por autobiográfica, una literatura testimonial de mujeres, de homosexuales… No se la consideraba gran literatura, pero a mí siempre me han interesado estos géneros considerados menores, que para mí no lo son. Y Ernaux lo demuestra.

'La comedia de la carne'

'La comedia de la carne' LA BELLA VARSOVIA

¿En qué sentido? 

Más allá de ser una de mis autoras preferidas, Ernaux utiliza el material autobiográfico con una dimensión sociológica: su vida no es importante porque haya vivido determinadas situaciones, sino porque estas situaciones nos hablan de un problema de época, de un contexto concreto y, al mismo tiempo, son universales. Pienso en temas como el aborto, la violación, la pérdida de la virginidad por una violación… Ernaux cuenta algo vivido, lo analiza y así narra una época. Me fascina también Adrienne Rich o, como te decía antes, Ginzburg. Tiene esa misma cualidad, sobre todo en sus ensayos, que son casi como poemas: una voz naif, aparentemente menor, despistada termina revelándose como verdadera, fuerte y dura. Pienso en Tú y yo, donde describe al marido y, aparentemente, se sitúa en el lugar de la víctima de tal manera que el lector simpatice con ella y piense lo peor de su marido. Sin embargo, al terminar el texto te das cuenta de que lo que has leído es una venganza literaria y que ella es la que lo maneja todo.

Hace algunos años  recordaba las críticas que había recibido Thomas Mann por haber escrito Los Buddenbrook con demasiados elementos reales y poca imaginación.

En uno de sus ensayos Mann escribe que lo verdaderamente genial no es la imaginación. La genialidad se alcanza a través de la observación. Existe un prejuicio cultural en torno a lo biográfico que es difícil de explicar. Sin embargo, se está viniendo abajo y cada vez más aceptamos que las formas literarias autobiográficas son gran literatura porque muestran cómo estamos construidos y nos recuerdan que sus problemas no son los de un yo que se llama como el autor, sino que son generales. En este sentido, es una narrativa que parte de lo autobiográfico para alcanzar una autobiografía de la especie.

'El viaje a pie de Johann Sebastian'

'El viaje a pie de Johann Sebastian' PERIFÉRICA

¿No ha sido siempre así?

Evidentemente. Cuando leo a Safo no leo lo que le pasó a ella. Me da igual que estuviera con Atis o estuviera con quien sea. Safo no habla de ella, no escribe cartas de amor a sus novias. Safo escribe la autobiografía de su especie. 

En Lejos de Kakania, su anterior novela, hablaba de la amistad, mientras que en La comedia de la carne habla del amor. Amistad y amor son dos conceptos que se están revisando desde la filosofía o la política, baste pensar en Marina Garcés o en Eva Illouz. ¿Considera que hay que repensarlos?

Son temas de época. Desde mis primeros libros siempre he tratado as relaciones afectivas y los afectos. En Vida de Pablo reflexionaba sobre la amistad y el enamoramiento; en El viaje a pie de Johan Sebastián hablo del cuidado de la madre y las familias. Me interesa  la caducidad de los afectos o, si se prefiere, su movilidad y su fluidez. Son temas que nos afectan en sentido muy amplio y a lo largo del tiempo. Me gusta que menciones a Garcés, que es una pensadora que me interesa mucho, y a Illouz. Uno de los libros que más me ha interesado en estos últimos meses es Modernidades explosivas, su último ensayo. Vivimos en un tiempo en el que da la impresión de que los sentimientos invalidan cualquier crítica, juicio y cualquier principio democrático. En el momento en el que el sentimiento se coloca en el centro de todo en cierto sentido comienza el fascismo, por mucho que los sentimientos sean buenos, de izquierda, feministas o poscoloniales. Si el sentimiento se coloca en el centro se abandona cualquier principio de crítica y volvemos a una especie de microfascismo. Por esto, encuentro interesante analizar los sentimientos y ver cómo los colocamos en el centro de nuestras sociedades y nos conducen a acabar con el diálogo crítico. 

'Vida de Pablo'

'Vida de Pablo' PERIFÉRICA

Illouz habla también en sus ensayos de la mercantilización de los afectos o cómo han asumido las lógicas del mercado. Esto también aparece en sus poemas.

Ahora se habla mucho de que es bueno alejarse de las personas que no nos aportan. Lo que me pregunto es cómo se nos ha colado esta visión clientelar de la amistad o el amor.  Amar es un ejercicio de despersonalización; nos amamos, mientras amamos a la otra persona. Y este ejercicio va en contra de nuestra época, de la mercantilización de la autoestima y del amor propio. El carácter subversivo y radical del amor tiene que ver con el hecho de que la otra persona es distinta a ti y que, por tanto, al amar a otra persona lo que haces es encontrar la otredad. 

En la parte final del poemario aparece una especie de enciclopedia de autores.

Me gusta meter en los libros que escribo un elemento extraño. En Lejos de Kakania, había un poema, algo irónico porque los personajes dejaban de escribir poesía. En el caso de La comedia de la carne, el libro está construido a partir de la relación de dos amantes, pero con una mirada impersonal que se hace evidente en dos movimientos hacia afuera: en primer lugar, está la enciclopedia afectiva, que es un poco chistosa y bromista. En segundo lugar hay una visión de la muerte de la madre, una mirada hacia la historia que nos precede. A la hora de tratar determinados temas, me gusta hacerlo insertándolos dentro de una estructura superior que permita salir de una visión narcisista y egocéntrica. 

'Lejos de Kakania'

'Lejos de Kakania' PERIFÉRICA

Esta idea proviene más de la narrativa que de la novela.

Sin duda. En mis primeros poemarios, que preceden a las novelas, buscaba esta estructura superior en la ironía, que es una cuestión estructural. No se trata de hacer un chiste. Estos recursos subrayan que existe algo superior a las emociones. En la novela se trabaja mejor, pero mi reto era llevarlo a los poemas.

¿Sigue estando orgulloso de sus primeros poemarios? 

A ver, me gusta infinitamente más este último. Siempre pienso que tardo mucho en escribir los libros y me veo como un escritor póstumo, pero no está mal pensarse así porque es la manera de escribir lo que quiera, sin presión. Ahora estoy escribiendo una nueva novela y me la impresión de estar muy alejado de esos poemas, pero, al mismo tiempo, siento amor por ellos. Releo El invernadero, mi primer poemario, y me da la impresión de que lo ha escrito otra persona. A la vez, me reconozco. Releer esos poemas es como ver una foto del pasado.

Yo los he vuelto a leer para preparar la entrevista y he disfrutado, pero ya se sabe que, a veces, los escritores son los más críticos con sí mismos. 

Yo soy muy crítico conmigo, pero creo que me lo estoy quitando. Con la edad me estoy relajando. Algunos padecemos dismorfia literaria y todo lo que escribimos nos parece horrible y pensamos que los lectores encontrarán defectos en nuestros textos. Con el tiempo uno aprende a perdonarse. 

'El invernadero'

'El invernadero' HIPERIÓN

Fue director de Cosmopoética durante casi una década y ahí se codeó con grandes poetas.

Vivimos un momento glorioso, nos inventamos un festival y lo hicimos con total libertad. Para mí fue una experiencia única conocer a José Watanabe. Recuerdo el año en que invitamos a María Negroni. No puedo olvidar a Michel Houellebecq, que tiene su corazoncito. Me quedo con la generosidad que he recibido de los poetas mayores. Yo empecé muy joven y me han tratado con una generosidad alucinante. Esto te obliga a ser igual de generoso hacia los más jóvenes. Se trata de ser consciente de que tu lugar en la tradición literaria es ser intermediario y contribuir que la literatura siga. 

¿Con los años se aprende a superar las envidias?

No creo que la envidia sea algo propio de la juventud. Aparece cuando uno lleva ya medio recorrido hecho. La envidia puede ser una auténtica maldición en la medida en que cumples años. Por supuesto, hay jóvenes trepas, pero, por lo general, la juventud tiene muchísima generosidad, que, sin embargo, se pone en peligro cuando se cumplen treinta cinco o cuarenta años, que es cuando se ve que solos van a llegar unos y otros, no. El logro es superar estas envidias y aceptar tu irrelevancia. Se trata, simplemente, de disfrutar de la vida.

'Los allanadores'

'Los allanadores' PRETEXTOS

¿Ser crítico le ayuda a detectar los clichés literarios?

Para mí era algo natural porque ya lo tenía dentro. ;Vengo con el detector de clichés incorporado y esto es una maldición y, a la vez, un gozo, porque, cuando algo te gusta, te entusiasma. Tengo una profunda alergia a los tonos manidos o a los discursos implantados. Levi Strauss decía que la cultura tiene alergia a lo lleno y es así. La cultura aborrece lo que impide o dificulta la aparición de lo nuevo. 

Usted reseñaba sobre todo novela.

Me gusta tanto la novela como la poesía, pero es cierto que empecé como poeta. Lo que pasa es que la poesía ha desaparecido de los medios culturales. No interesa a nadie. Cuando lees críticas de poesía te encuentras con textos muy retóricos en los que los críticos quieren demostrar todo lo que han aprendido en la universidad. Me da la impresión de que la poesía no ha conseguido dar ese salto para que existan en los medios una crítica interesante. La novela, que lo había conseguido, lo está perdiendo. ¿La razón? Los espacios de crítica literaria están desapareciendo y los suplementos que todavía existen se vuelcan más hacia el mercado.

'Echado a perder'

'Echado a perder' VISOR

Da la impresión que está harto de la crítica literatia.

Me entusiasma, pero la he dejado. No es que se escriba peores libros que antes, sino que, de alguna manera, los críticos y suplementos culturales están haciendo eso que Milan Kundera llama “trabajar para su sepulturero”. Trabajan para que les lea gente que no lee libros; por eso se tiende a convertir los libros en algo entretenido. Encontramos reseñas escritas para demostrar el talento del crítico o que son promocionales. Todavía existen los suplementos culturales y es glorioso, pero la tendencia es hacerlos desparecer y o convertir al critico en la estrella. Esto es la muerte de la crítica. 

No es usted muy optimista. 

Bueno, hay agentes y espacios que están ocupando el lugar de la crítica, al menos en el ámbito hispánico: as editoriales independientes que, con su potencia e imaginación, validan un texto por el hecho de publicarlo; las librerías independientes, que llevan a cabo una labor radical de construcción de criterio. Ellas son la nueva crítica literaria. Los suplementos están cada vez más centrados en el mercado, pero las librerías pequeñas sobreviven creando un mercado de lo experimental. Es muchísimo más experimental, más rica y abierta la literatura que se compra en una librería pequeña, ya sea en América Latina o en España, que la que muchas veces sale en los suplementos culturales.