Demetrio Carceller Segura, ingeniero y empresario del petróleo  / CEDIDA

Demetrio Carceller Segura, ingeniero y empresario del petróleo / CEDIDA

Manuscritos

Demetrio Carceller Segura, ingeniero y empresario del petróleo

Este turolense afincado en Cataluña fue el impulsor de la industria petrolera en España y tuvo mucho que ver en el nacimiento de empresas como Campsa y Cepsa

12 octubre, 2022 18:00

“Hace pocos días, encontrándome en una gran ciudad, tropecé con algunos acaparadores de volumen nacional que me hablaron mal de Carceller […] se pasaban el índice por el cuello”. El escritor y periodista ampurdanés Josep Pla incluía esta discreta anécdota en una carta abierta publicada a finales de noviembre de 1940 en Destino. Comenzaba la larga posguerra española en la que, bajo la retórica oficial de “la Paz”, campaban la represión y una escasez abrumadora de alimentos básicos para el conjunto de la población, mientras grandes estraperlistas (“acaparadores”) de dentro o en los márgenes del nuevo Estado prosperaban al socaire de un desabastecimiento agravado por el estallido de la Segunda Guerra Mundial en el resto de Europa.

Demetrio Carceller en 1943 (Equipo Mundo, Los 90 ministros de Franco, Madrid, Dopesa, 1970, p. 159)

Demetrio Carceller en 1943 (Equipo Mundo, Los 90 ministros de Franco, Madrid, Dopesa, 1970, p. 159)

Este era el escenario cuando Josep Pla hacía públicas estas palabras que prometían ser un futuro ensayo biográfico sobre el amigo al que Franco acababa de designar ministro de Industria y Comercio: Demetrio Carceller. Como tal, tendría en sus manos “la dirección de la vida material del país” (entre otras, la política de abastos) y de ahí el efecto de contrapunto esperanzador buscado al referir la animadversión con la que los denostados estraperlistas de la época habían recibido supuestamente su nombramiento.

Demetrio Carceller en 1943 (Equipo Mundo, Los 90 ministros de Franco, Madrid, Dopesa, 1970, p. 159)

Demetrio Carceller en 1943 (Equipo Mundo, Los 90 ministros de Franco, Madrid, Dopesa, 1970, p. 159)

 

Un escalador social

Entreverándose con la esperable laudatio de las excepcionales capacidades personales del biografiado para el cargo y obviamente insistiendo en su insobornable adhesión a los principios falangistas, se revelan trazas a modo de boceto al carbón de algunos rasgos personales de Carceller, sólo al alcance de un viejo amigo, que a la vez era un desconocido para las tertulias de café del Madrid de entonces, pese a contar en 1940 con una exitosa trayectoria empresarial de dos décadas, ligada a un importante grupo de intereses financiero-industriales catalanes.

Tras destacar una infancia humilde y entretenerse en adustos rasgos de un rostro revelador de su contundente personalidad, el escritor ampurdanés apunta una constante en esa biografía: “Un deseo de elevación social sistemático”. Otro contemporáneo apuntaba en este sentido al poner por escrito esta anécdota oída de boca de Carceller: “Yo no dudé nunca (…), cuando tenía diez años y recogía peras y melones en el huerto, a la vez que estudiaba, de que llegaría a ser millonario”. En efecto, los pocos historiadores que recientemente nos hemos acercado a la trayectoria vital de este ingeniero, empresario y político nos hemos encontrado con el perfil contemporáneo de un escalador social.

Emigra a Barcelona

Nacido en Las Parras de Castellote (Teruel) en 1894, Demetrio Carceller Segura emigró con su familia seis años más tarde al cinturón industrial de Barcelona, donde su madre trabajó como nodriza en la casa de Alfons Sala, cacique liberal y fundador de la Escuela Industrial de Terrassa. Gracias al apoyo de becas municipales como “alumno pobre” pudo ingresar en la “Escuela Elemental de Industrias”, alcanzar el peritaje industrial y, posteriormente, concluir los estudios superiores como ingeniero textil en 1913. El Real Decreto de 11 de mayo de 1904 había creado dicho grado, que sólo se podía cursar en Terrassa. A partir del título de perito industrial, se necesitaba realizar dos cursos más para alcanzar el superior de ingeniería de industrias textiles.

Demetrio Carceller coloca la primera piedra para la ampliación del edificio de la Escuela Industrial el 30 de mayo de 1942 (Tarrasa Información, 16 de mayo de 1968)

Demetrio Carceller coloca la primera piedra para la ampliación del edificio de la Escuela Industrial el 30 de mayo de 1942 (Tarrasa Información, 16 de mayo de 1968)

Poco después entró a trabajar en Cornellà, en los turnos de noche de la refinería de lubricantes de Claudio Sabadell. En esta empresa se labró una futura fama de dirigista y pragmático, así como confeccionó un cualificado staff de peritos e ingenieros de su absoluta confianza que le siguieron en ulteriores proyectos empresariales: “El grupo de Cornellà”. Este equipo de peritos e ingenieros acompañaría a Carceller en el viaje de un perito textil por emergente mercado del petróleo y sus derivados en que consolidaría su proyección empresarial.

En 1928, la refinería de Cornellá se integraba en el primer monopolio petrolífero creado por Calvo Sotelo durante la dictadura primorriverista: CAMPSA, no sin un controvertido protagonismo del propio Carceller en esta operación. Su ascenso fue tan meteórico como envidiable. El 23 de noviembre de 1928 fue nombrado subdirector técnico de CAMPSA, hasta el 30 de abril de 1930. En junio de este año ya era director general de CEPSA. Concebida para acceder a yacimientos americanos y suministrar refinos al monopolio público español recién creado, la Compañía Española de Petróleos S.A. (CEPSA) se constituyó en septiembre de 1929 con la asociación de diversas entidades financieras, quedando bajo la dirección de Demetrio Carceller y parte de su equipo de Cornellá. El 27 de octubre de 1933 constituía DISA, para la distribución de petróleo y derivados en las Islas Canarias. Carceller estuvo al frente de CEPSA como “consejero-gerente” durante sus primeras décadas de existencia.

Inauguración de la ampliación de la refinería de CEPSA en Tenerife en 1950 (Archivo de Fotografía Histórica de Canarias)

Inauguración de la ampliación de la refinería de CEPSA en Tenerife en 1950 (Archivo de Fotografía Histórica de Canarias)

Viaje a Nueva York

Durante el “paréntesis” de 1940-1945 en la cartera de Industria y Comercio del segundo gobierno de la dictadura franquista no faltaron sonados desencuentros sobre las prioridades en política industrial y comercial con Suanzes, ingeniero militar y director del Instituto Nacional de Industria, orgánicamente adscrito al ministerio de la Presidencia del general Carrero Blanco. Carceller llegó al gobierno con una agenda de contactos internacionales y amistades, y salió de él con una agenda aún más completa, descontando las viejas (March) y nuevas enemistades (Suanzes) a las que se deben parte de las sombras persistentes en su biografía. En fin, tampoco había conseguido terminar con el desabastecimiento y los estraperlistas seguían campando en la larga autarquía franquista pese a la esperanza que albergaba su amigo Josep Pla en 1940.

Pocos meses después de su destitución, Carceller se marchó a Nueva York acompañado de socios conspicuos como Francesc Recasens y los ingenieros de Cornellà (Juan Llisó, José Cañellas, José María Ribas) para entablar negociaciones con las compañías Standard Oil Company, Sconoy Vacuum, Texas y Caltex. Los objetivos eran aumentar aún más la proyección internacional que había iniciado con CEPSA desde su creación. Sus negocios peninsulares continuaron con la participación en el nacimiento de Refinería de Petróleos de Escombreras S.A. (REPESA), que se sumaba a la primera abierta en Tenerife antes de la guerra civil.

Empresario hasta su muerte

A fines de la década de los cuarenta buena parte de los proyectos empresariales y deseos financieros de Carceller fue tomando cuerpo. Así, en 1949 un grupo financiero encabezado por el exministro y formado por accionistas del Banco Comercial de Tarrasa se hizo por 14 millones de pesetas con los bienes del Banco Alemán Transatlántico, confiscados después de la derrota nazi. Carceller fue nombrado vicepresidente del nuevo banco surgido de esta operación: Banco Comercial Transatlántico, hasta que poco antes de morir accedió a la presidencia. Desde la torre de Bancotrans, el ingeniero catalán realizó numerosas operaciones financieras e industriales, uno de las cuales fue participar en 1965 en la creación del Banco Industrial de Cataluña.

Poco antes de morir en 1968, sus inversiones estaban muy diversificadas y orientadas hacia sectores industriales que estaban plena expansión por el desarrollismo. Era presidente del consejo de administración de Bebidas Americanas S. A., Productos Asfálticos S. A., Siderurgia Industrial S. A. e Industria Cervecera Sevillana S.A. Además de las vicepresidencias de Bancotrans y REPESA, consejero de CEPSA, y vocal en empresas eléctricas, navieras, alimentación, siderúrgica, etc. La firma Carceller se había convertido en un holding empresarial en sí mismo.

 

Imagen 6

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